Lágrimas en la Lluvia

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(Londres, el presente en nuestra dimensión)

Harry llegó a la oficina de Hermione, ubicada en la entrada a la nueva mansión Malfoy, lugar en donde Draco le había habilitado un gran espacio para que ella echara a volar su imaginación son sus diseños. Si bien tenía una oficina en el centro de la ciudad, la mayor parte del tiempo la pasaba en el taller.

Al entrar, ella ya lo esperaba junto a Draco, pues con ambos él necesitaba hablar.

—Tú dirás Potter, para qué nos has citado con tanta premura —dijo Draco haciendo una señal para que ingresara al despacho en donde su amiga se hallaba sentada detrás del escritorio. Se puso de pie y se acercó a él. Draco les indicó que tomaran asiento en los sofás.

—Bueno, como ya sabrás, he estado... —intentó realizar un preámbulo, pero Draco se lo impidió, porque él ya sabía todo lo que había hecho y el embrollo que había causado metiendo sus narices en donde nadie lo había llamado.

—No des rodeos, sé de esa otra dimensión... ¿Y qué pasó? ¿Hermione tampoco se enamoró de ti en ese otro lado? —le preguntó irónico. De verdad que se le hacían jugo las manos por darle unos buenos golpes, mucho se había contenido con todo lo que sabía y lo mal que se había portado con Hermione en el pasado, pero sabía cumplir sus promesas y la de tregua que había hecho, Hermione a cada instante se la estaba recordando.

—Ahora no se trata de mi Malfoy, ni te ti Hermione —respondió mirándolos a ambos—. Se trata de ellos... de sus otros yo y de la hija de ambos.

—Hasta donde sé, Harry, ellos aún están en la escuela y bien —comentó Hermione sirviéndose un poco de agua para calmar sus nervios. No era grato tenerlos a ambos en el mismo lugar...

—Ella está desesperada, la he visto deambular por el castillo... creo que ya sabe que espera un hijo. Además Draco no está en Hogwarts, quizá se esté por casar. Si eso pasa, ella se irá lejos y lo abandonará todo.

—¿Qué? ¿Cómo sabes eso? ¿Has seguido yendo? ¡Dijiste que los dejarías por un tiempo, que no te involucrarías más!

—Lo sé, lo sé, Hermione. Pero siento que si no intervengo, otra vez todo se repetirá... que están condenados... que tenemos en nuestras manos la solución.

—Nada está dicho, Potter. Cada uno se labra su propio futuro.

—No, Malfoy, no es así... V.C sabe mucho de estas cosas y cree en las premoniciones, en los ángeles... qué se yo... pero lo que sí me dejó claro, es que con todas estas acciones se dará un paso definitivo que será el inicio del distanciamiento entre ambos. Ella terminará abandonando su magia.

—No es tan fácil dejar la magia así como así, ¿de dónde saca esas ideas el tal V.C? —preguntó Draco, quitándole el vaso a Hermione y bebiéndose el agua. Ella dio un respiro, negó con la cabeza y se sirvió otro vaso.

—Abandonarla, no, lo sabemos. Pero sí quitarla...

—Mediante un hechizo... uno muy fuerte... —opinó Hermione.

—¿Y quién demonios es V.C.? ¿Qué se cree? —preguntó Draco frunciendo el ceño.

—Es un exorcista, me lo dijo. Posee un tipo de magia diferente a la que nosotros manejamos —informó Harry.

—¿Qué? ¿Magia oscura?

—Ni oscura ni blanca, Hermione. Él es una especie de mediador entre dos mundos. Estará en Hogwarts por un tiempo... dice que le queda poco y que su misión está pronto a comenzar. No sé, no me dio más explicaciones, lo que sí me dijo es que había visto que él sería quien le quitaría su magia a Hermione, que lo convencería y que terminaría accediendo. Luego ella abandonaría todo. Tal vez tú sepas cómo actuaría esa Hermione... eres ella, ¿no?

OTRA OPORTUNIDAD PARA AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora