Capítulo 26 - Incierto

33.1K 2.7K 331
                                    

 ◆AXL◆

16 DE ABRIL DEL 2011

Termino de vestirme y, aprovechando que la mayoría sigue en las duchas después del partido, me siento en la banca de madera que atraviesa todo el pasillo de los vestidores y saco mi móvil. Encuentro el número de mi padre y le llamo.

—Axl, hijo.

—Hola papá. ¿Va todo bien en casa?

Como en las últimas llamadas, suena apurado.

—Sí —responde tras titubear—. ¿Necesitas algo? ¿O es que has tenido noticias de Diane ya?

Aprieto la mandíbula. Aunque trato de que no lo haga, en el fondo me molesta la forma en la que suena tan preocupado por ella.

—No sé nada sobre ella, papá —respondo duramente, me tomo un respiro y me digo a mí mismo que debo calmarme—. ¿Estás ocupado otra vez? Realmente necesito hablar contigo.

—Te escucho, hijo.

—No estoy seguro de que sea lo mejor hablarlo por teléfono, papá. De todos modos no hay otra forma en este momento. Quiero que seas honesto conmigo y me digas lo que pasa en casa, ¿vale? Sé que las cosas no están bien, mamá no está bien, me llama a diario para decirme que vuelva a Nueva York, lloriquea todo el tiempo y creo que sigue bebiendo. Dijiste que ibas a encargarte de su problema y honestamente no creo que lo estés haciendo. Tú... pareces más preocupado por el paradero de la mamá de Shay.

—Escucha Axl, tengo motivos para estar preocupado por Diane. Pero eso no significa que no me preocupe por tu madre, te juro que estoy intentándolo, he tratado de no dejarla sola ni un segundo. He contratado a tres chicas para que estén con ella, las tres han renunciado luego de un par de días. Por más que tiro todo el alcohol que encuentro en la casa, ella se las apaña para conseguir más. Intenté hacerle comprender que necesita ayuda profesional, pero entonces ella...

Se calla, mi ceño se hace más profundo.

—¿Ella qué, papá?

—Amenazó con hacerse daño a sí misma. Axl, no quería tener que decirte esto. Te prometo que intento ayudarla, pero tal parece que todos los problemas decidieron venir al mismo tiempo y no sé qué hacer para resolverlos. Tu tío Joseph prometió hablar con ella, va a venir a finales de mes a pasar unos días en la casa. Espero que él la convenza de que lo mejor es internarse por un tiempo.

—¿Internarse? —me humedezco los labios, asustado.

—Es lo mejor para ella, hijo. Lamento no haber dicho algo antes, pero creo que se ha salido de control. Y esto... esto es mi culpa.

El nudo en mi garganta aprieta, impidiéndome hablar al primer intento. Uso la palma de mi mano para presionar en mis ojos, eliminando la humedad que amenaza con bañarme las mejillas.

—¿Por qué es tu culpa? —pregunto, aunque sé perfectamente lo que él quiere decir.

—Vamos a hablar de esto pronto, hijo. No es el momento ahora, hay cosas que necesitamos resolver primero. Me haré cargo de tu mamá, pero necesito que tú me ayudes también. Quizá Shay...

—Ella no lo sabe —aseguro, sintiendo la amargura en mi lengua al hablar—. Me lo habría contado cuando le pregunté. Diane solo le dijo que quería cambiar de aires y que en algún momento le revelaría el lugar, pero no lo ha hecho.

—Okay —dice—. Entiendo, de cualquier manera...

Resoplo.

—Lo sé, papá.

Plan BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora