Capitulo 36

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La sonrisa que me regalo después de semejante confesión me dejo completamente descolocada en mi lugar y me hizo pensar seriamente si ella se encontraba bien de la mente.

¿Como podía confesar algo tan grave como aquello y simplemente mantenerse en calma como si de una conversación normal se tratase?

La rabia me invadía al igual que la triztesa al recordar a Dester, había cargado todo este tiempo con un peso en los hombros que no me correspondía, había sido acusada por algo que yo no había causado y saberlo después de tanto tiempo, creaba un pequeño alivio en mi alma pero el odio y el rencor me carcomían por dentro.

—¿Como. . .?

Ella entrelazo sus dedos sobre su regazo y me observo con mas intencidad.

—Te lo contare todo, después de todo te mereces la verdad—admitio—Dester y yo estabamos en una relación secreta por razones que no pienso revelar, eramos novios mucho antes de que el te conociera. Nuestra relación era muy particular pero aun así, llegaba a sentir que nos amábamos pero todo cambio cuando se comenzó a interesar por esas carreras clandestinas de tu ciudad, pasaba la mayor parte de las noches en esas calles, hasta que te conoció y comenzó a interesarse mas.

«Recuerdo como todas las noches inventaba una nueva escusa para justificar sus ausencias a casa, mis sospechas comenzaron a salir a la luz hasta que se me ocurrió investigar en que cosas andaba el hombre que amaba. Todas conectaban contigo, con una niña que ni siquiera llegaba a los veinte años de edad, se había enamorado de ti como si se hubiera tratado de amor a primera vista. Una noche llego a casa y me dijo que lo nuestro ya no funcionaba, que ya nada era lo mismo y que no tenia sentido seguir en una relación como esa. Mi primer pensamiento fue destruirte, hacerte sufrir por haberme quitado el amor de mi vida pero entonces comenze a investigar acerca de ti y así llegue a Adam, eras su chica, su mujer y eso a Dester muy poco le importaba. Sabia que tu jamas le habías dado esperanzas o al menos habían tenido una aventura pero aun así te odiaba demasiado, así que me acerque a Adam y le invente una pequeña historia donde tu y Dester se reían a sus espaldas, teniendo salidas en secreto he incluso llegando a revolcarase. ¿Sabes como se puso? No tienes ni idea, parecía un demonio reencarnado. Me aproveche de su enojo y le propuse un plan, que el se encargará de ti y yo me encargaría de Dester como venganza por haberse reído de ambos, estuvo mas que de acuerdo. Yo lo amaba así que intente darle una oportunidad, diciéndole que podíamos rescatar lo poco que quedaba de nuestro amor, que solo teníamos que marcharnos de ese lugar y reconstruir nuestra relación pero se negó, dijo que ya no me amaba y que ya no había nada que se pudiera hacer. Despechada, enojada y rencorosa por su rechazo solo llego un pensamiento a mi cabeza: Sino era mio, no lo seria de nadie mas. Hable con Adam y le dije que se encargara de el, que el tenia intenciones de escaparse contigo y vivir lejos su historia de amor, esa pequeña mentira solo aumento su enojo y ya sabes lo demás. Me dolió saber que estaba muerto pero pensaba que era lo mejor, no podía permitir que el estuviera con otra que no fuera yo. ¿Que piensas acerca de todo esto? Destruí tu vida, tu historia de amor con Adam de la misma manera que tu destruiste la mía con Dester. Nunca debiste cruzarte en su camino, las cosas hubieran sido tan diferentes.»

Me mantuve en silencio mientras analizaba toda la historia que estaba entrando a mi cabeza. Todo este tiempo mi sufrimiento había sido causado por una tercera persona que ni siquiera yo misma conocía. Adam había creído una mentira y por eso me había causado tanto daño pero aun así, eso no justificaba las decisiones que el había tomado. Todo encajaba ahora, todo tenia más sentido.

Toda mi vida se había vuelto un infierno por una maldita enferma, sus celos y venganza.

—¿Como pudiste hacer algo así?—pregunte, con la mirada perdida en algún rincón de aquella pequeña habitación —¡¿Sabes cuantas personas han muerto por tu maldita culpa?! ¡¿Acaso tienes una maldita idea de todo lo que has causado?!

Me movía agitada en la silla en la cual me encontraba atada, intentando de alguna manera liberarme y atacarla.

—Todo es tu culpa, tu causaste mi dolor—ella sonrió de manera sínica, mostrándome la dentadura blanquecina de sus dientes —Asi que yo cause el tuyo.

—¡¿Que clase de enferma mental eres?!—grite, sintiéndome presa del odio y la rabia—¡¿Sabes el daño que has causado?! ¡Haz dejado a una niña huérfana de padre! ¡Ha una familia sin su hijo! ¡Y todo por unos celos irracionales! ¡Haz destruido mi vida maldita perra! ¡Mi hermano esta en un hospital por ti!

—Te lo mereces—dijo sin borrar su sonrisa—¿Y sabes porque? Porque justo cuando vuelvo a tener algo tu apareces y me lo arrebatas, ¿Sabes cuanto tiempo llevo planeando una relación sería y estable con Drew? Y tu con sólo aparecer, lo dañas todo.

«Drew puede ser el prototipo de chico perfecto, que toda chica desea alcanzar y tener. No se asemeja a Dester en ningún sentido pero si llegaba a calmar el horrible vacío que había quedado en mi después de la muerte de su hermano. Mi plan para llegar a el era acercarme a la menor de los Sayer, Renata, tan ingenua y estúpida como ninguna pero aun así fue mi boleto para poder entrar a la mansión Sayer y poder acercarme a Drew. Estaba más que claro que ninguno sabia de mi relación con Dester así que eso facilitaba mas las cosas. Primero empezaron los coqueteos, los pequeños toques y así empezaron las pequeñas aventuras. El era mio, algo igual que lo era su hermano pero entonces tu llegaste y lo arruinaste todo, si en esta historia hay una perra, esa eres tu. Pensé que Adam se había encargado de ti pero al parecer te había dejado vivir. Sentí tantos emociones encontradas al volver a verte después de tanto tiempo pero todo empeoro, cuando Drew comenzó a rechazarme de la misma manera que Dester lo había hecho, no podía soportalor asi que decidi que tenía que acabar contigo pero Adam jamas me lo permitiría así que dejare que el se encargue de ti, luego yo misma me encargare de Drew.»

Mi corazón comenzó a latir contra mi pecho con una emoción desconocida recorriendo mi cuerpo.

No, no lo permitiría. Jamás dejaría que le hicieran daño.

—Escuchame bien Mina, no te atrevas a tocarlo porque solo empeoraras las cosas para ti—hable de una manera fría y cortante—Justo cuando termine mis asuntos con Adam iré por ti maldita perra y cuando te encuentre te matare con mis propias manos.

Ella soltó una carcajada, echando su cabeza hacia atrás, como si lo que hubiera dicho le hubiera causado gracia.

—No estas en posición de amenazarme querida, en este momento, tu vida depende de un fino hilo y no te mato porque simplemente eso seria arriesgar mi pellejo.

—¡Escuchame muy bien hija de. . . —mis palabras se vieron interrumpidas por el sonido de una puerta metálica estamparse contra la pared.

Ambas miramos la puerta que había sido abierta bruscamente desde el otro lado.

Cuatro hombres vestidos de negro entraron en la pequeña habitación, dos hacia la derecha y los otros dos hacia la izquierda.

Mi corazón comenzó a latir de una manera rápida contra mi pecho, las palmas de mis manos comenzaron a sudar y todo por ver la quinta persona que se introducía en la habitación con una media sonrisa.

Sus ojos me miraron con un brillo que no supe entender.

—Pero mira lo que tenemos aquí, mi tesoro mas apreciado.

Mi respiración se volvió más alterada, no estaba completamente lista para volver a verlo.

Adam. . .susurre en un tono quedado.

Ella es "ELLA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora