1.- Cry baby

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Joel embestía con fuerzas al cuerpo jadeante que estaba debajo de él.

Aquella anatomía pálida, suave con un aroma a fresas y trasero deseable.

Tomaba de sus caderas, enterrando sus uñas en ellas, creando un mayor impulso para profundizarse en el.

El miembro del mayor entraba y salía de esa estrecha entrada rosada sin piedad, creando espacio en su interior.

El choque de pieles húmedas dejaba un sonido morboso. El cual era acompañado por los gemidos de Joel.

El muchacho solo cerraba los ojos con fuerza, reteniendo sus quejidos lastimeros.

Los movimientos se hicieron más violentos, el glande chocaba con fuerza contra la próstata del azabache que tenía a su dominio. Gimiendo en alto, se vino en su interior.

Se apartó de él y se acostó a su lado, tomándolo entre sus brazos, notando que el chico estaba llorando, pero poco le importaba.

Calmó su respiración y lo obligó a verlo a los ojos, notando ese color verde tan hermoso y tan apagado. Su rostro rojo más sus labios lastimados.

No sintió culpa, claro que no.

Solamente le besó, probando esos labios que le pertenecían y que nunca iban a dejar de hacerlo.

–No quieras escapar de nuevo, ¿me oíste, Erick? –le tomó de la barbilla con fuerza, diciéndole con la mirada que hablaba más que serio. Vio al otro asentir lentamente y lo soltó–. Bien –dijo sin más, llevando sus manos alrededor del cuerpo tembloroso del muchacho.

Ya era un año en el que Joel había decidido que aquel chico torpe que siempre reía y jugaba con las flores, sería suyo.

Erick tenía diecisiete años, aunque su mentalidad era de diez. Medía 1.64m, siendo algo bajito para su edad y sexo. Sus cabellos eran color azabaches, sus labios algo carnosos con un leve tono carmesí rojizo, ojos verdes y grandes, además tenía una gran personalidad.

Joel era más calculador y frío, aunque a veces tenía sus momentos de debilidad. Solía decir lo que pensaba sin importarle los sentimientos de los demás, era distante y cerrado.

Medía 1.70m, veintiún años, cabello castaño, labios delgados, ojos oscuros.

¿Por qué Erick estaba con una persona como él?

Ni siquiera el chico lo sabía.

No estaba enamorado, claro que no.

Joel era un hombre adinerado el cual tenía toda la ciudad a sus pies, y pobre diablo el que se atreva a desafiarlo.

Su jerarquía era superior a los demás, parecía un completo burgués.

Su barrio era el típico de gente adinerada que pasaba su tiempo libre contando sus billetes.

Era uno de los Daddy's más deseados en todo New York, el "inalcanzable".

Todos y todas se morían por él. Eran cientos los rumores que decían que era un Dios en la cama y que podía hacerte correr solo con dar unos azotes a tu trasero.

Y bueno, esos rumores eran ciertos. Joel Pimentel tenía esa habilidad en la cama que lo hacía destacar sobre los demás. Cada fin de semana escogía a un Baby para pasar la noche y lograr que este al día siguiente le cuente a sus conocidos y amigos, aunque estos no le crean.

Por más que tenga a Erick, seguía siendo un hijo de puta el cual follaba con cualquiera sin importarle si este ya tenía pareja.

Siempre estaba pendiente de los movimientos del menor. No le gustaba compartir la hermosura del chico con los demás.

BAD DADDY | JoerickWhere stories live. Discover now