Capitulo 22

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Miraba la casa que se encontraba aun lado del coche en el cual me estaba escondiendo. Se veía un poco mas abandonada que la ultima vez que la había visto, las llervas malas dañaban el patio  principal hasta tal punto de llegar un poco mas abajo de las rodillas. El viento hacia que el pasto se moviera de un lado a otra como si de olas se tratase.

Un pequeño recuerdo del pasado invadió mi mente cuando Kevin hacia una parrillada cada fin de semana con su hermosa y resplandeciente sonrisa. Recordaba como yo corría de un lado a otro detrás de esa pequeña niña que había logrado sacar lo mejor de mi. También recordaba como Laurel nos miraba con una sonrisa.

Ahora todo eso se había ido, había dejado de existir.

El día estaba nublado lo que hacia que la casa se viera mas terrorífica y desolada.

Solte un suspiro para tomar las fuerzas que me faltaban.

Baje del auto lentamente mientras un nudo se iba formando en mi garganta al visualizar todos los recuerdos que iban llegando uno tras otro.

Con pasos débiles llegue hasta la puerta principal, donde se apreciaban unas grietas por el poco mantenimiento.

Mis nudillos golpearon la fría madera mientras esperaba y esperaba. Rogando por que estuvieran ahí adentro y no les hubiera pasado nada.

Cuando sentí mis esperanzas caer al suelo cuando nadie respondió ante mi llamado.

Me di la vuelta dispuesta a marcharme.

—¿Tia Emily?—su dulce he inocente voz me hizo detenerme.

Me di la vuelta lentamente para mirarla.

Sus pequeñas manos sostenían la puerta, mientras que sus ojos azules como el cielo me examinaban como si no creyera que yo estuviera ahí y fuera un fantasma.

Me deje caer de rodillas al suelo mientras extendía mis manos a su dirección.

La pequeña niña de ojos azules y piel pálida de cabello oscuro corrió hacia mi, intentando abrazarme con sus pequeños y frágiles brazos.

Mis brazos la rodearon mientras me levantaba y la cargaba.

—Gracias a Dios estas bien—susurre apretándola contra mi pecho.

Una lágrima se escapo de mis ojos al ver como Laurel se acercaba a nosotras con los ojos bien abiertos y rostro cansado.

—¿Emily?—pregunto con tono débil.

Asentí.

Ella se abalanzo sobre mi, abrazandome.

Esto era mi hogar, esta era mi verdadera familia y estaba dispuesta hacer lo que sea para defenderlas y mantenerlas a salvo de las garras de Adam. Aun si en el acto involucraba mi propia vida.

—Has vuelto —susurro como si fuera algo que le costara creer.

—Lamento tanto no haber estado aquí, siento tanto haberlas dejado solas, perdonenme—dije cuando Laurel se separo de nosotras.

Sus ojos se cristalizaron y luego de unos segundos las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro.

—Esto a sido un infierno—dijo atravez de las lágrimas—¿Porque el Emily? ¿Porque? El era inocente de toda esta mierda, el era un corazón de oro en medio de esta mugre.

Mordí mi labio al centirlo temblar.

La habían quitado el amor de su vida y todo había sido por mi culpa.

—Vayamos adentro, no es conveniente que me vean aquí afuera—le dije mirando el vecindario—Marie, pequeña  entra a la casa y comienza a empacar tus cosas corazon—le dije a la pequeña que aun cargaba en mis brazos.

Ella es "ELLA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora