Voy a buscarte (NaLu)

Voy a buscar ayuda

-Igneel deja de cavar, vamos a comer -Le llamé, me senté frente a la mesa esperando su llegada que no tardó mucho, se sentó en su lugar de siempre y comenzó a devorar su comida como si alguien se la fuese a robar del plato- ¿Cómo te ha ido hoy en el colegio?

-He tenido unas clases muy aburridas y luego en el descanso unos niños han empezado a reírse de mí y a tirarme cosas -Su tono no parecía deprimido, si no frustrado.

No le dejaba usar ningún tipo de magia fuera de casa. Me mude a un pueblo a las afueras de Fiore donde la magia no estaba muy bien vista para que no surgiese la posibilidad de tener que encontrarme con alguien de mi gremio.

-Pero...me da igual, que digan o hagan lo que quieran -Me respondió con su típica sonrisa tan parecida a la de él, sin duda eran idénticos.

Su cabello era de color rosa, un poco más corto que el de él y en la parte de arriba tenía algún mechón rebelde rubio y puntiagudo, sus ojos eran inclinados y de color marrón, era de estatura media, perfecta para sus nueve años.

-¿Por qué se ríen de ti? -Estaba muy intrigada, él era un niño muy amable pero también era siempre impulsivo y peleón...como él, tal vez esa fuese la respuesta.

-Dicen que soy un bicho raro -Desvió la mirada- porque no tengo un padre... -Me dijo agachando su cabeza- Oye mama...el tío Loke siempre me dice que nunca haga esta pregunta...pero es que tengo mucha curiosidad -Su mirada fija se clavó en mi- ¿Quién es mi padre? -No esperaba esa pregunta, alguna vez me preguntó por su padre pero nunca me pregunto exactamente quién era, no quería responder ¿Y si quería ir a conocerle? ¿Y si le perdía? ¡No quiero, es mi niño! Pero...tiene todo el derecho del mundo a querer saber quién es- ¿Mama? -Me sacó de mis pensamientos con un chasquido de dedos.

-Si...tu padre es...bueno no le conoces -Desvíe mi mirada, era cierto él no conocía a Natsu ni Natsu a él.

-¿Por qué no vive con nosotros? -Me preguntó inocente como siempre, me recordaba tanto a él, le miré de nuevo y me sonrió- Mama, no me voy a ir a ninguna parte.

A veces lo olvidaba, siempre había sido capaz de leerme la mente, siempre me hacía lo mismo, con ver mi rostro sabía en qué pensaba, era increíble, pero aun así el miedo de mi interior no se marchaba, no quiero que se vaya de mi lado.

-Tu padre...es un mago de Fairy Tail -Observé la marca que aún llevaba en mi mano, jamás tuve el valor de borrarla- Él es... -Las palabras no salían de mi boca, no quería decírselo pero me dije a mi misma que si algún día preguntaba se lo diría. Al comprobar que las palabras no iban a salir me puse en pie y cogí un periódico antiguo que aún guardaba sobre la nevera, un lugar donde él no llegaba- Salamander -Señalé al chico de la foto, no sé durante cuantos años he guardado este periódico.

Él me miró muy sorprendido.

-¿Sa-salamander? -Yo asentí, incluso al pueblo sin magia los rumores sobre Salamander el destructor habían llegado- ¿Tú le odias?

Esa era la mayor incógnita de mi vida ¿Le odio o no? me dolió mucho lo que hizo, sin embargo yo fui una cobarde por huir de allí, por no comprobar lo que realmente ocurrió, por no luchar por él, es un sentimiento realmente extraño ya que por otra parte no puedo odiarle, me regaló a quien más quiero en este mundo.

-Yo... -Me interrumpió.

-¿Qué pasó? -Estaba muy intrigado, era la primera vez que hablamos tanto sobre su padre, no sabía si debía contarle eso... ¿Sería eso ponerle en contra de Natsu? No, no quiero hacer eso...- Por favor...cuéntamelo.

-Veras... -Aparte mi mirada pues no podía mirarlo a la cara- Tu padre y yo llevábamos unos años saliendo, sin duda los mejores años de mi vida, hasta que naciste tú. Un día fui a buscarle a casa, todos en el gremio estábamos preocupados por su retraso así que fui a buscarle, tenía algo muy importante que decirle, íbamos a ser padres -Su mirada atenta seguía sobre mí- Cuando llegué le escuché hablar con otra chica a la que conocía muy bien, Lisanna, nuestra amiga, no sabía lo que decían así que me asomé por la ventana y les vi juntos, besándose -Intenté detener las lágrimas de mis ojos, después de nueve años, aún seguía doliendo pensar en eso, Natsu...- Salí corriendo de allí y me fui a casa, escribí una carta para él, para los del gremio y me marché de allí, de Fairy tail, de Magnolia, no podía quedarme, si lo hacía me escogería a mí y no a la chica de la que realmente estaba enamorado, así que le dejé el camino libre para que fuese feliz -Al terminar alcé mi rostro, había rabia en sus ojos, eran igual de expresivos que los de su padre- Pero, también me dio el mayor regalo -Me levanté y le abracé con todas mis fuerzas- no le odies...tu padre es un buen chico, un poco tonto, pero no es malo -Tenía que admitirlo Natsu siempre fue bueno con todos.