XII. Burning Witches

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CAPÍTULO DOCE
QUEMANDO A LAS BRUJAS

"Tell me you love me, come back and haunt me

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"Tell me you love me, come back and haunt me. Oh, and I rush to the start. Running in circles, chasing our tails. Coming back as we are"


Nueva Orleans, LA

—¿Adónde ha ido Rebekah?—inquiere Klaus, bajando las escaleras del complejo hacia el piso inferior—

—No es Rebekah quien me preocupa—señala Elijah tras él, llevando su mirada hacia el chico que se encontraba subido al tejado del edificio mientras toca el violín—¿Por qué tienes tan claro que vendrá Davina?

—Cualquiera diría que se te ha olvidado lo que es sucumbir a una pasión que se apodera de ti. Vendrá.

—Oye, ¿de verdad tiene que ser todo tan teatral y sensiblero, Niklaus?—cuestiona, molesto—

—No te falta razón—admite, mirando al chico tocar el violín—Timothy, toca algo un poco más animado, por favor. Buen chico.

Marcel se adentra en el complejo en el mismo instante en el que el joven humano que actuaba bajo las órdenes de Klaus comienza a tocar una canción distinta y más alegre.

—Te ha costado extender el rumor—observa Klaus al verle—

—¿Has conocido a sus errantes de noche?—inquiere Elijah—No son muy listos, que digamos.

—Lo importante es que está controlado—asegura Marcel, acercándose a ellos—Cuando llegue Davina, tenéis que dejarme que hable yo con ella.

—Bueno, seguro que tendrás ocasión—sonríe Klaus, dirigiendo su mirada hacia la entrada, por donde Davina se abría pasó—Hola, amor.

Marcel y Elijah dirigen sus miradas hacia el mismo lugar, posando sus ojos sobre la joven bruja.

—El silencio es un don, Timothy—le dice Klaus al chico del violín, quien deja de tocar al instante—Gracias.

Sus ojos viajan hacia Davina, confusos por encontrársela allí.

—¿Davina?—murmura—

La chica la observa asustada antes de girarse hacia Klaus.

—Ya me has hecho venir—señala, luchando por mantener sus emociones bajo control—Bájale.

—Bueno, antes tenemos que charlar un poco sobre tu regreso al redil—señala Klaus—

Marcel se acerca a él.

—¿Qué te he dicho, Klaus? Yo me encargo—le pide. Klaus aprieta su mandíbula, dando un paso atrás para dejarle hablar con la chica—Davina, ¿qué ha pasado? ¿Por qué huiste? Cuéntamelo. Yo puedo arreglarlo.

—¿Cómo?—inquiere, molesta—¿Amenazando a mi amigo?

—Eso ha sido idea mía—le aclara Klaus con rapidez—Lo lamentó. A veces exagero con mis argumentos. Pero siempre logro resultados.

Levitating | TO [Klaus Mikaelson] #2 EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora