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El ángel

Lucy

La magia negra.

Escuché de ella porque mi padre me contó que para una bruja sería un gran poder y que un demonio debía darle solo un poco de su poder a una bruja en un ritual, para que ésta pudiera controlar la magia negra que los demonios poseemos. La verdad, eso se me había olvidado, ya que era una niña cuando él me lo contó y no le tomé importancia. Pero debía admitirlo; no sabía qué le pasaba al demonio si compartía un poco de su poder con una bruja.

¿Y si me quita la inmortalidad? ¿O me mata? Estoy muerta de miedo.

—Sky. ¿Segura de hacer esto? —pregunto sentada en la silla de la sala.

He aceptado, ya que quiero proteger a mi mejor amiga, y si debo hacer esto para hacerlo, no lo habría dudado. Pero ahora lo estoy reconsiderado.

¿Lucy, por qué no puedes pensar antes de actuar?

—Obvio que sí, funcionará —afirma Sky detrás de mí—. Y no te pasará nada así que cálmate.

«¿Cómo quiere que me calme? ¡Me vendó lo ojos! ¿Y quiere que me calme?»

—Recuérdame, otra vez —digo más calmada—. ¡¿Por qué tengo los ojos vendados?!

—Es parte del ritual, ya te lo dije —dice resoplando, pero no puedo ver nada—. Así que, ¡deja de actuar como niñita asustada! Gallina.

—¡No soy una gallina!

«¿Cómo se atreve a llamarme gallina

—De acuerdo, princesa. Toma mi mano —dice soltando una pequeña risa. Extiendo mi mano y tomo la suya—. Ahora repite después de mí. —Asiento insegura—. Yo de aprale demonius entregad partede dela de poder ami susodicha. Tu turno.

—Yo de aprale demonius entregad partede dela podee ami susodicha —repito en el mismo tono— ¡Skyler Victoria Black Darthenay!

De repente, siento cómo mi corazón va acelerándose y mi respiración también, dándole paso al pánico e inconscientemente cambio a mi forma demoníaca, sin ningún control de mí misma. Suelto un gruñido por el ardor que invade mi cuerpo. ¿Qué carajos está pasando conmigo? Mi mano aprieta con tanta fuerza la de Sky, que por un momento pienso que la estoy lastimando.

—¡Yo, Skyler Victoria Black Darthenay! Acepté de poder de mi susodicha. —escucho a Sky decir a mi lado.

De repente, el ardor de mi cuerpo desaparece, de la nada, como si nunca hubiera estado. Impaciente, me quito la venda de los ojos y miro a Sky. No puedo creer lo que mis ojos ven. Ella está flotando; su cuerpo brilla y caen lágrimas de sus ojos, que ahora están negros como los de un demonio.

—¡Sky! —la llamo preocupada, pero no contesta.

Me acerco a ella y la toco. De repente, deja de flotar y cae al suelo. Corro a ayudarla, la levanto y la siento en una silla. Levanta la mirada y sus ojos están normales otra vez, así que la abrazo y ella me corresponde.

—¡No vuelvas asustarme de esa forma, Black! —exclamo dándole un golpe en el brazo, haciendo que ella suelte una carcajada.

—De acuerdo, no lo haré —promete, levantándose con dificultad.

—¿Funcionó? Porque si no lo hizo te voy a degollar el brazo —la amenazo con burla.

Camina un poco, alejándose y cierra los ojos. Comienza murmurar palabras en latín (el lenguaje de las brujas). De repente de sus manos aparece como una especie de polvo brillante, mágico y llamativo de color negro. Es magia negra, sin duda. Al hacer eso sus ojos se vuelven negros, como los de un demonio. Es algo increíble, pero aterrador de alguna forma. Abre los ojos nuevamente y, con una sonrisa en su rostro, empieza  a hacer embrujos. Convirtiendo objetos de las casa en animales y  plantas. Se teletransporta de una parte de la habitación a otra, y de sus manos, bolas de fuego negro  aparecen quemando algunas cosas. La verdad es que la condenada ahora es poderosa gracias a mí. Luego de unos minutos y de cambiar todo a la normalidad, vuelve a mirarme y corre abrazarme.

Lucy © #1 [✔] Where stories live. Discover now