Capítulo 40: Crisis

Bắt đầu từ đầu
                                    

Inicialmente, no me parecía que Gus significara ningún tipo de amenaza. Confiaba plenamente en Guada y en nuestro amor. Pero una pequeña punzada de celos me atacó cuando vi que Gus publicó un dibujo que Guada le había hecho a él. ¿Había pintado para ese sujeto? ¿Qué le veía de especial?

—No me tomó nada de tiempo hacer eso. –Se reía Guada, cuando se lo cuestioné—. Fue en agradecimiento por habernos ayudado con Historia Mexicana.

Todo sonaba bastante inocente. Aunque luego, cada tanto y con mucha sutileza, Gus empezó a decirme cosas que daban a entender que Guada no era la indicada para mí. ¿Por qué querría decirme eso? ¿Estaría intentando separarnos? ¿Querría recuperar a Guada?

—Pues estás equivocado –le había respondido un día, mientras le escribía orgulloso con la cabeza ladeada—, porque ella me ama a mí.

Entonces, Gus no volvió a hablarme durante algún tiempo. Ja, le había ganado.

***

Toma tiempo construir algo bello, y, sin embargo, puede destruirse en segundos. Un castillo de arena, por ejemplo, lleva horas para crearlo, modelarlo y afinar los detalles; pero puede ser destruido de inmediato por una ola muy grande o por alguien malintencionado.

Pienso también en la biblioteca de Alejandría, millones de años de acumulación de documentos, uno de los mayores centros de recolección de conocimiento de la Antigüedad, para que un incendio lo destruyera todo en poco tiempo.

Así ocurrió con mi historia, con nuestra historia. Pero el desastre no comenzó con agua ni con fuego, el detonante fue una fotografía.

Esa noche había terminado de jugar a Magnus con mis amigos y me estaba por ir a acostar, era tarde y Guada estaba en una fiesta, lo que significaba que esa vez no nos desvelaríamos juntos hablando sobre cualquier tema hasta que amaneciera.

Antes de dormir, entré a Facebook por inercia, vi que Paula estaba publicando algunas de las fotografías de la fiesta en la que se encontraban y decidí husmear un poco. Quería ver a Guada, ver nuevas fotografías de ella.

Y entonces, apareció esa foto, LA fotografía. Mis ojos la escrutaron con incredulidad. Era Guada, era mi Guada, sentada en un sillón sobre las piernas de Gus, ambos se miraban y tenían sus rostros muy cerca, se podía notar que había química entre ellos. Aunque en verdad ella no estaba sentada, se encontraba semi-acostada sobre las piernas de él, que la miraba con lujuria mientras la sostenía de la espalda y ella le sonreía.

No pude más, me hirvió la sangre de celos y mi cabeza comenzó a llenarse de preguntas: ¿se besarían? ¿Harían algo más? ¿Habrían terminado? ¿O seguirían juntos desde siempre y Guada simplemente había dejado de contarme sobre eso?

Pero de pronto, la foto desapareció, ¡Paula acababa de borrarla! Eso solo logró que mis sospechas se incrementaran aún más. ¿Paula sabría sobre la relación de Guada y Gus y los estaba encubriendo? ¿Por qué la borraba? ¿Para que yo no me enterara? ¿Si yo le preguntara a Guada sobre esa fotografía ella simplemente me respondería que nunca había existido? ¡Acababa de verla con mis propios ojos! ¡Claro que había existido!

Tomé mi celular, y sin importarme que fuera una llamada a larga distancia comencé a intentar comunicarme con Guada. Pero fue inútil, jamás atendió mis llamadas.

Esa noche no pude dormir, maquinando mil teorías. Hasta decidí escribirle a Paula, pero, para terminar de frustrarme, obtuve la misma respuesta nula que con la maga.

Intenté quedarme dormido, de veras que lo intenté. Al día siguiente ella podría explicarme la situación, seguro habría una buena explicación para esa extraña fotografía, era probable que yo lo estuviera malentendiendo todo. Pero no pude, no pude esperar más, ¿por qué no me respondía? ¿Por qué Paula no me contestaba si hacía poco se había conectado para subir las fotografías? No podía controlarme, necesitaba saber la verdad, mi alma lo pedía a gritos como requisito indispensable para tener paz.

El amor en los tiempos del internetNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ