──¡Santos cerdos! ¡Esa bola habla! ─expresó Hawk.

──Es el tesoro sagrado de Merlín. ─aclaró papá.

──Antes de que mi cuerpo se convirtiera por completo, transferí mi alma al Lucero del Alba Aldan. ─explicó.

──¡Ay, que alegría! ─dijo el rey feliz.

──¿Eso es algo bueno? ─preguntó Hawk.

──No, es inconveniente no tener un cuerpo. Este mandamiento no puede revestirse, ni siquiera con mis poderes mágicos. Según Galand, los mandamientos derivan del poder del Rey Demonio. Si algo puede desafiarlo, debe ser alguien de la raza de las diosas. ──un pequeño escalofrío recorrió mi cuerpo. ──Pero la mayor amenaza de todas es el desborde de poder de Galand. Después de todo, su poder mágico fue mermado, y sin embargo no tuvimos oportunidad contra él.

──Estamos derrotados, ¿no? ─dijo papá serio.

──Y hay diez de esos monstruos como esos. ─hice una mueca ante las palabras de Slader.

──Lo que significa que... ─apretó su puño en el aire. ──¡Desarrollaremos una estrategia!

──¿Una estrategia para qué? ─preguntó Hawk.

──¿Cómo que para qué? ─papá lo miro.  ──¡Para derrotar a los Diez Mandamientos!

──Lo dices como si fuera algo sencillo. ─dijo Slader. ──¿Qué tipo de estrategia nos ayudaría para derrotar a un oponente contra quien no somos rival? 

──No entiendo. ─hablo Elizabeth susurrando a Hawk y a mi. ──Hace tiempo la gente de otras razas peleo contra la misma terrible amenaza del clan de los Demonios, ¿no es cierto, Hawk, Amaris?

──Exactamente, pero eso ¿solo significa que esos tipos si que son fuertes?

──Y no hay que olvidar que Galand solo es uno de los Diez. ─ellos me miraron sin entender. ──Me refiero, ¿qué tan fuerte es el que los esta liderando? ─ellos temblaron y por una razón mi cuerpo no emitía miedo.

──Justo como lo esperaba de ustedes, Amaris, Hawk. ─los tres miramos la esfera. ──Por decirlo de otro modo, somos débiles. En tiempos de paz, ningún ciudadano tiene que empuñar una espada. Pero si vives en tiempos de guerra constante, todos los niños sobreviven a usan una, si es que quieren sobrevivir. Significa que hace 3000 años. Britania se encontraba sumida en guerras y baños de sangre. En ese caso, supongo que hay una forma de la que podemos ganar. Tenemos que ser más fuertes.

──Merlín lo hace sonar demasiado fácil también, ¿no te parece? ─le dijo papá a Slader.

──Bueno, esta bien, y que lo diga mi superior, es muy inspirador.

──¿Más poder para mi? ¡Donde firmo! ─sonreí ante las tonterías de Hawk.

──Así que resumamos los poderes de todos. Primero, la raza del equipo. El nivel de poder del capitán, es de 3 370. El de Diane, es 3 250. El de Gowther, 3 100. Mi nivel de poder, es 4 710. El de King, 4 190. Y el de Ban, 3 220. El poder total de los Siete Pecados Capitales es 21890.

──¡Pero no olvides mi nivel poder de 3000! ─rodé mis ojos ante eso.

──En contraste a los Diez Mandamientos. ─lo ignoro. ──Si el nivel de poder de Galand es de 26 000 con su poder mágico mermado, los otros Diez Mandamientos son tan fuertes como él. Su nivel de poder total debería de ser 260 000. ─pase saliva ante eso. ──Cuando recuperen por completo sus poderes mágicos, deberá ser mayor a 300 000. Además con su capacidad de invocar albiones y demonios debajo rango, el escenario es muy lúgubre para nosotros.

──Entonces tenemos que asegurarnos de compensar esa masiva disparidad ganado más poder para vencerlos. ─dijo papá.

──Además, Princesa Elizabeth, Arthur... ─hice un mohin al no ser incluida. ──Para esta batalla, es imperativo que sus poderes mágicos despierten.

──Por favor, Merlín... me estas subestimando otra vez querida maestra. ─dijo el rey. ──Yo se bien, no fui capaz de proteger a mi gente ni a los caballeros sacros, tampoco.

──Arthur... ─murmuró la pelinegra. 

──¡Srta. Merlín, yo lo haré! ─dijo Elizabeth. ──Si hay algo que pueda hacer... no, incluso si no es ahora, ¡haré los que sea para ayudarlos! Les aseguro que lo haré. ─su mirada era con gran determinación.

──Me gusta esa mirada.

──¿Por qué siempre me excluyen de todo esto? ─hice un puchero ganando una mirada tierna del rey y Slader. ──¡Es completamente injusto! Puedo entrenar y subir mi nivel de poder y si es de noche no habrá nadie capaz de pararme.

──Amaris. ─mi padre me dio una mirada de que no siguiera con lo mismo.

──Da igual. ─mire a otro lado. ──Después de todo ella hará lo que se le venga en gana.

──Hay una clave más que no podemos olvidar. ─continuo con el tema. ──Parece que es momento de buscar a ese hombre.

──¿Te refieres a mi? ─preguntó Hawk con arrogancia.

──Es más que obvio que no se refiere a ti, puerco. ─lo mire de reojo de brazos cruzados. Cuando me di cuenta de mis palabras, me di cuenta que no era yo la que lo dijo. ──Lo siento, creo que ella fue la que lo dijo.  

──El Pecado del Orgullo. ─por suerte papá cambio el tema. ──El séptimo exiliado. ¡El Leon indomable, Escanor!

──¿El último miembro de los Siete Pecados Capitales? ─preguntó Elizabeth.

──¡Bueno ya! Ahora que todo esta en orden, no podemos quedarnos aquí sentados. ─dijo papá.

──Ya entendí. Si elevo mi poder a un 1 000 000, ganaremos fácilmente. ─dijo Hawk.

──¡Si lo que digas, cerdito! ─mi papá me miro. ──O talvez si le entregamos Amaris al lider, es probable que no hagan nada.

──¡¿Qué dices?! ─gritamos la mayoría menos él, Merlín y Gowther.

──Papá, ¿cómo siquiera piensas algo como eso? ─me cruce de brazos haciendo un puchero.

──¿Por qué haría algo así, Sr. Meliodas? ─preguntó Elizabeth preocupada.

──Es que mirenla. Es tan tierna y linda que es capaz de cautivar el corazón del demonio más despreciable de ellos. ─dijo mirando mi puchero. ──De todas formas es solo una broma para que todos miraran lo tierna y linda que es mi hija.

──¡Pues tu broma no es para nada graciosa, cerdo! ─le gritó Hawk.

──¡Bueno, ya, ya! ─le quitó importancia. ──Deberíamos decirle a Diane todo esto, ella tiene que saberlo también. 

Lo ignore mirando a otro lado.

Idiota. ─pensé mirando las nubes por la ventana. ──Como si el líder de los mandamientos se fijara en mi.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎; 𝘻𝘦𝘭𝘥𝘳𝘪𝘴 Where stories live. Discover now