Dan-su espiritu

6 0 1
                                    

Jess es acosada, Jess es salvada por mi y en compañía, Jess me cuenta de su plan, Jess me involucra, Jess me besa...Jess me vuelve loco. en el fondo entiendo porqué esta chica algo incomprendida llama toda la atención, es imposible no ver ese brillo que siempre la acompaña, ese "yo no sé qué" que hace que todos quieran conocerla, a pesar de que le han quitado algo de su resplandor con todo lo que su pasado aún le cobra, ella de alguna manera sigue teniendo eso que hace que todos quieran estar con ella. con su mano en la mía salimos de la ruidosa discoteca, decididos y con ese sentir de tranquilidad que solo siento cuando estoy junto a ella.

paramos a la vuelta de la esquina de la disco y quedamos frente a frente, el uno del otro,sus ojos marrones pintados de morado hacen que solo quiera besarle de nuevo, su mano no me suelta y su mirada no se desconecta de la mía, o al menos después de un rato, desvía su mirada a una joyería que hay en la otra calle, yo sigo su mirada y antes de que pueda negarme o preguntarle algo me guía hacia allá, se queda viendo un costoso collar lleno de diamantes, pero sin un gramo de deseo, solo se le nota un poco de admiración en su mirada, después de un poco de silencio habla

-cuando estaba a punto de entrar en mi punto de borrachera máxima me escapaba y venía aquí, recordaba cuando de niña mi madre y sus amigas se sentaban a ver desayuno en tiffany's , amaba esa película y aunque esto no es nueva york... no podía evitar venir aquí a veces, incluso una vez me puse mi vestido negro y un collar de perlas, hasta me compré unos churros y un café, y me sentí como si tuviera la vida privilegiada que nunca tuve - la miro, y en el fondo la entiendo, entiendo ese sentimiento de querer tener esa vida que nunca tuviste

-¿y ya no vienes?- le digo, no le he quitado los ojos de vista ni un segundo, y una parte de mi dice que le gusta 

-en realidad.... decidí llevar mi propia verdad en vez de imaginar siempre una vida mejor- voltea y me ve-y ahora mismo, no necesito nada más que una muy buena compañía, y mi pan favorito- sonríe y yo la sigo, me deja un poco confundido, me agarra de la mano y caminamos unas cuadras más, en silencio, está iluminada por las luces de la ciudad, se ve radiante y callada, no hablamos ni un poco en los dos minutos de caminata, pero no hace falta, en el camino, su mano pasa de mi mano, a mi antebrazo, a mi codo y poco a poco se agarra de mi por completo, caminando, así, unidos por la luna, luna que ilumina su pelo, su rostro, sus manos, sus ojos... mirándome.

paramos en una panadería 24 horas, la que entiendo por su panadería favorita, basándome en su frase dicha anteriormente, me pregunta que quiero y terminamos pidiendo lo mismo, un croissant con una cola de dieta, nos sentamos en una de las mesas, es muy estilo américa de los cincuentas, hasta tienen un tocadiscos antiguo. los dos recivimos nuestro pan y nuestras latas y nos quedamos viéndonos fijamente, hasta que ella rompe el hielo, bajando la mirada a su comida

-es de los mejores panes de la ciudad, créeme- vuelve a verme con algo de inseguridad, después de un largo silencio, vuelve a hablarme- no quiero que termines como yo - su voz suena temblorosa, sin la seguridad característica que la define

-¿a que te refieres?- le pregunto mientras parto un pedazo de mi pan llevándomelo a la boca.... está jodida mente delicioso, ella nota mi cara de placer y sonríe un poco, comiendo a la par mía y tomando de su soda 

-no quiero que termines odiando a tu madre y haciendo cosas por impulso solo por ser rebelde, quiero que te rebeles y empieces a vivir... pero con cuidado, algo que yo definitivamente no tuve- me habla sin mucha propiedad, con un tono de preocupación, gira su lata con su mano, sus largas uñas pintadas de negro juegan con la soda metálica mientras de vez en cuando me mira, y yo no puedo expresar que quiere decirme, me habla sin palabras, sus ojos me lo dicen todo, y ese todo es pura poesía incomprensible que quisiera que ella me dijera, ese todo es ese misterio que quiero saber, quiero saber que hace para ser tan magnética, tan atrayente que parece ser un imán, es imposible ir a la contraria... mientras más la miro más me pregunto a mi mismo como alguien le pudo hacer ese daño, como alguien la pudo romper.

-lo tendré, estoy seguro si vamos de la mano¿no es así?- sonríe y sus poesías se vuelven cada vez más descifrables, apoya su barbilla en su mano, ladea un poco la cabeza y suelta su lata para poner su mano contra la mía, mientras antes su poesía era de misterio, ahora se transforma en el coqueteo y la atracción que la caracteriza

-mientras no la sueltes...- algo nos altera, suena lo que parece ser un clásico de los cincuenta... blue velvet, me quito la chaqueta de jean e invito a Jess a bailar, duda pero después toma mi mano, bailamos al ritmo de la canción, es lenta pero elegante, con clase, y terriblemente romántica, lo cual aumenta un poco esa tensión en el aire que existe desde que la conocí hace tan solo unos días, por instinto pongo mi frente contra la suya

-¿porqué quiero besarte?- lo dice sonriendo, sonrío por inercia, los músculos de mi cara actúan sin mi acontecimiento, seguimos bailando en círculos durante un buen rato... la música cambia, dream lover, aumentamos el ritmo del baile pero seguimos en la mismo posición, nuestras frentes una contra la otra, esta vez yo soy el siguiente paso, la acerco un poco más a mi, pero una duda entra en mi, y decido compartirla con ella

-no quiero que te sientas forzada- suelta una pequeña risa y niega contra mi

-jamás me han preguntado, el simple hecho de que lo hayas hecho ya dice mucho- nos separamos y un magnetismo invisible hace que queramos terminar de unirnos, esta vez ella no se acerca a mi, y yo no me acerco a ella, los dos avanzamos dándonos un largo beso mientras la música sigue sonando de fondo, es como si todo desapareciera, solo ella y yo en una burbuja, como si nos hubiéramos transportado a los 50s y esta fuera nuestra primera cita, como si el loco que sigue a Jess no existiera, como si en vez de sodas nos estuviéramos tomando malteadas rosas y yo tuviera una chaqueta de cuero, con una clásica camiseta blanca, como si ella tuviera un vestido rojo con puntos blancos y un lindo peinado esponjado, junto con sus zapatillas rojas,.. al separarnos nuestras caras cambiaron, dos sonrisas iluminan el lugar, Jess pide nuestras comidas para llevar y dos sodas más, nos vamos corriendo como dos niños por la calle con tan solo unos avisos que nos iluminan, ella se pone mi chaqueta, yo la abrazo, pedimos un taxi, ella se apoya en mi, yo la rodeo con mi brazo,  ella canta only you, siguiendo con este sueño de los cincuentas, llegamos a su casa, su madre está dormida en su sofá, vamos en silencio a su cuarto y volvemos a unir nuestros labios, mi teléfono sigue vibrando a pesar de que el padre de Jess ya le dijo a mi madre que estaba pasando, pero solo lo tiro mientras vuelvo a lo que parece un sueño hecho realidad.... una luz radiante e inesperada hace brillar el cuarto, los dos nos exaltamos pero ella lo deja pasar, prendiendo su televisor y poniendo una de sus películas favoritas, matilda, me río cuando dice sus diálogos a la perfección mientras va por una pijama, me siento al borde de su cama mientras intento no mirar hacia atrás, viene con un pequeño top rojo de encaje y unos shorts de seda del mismo color. la noche se pasa en besos, caricias, risas y....

-no es el momento, ni para ti ni para mi- me dice acariciando mi cara con delicadeza, es cierto, tal vez fueron demasiados besos y demasiadas caricias, pero los dos sabemos que este no es el lugar ni el momento indicado, lo que hace que me acueste a su lado, abrazándola....

si mi padre estuviera acá le diría que cumplí su promesa, a pesar de cualquier obstáculo, al fin tengo, a mi complemento de ser.... no se que somos o que es lo que nos une, pero dure mientras dure, lo disfrutaré al máximo.


gracias por salvarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora