Cae por un momento, para luego recuperar la consciencia y subir de nuevo a enfrentarme.

—Maldito, Gabriel...—musita Lucifer con odio, jadeante—. Morirás.

Me toma desprevenido, dándome un fuerte golpe en la herida que tengo en el abdomen, haciéndome caer al suelo nuevamente, un dolor intenso recorre todo mi cuerpo, haciéndome soltar algunos gritos y quejidos de dolor. Intento levantarme nuevamente, pero se me hace casi imposible y la herida aún no cierra, gracias al golpe duele como los mil infiernos.

«Maldito Lucifer.»

Pruebo levantarme de nuevo, pero un peso encima de mi pecho no me lo permite. Él coloca su pie encima de mí, dejando todo su peso, haciéndome casi imposible levantarme.

—Mi hermana no merece a alguien como tú. Un maldito ángel. —dice, haciendo más presión. Luego, me da un golpe en el rostro que hace que mi nariz sangre y de mi boca salga un chorro de rojo carmesí—. Te dije que algún día lograría acabar contigo en un combate.

Me siento muy débil y me duele todo el cuerpo. ¿A quién quiero engañar? Él me matará.

—Y yo diré que tengo el honor de matarte.

¿Alinea?

El peso de Lucifer desaparece, mientras que él cae justo a mi lado con una espada traspasando su pecho, y por el color no cabía la menor duda de que esa espada es de la misericordia. Capto con la mirada a Alinea, quien tiene varias heridas, el cabello desordenado con cenizas y un vestido corto por sobre las rodillas.

«Gracias a Dios que llegó.»

—Tranquilo estarás bien, ¿de acuerdo? —dice Alinea, ayudándome a levantarme y colocándome cerca de un árbol.

—Gracias, Alinea. —agradezco—. ¿Cómo llegaste aquí?

—Todo fue gracias a Sky, y estamos todos luchando para matar a cada uno de éstos malditos demonios. —aclara mientras busca algo con la mirada.

Decido quedarme en silencio, mientras cierro mis ojos consentrándome para hacer lo que quiero lograr y esperando a que funcione.

Lucy, ¿dónde estás? —le pregunto mentalmente.

Perfecto, ya me estoy volviendo loca. escucho sus pensamientos que hacen que forme una sonrisa—. ¿Algo más? ¡Juro que mataré a Gabriel!

¿Por qué piensas matarme?

¿Gabriel? ¿Eres tú?

Claro, princesa.

¡¿Dónde diablos estás, ángel de pacotilla?!

Lo mismo pregunto.

Dentro del castillo, en el despacho de mi padre. Ven, date prisa, por favor.

Iré para allá enseguida.

Abro los ojos nuevamente, buscando con la mirada a Alinea y veo que está parada sacando la espada del pecho de Lucifer. Observo mis heridas, las cuales ya han cicatrizado. Siento la energía envolverme de nuevo. Me pongo de pie y camino en dirección a donde se encuentra Alinea.

—Vaya que los ángeles se recuperan más rápido que nosotros. —exclama sorprendida, repasándome con la mirada.

—Es mejor que volvamos.

Lucy © #1 [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora