i. pogues' life

Beginne am Anfang
                                    

—¡Anne, para ya! —dijo Kiara mientras me daba un empujón en la cabeza que tenía apoyado en su hombro. Supongo que para recolocarme las neuronas, qué sé yo.

—Está bien, está bien. Ya paro— dije levantando las manos en son de paz— Vale, pero ahora en serio, ¿donde está JB?

Sí, todos le llaman John B, pero desde muy pequeños tengo la manía de llamarlo JB, supongo que con la intención de ponerle un apodo diferente, y así se quedó hasta hoy. Una vez, Pope dijo que era el mismo apodo que Justin Bieber y juro que me tuvieron que sujetar para no matarlo. Nadie compara al buenazo de JB 1 con el gilipollas de JB 2.

—Tenía una reunión con servicios sociales, o eso me dijo por la mañana —me contestó Pope.

—Sí, creo que han descubierto que su tío anda sabe dios dónde y que está solo en casa siendo un menor —añadió JJ mientras intentaba robar una de las galletas del mostrador, a lo que le di un manotazo para que se estuviera quieto. Mi tía me mataría— Menuda mierda se le viene encima.

—Pues sí —coincidí con él. Bastante a pasado JB con todo el tema de su padre como para que ahora tenga que enfrentarse a los servicios sociales y a la posibilidad de irse a un hogar de acogida. Sinceramente, y como dice JJ, es una mierda. Una grandiosa mierda.

Al final, mis amigos decidieron quedarse un rato a hacerme compañía y, aprovechando que mi tía estaba atrás haciendo uno de sus deliciosos bizcochos, no les iba a decir que se fueran. Además, con suerte y si le sale como a ella le gustan, se pone de buen humor y me deja salir antes. Cruzo los dedos mentalmente para que así sea, necesito coger esas olas.

Tras un rato, John B hizo su aparición en escena. Se le veía cara de estar bastante agotado.

—Hey colega, ¿qué tal con los servicios de acogida? —le preguntó JJ pasando el brazo por encima de sus hombros y dándole unas palmaditas en el pecho.

—Pues no se creen que mi tío esté en casa, así que han programado una reunión para mañana en mi casa, ver la situación en la que estoy y saber qué hacer conmigo —contestó. El pobre estaba bastante desanimado con todo ello, incluso se dejó caer en un taburete en frente del mostrador como un cachorrito degollado. Y luego la dramática soy yo, hay que joderse.

—Si te sirve de consuelo, mi tía está detrás haciendo uno de sus famosos bizcochos —le indiqué a John— Creo que es lo único que puede animarte ahora mismo.

—Puede que no sea lo único —señaló Pope, llamando nuestra atención para ver las noticias de última hora que estaban emitiendo en la televisión. Se podía leer el siguiente titular:

El huracán Agatha continúa avanzando hacia los Outer Banks de Carolina del Norte

—Parece que ya no van a evaluar tu caso —le sonreí. Al menos se ha librado. Por el momento.

—¡Gracias Agatha! —gritó John B levantándose y dirigiéndose a la puerta mientras sacaba su teléfono móvil— Voy a llamarles ahora mismo para cancelar la reunión. Os veo luego y vamos a pillar algunas olas.

—¡Yay, lo que quería escuchar! —pero mi emoción duró más bien poco en cuanto mi tía salió de la cocina y vio que me lo estaba pasando tan bien con mis amigos. Mierda.

—Anne Sink, ¿qué estás haciendo? Me voy unos minutos y ya estás distraída. Tienes que atender a los clientes, no estar de cháchara con tus amigos.

—Hola señora Sink —saludaron JJ, Kiara y Pope.

—Tía Lydia, literalmente no ha entrado nadie más que aquel señor en toda la tarde —me quejé mientras lo señalaba— Además, acaban de llegar ahora mismo, por lo que he estado siendo toda una profesional hasta este preciso momento. Incluso me atrevería a señalar que merezco alguna recompensa como...mmm...por ejemplo... salir antes, ¿no te parece? —le dije poniéndole mi mejor carita de ángel.

pogues [jj.m.]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt