Lucy © #1 [✔]

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Que la guerra comience, segunda parte

Sky

¡Me siento tan bien en este momento! Hasta que por fin se me da la oportunidad de golpear a ésta maldita.

Estoy en la habitación de Lucy con la adrenalina corriendo por mis venas y una sonrisa en mi rostro. Agarro el cuello de Lilith y la empujo al otro lado del cuarto haciendo que ella caiga en una mesita de noche, rompiéndola por completo.

«Ups.»

Lilith suelta un gruñido y se levanta volando del suelo para acercarse a mí y tumbarme, cayendo ambas en el suelo. Ella me da un zarpazo en la mejilla causando un profundo corte y el ardor hace que suelte un alarido de dolor. Le soplo y la envío hasta la pared del cuarto, así aprovecho de levantarme y toco mi mejilla, manchando mi mano de la sangre que sale de la misma.

«Maldita perra.»

Con mis poderes le congelo ambas alas y hago que ella caiga al suelo. Pero el hielo se derrite, ella forma una sonrisa para luego volar a mi dirección. Toma mi cuello y lo aprieta como una vez hizo hace años, la diferencia es que, esta vez, tengo la fuerza para darle una patada con ambas piernas en el abdomen, alejándola de mí, y yo caigo al suelo recuperando el aire perdido.

Me levanto y golpeo a Lilith sin ningún tipo de piedad en el rostro, y es tan gratificante hacerlo. Ésta se levanta y me propina un golpe en el estómago, haciendo que me desconpense por un par de segundos y así mandar a volar mi cuerpo que choca contra un espejo, y los vidrios me cortan la espalda y el rostro.

«¡Joder! ¿Acaso no ve que eso duele?»

—Ahora si acabaré contigo como debí haberlo hecho hace cinco años. —dice Lilith, acercándose a mí y me toma del cuello para mirarla fijamente—. Eres la misma aberración que tu madre.

Sin querer escuchar algo más que salga de su boca, la hago volar a otro lado de la habitación. Me siento débil, pero la impotencia que tengo hace que me olvide de eso.

—¡Eres una maldita desgraciada, que se atrevió a matar a mi madre! —bramo con hastío acercándome a ella—. Pero acabaré contigo, Lilith.

Con mis poderes hago elevar los vidrios que están en suelo y éstos vuelan a su dirección; para así, ser incrustados en su piel y cause que suelte un alarido de dolor.

—¡Así te quería ver, perra! —exclamo con una sonrisa—. Sufriendo.

Ambas nos acercamos para golpearnos sin compasión en diferentes partes del cuerpo. Estamos llenas de nuestra sangre, y con heridas por casi todo el cuerpo, con los vestidos rasgados. Le doy un puñetazo que la noquea haciendo que caiga en al suelo.

Sky 1. Liliana 0.

—Te haré pagar por todo el dolor que causáste, escoria. —le digo mientras la jalo del cabello.

Así me gustaba verla, destruida ante mí, llena de sangre.

—Eres igual a tu sucia madre. —dice para tomarme de imprevisto haciéndome caer al suelo, mientras ella se coloca encima de mí. Y sucesivamente con sus colmillos muerde mi brazo—. Que pensó que podría contra mí, igual de ilusa.

—Púdrete.

Me teletransporto lejos de ella a otro extremo de la habitación, tomándola desprevenida. Si quiero matarla debo buscar algún arma de la misericordia, ya que eso si la matará –tranquilos sé que revivirá, pero al menos olvidará quién es; algo es algo–. La busco por la habitación pero no la veo.