20.- Cato

1.9K 148 18
                                    

"Alianzas"

—Entonces, ¿estás lista para entrar a mi equipo?

Los ojos de la chica abandonaron los de su compañero cuando una profunda voz les interrumpió de pronto. Soltó un bufido reconociendo al tributo del distrito dos sonriéndole mientras en su mano derecha balanceaba una brillante espada, asustando al tributo más pequeño que se escondió detrás de su compañera de distrito

—¿Tu equipo? Creo que estás confundido

—No, tú eres la chica del horrendo distrito con olor a pescado

—Distrito cuatro y mi nombre es Meredith—respondió rodando los ojos con molestia

—Meredith. Lindo—El chico se apoyó contra el mango de su espalda haciendo saltar los músculos de sus brazos intimidando cada vez más al pobre niño que se escondía cada vez más detrás de Meredith. Ella soltó un bufido cogiendo la mano del pequeño aunque ni siquiera eso le ayudó a mantener la calma—Y el manojo de nervios detrás de ti es...

—Kai. Tiene doce años

—Lo sé, pude notarlo

—¿Te molestaría? Estamos tratando de entrenar

—Entrenar—repitió en una carcajada. Los puños de Meredith se tensaron sin poder esperar el momento de cogerlo por la garganta y callarlo de una vez por todas—Ya, claro

—Mira, estamos tratando de llevar esto de la mejor manera posible, no queremos...

—No sé si tus mentores te han hablado lo suficiente sobre los juegos, pero tu distrito ha sido parte de la alianza de los profesionales desde el inicio. Es casi como una tradición

—No me digas

Una sonrisa aperlada apareció en los labios del muchacho observando detenidamente a Meredith, pensando en silencio durante varios minutos hasta que bajó la vista, jugando con la espada en su mano derecha.

—Supongo que no hemos empezado con el pie derecho. Ni siquiera me he presentado. Soy...

—Cato. Distrito dos. Lo sé, he escuchado hablar de ti

—Sólo cosas buenas, espero

Meredith guardó la daga en su cinturón, irritada. Por supuesto que había oído cosas del chico frente a ella aunque no todas eran lo suficientemente decentes para repetirlas. La noche anterior estuvo en la sala de su apartamento con Finnick y Kai hablando de los demás tributos y dándoles un numero en la escala de mayor brutalidad para cada uno. Mientras los demás chicos participantes habían logrado conseguir un número inferior a cinco de la voz de Finnick, Cato consiguió un ocho de diez, convirtiéndolo en el rival más peligroso, obsceno, vulgar e implacable; motivo suficiente para que Kai le temiera como un cordero a una fiera.

Finnick y el resto de sus mentores se encargaron de informarles sobre la alianza del cuatro con los profesionales del uno y el dos a pesar de el disgusto de Meredith por formar parte de eso cuando ninguno de los chicos le parecían ser personas leales. Y no es que ella lo fuera tampoco, pero no existía manera en que Meredith confiara en ellos por más de dos días, mucho menos si ese monigote se atrevía a acercársele tan amenazante, asustando a Kai y arrojando a la basura la poca confianza que Meredith le había inyectado en los últimos días.

Hace una semana estaba felizmente en su distrito, vendiendo pescado en la plaza e instaurando nuevas redes de pesca en la costa para ayudar a los pescadores. Ahora estaba luchando por su vida, cruzando palabras con el tipo más insufrible que había conocido y con un niño apretándole las caderas. Meredith cerró los ojos, apartó a Kai de su cuerpo girándolo hacia ella dándole una amplia sonrisa. Le golpeó la punta de la nariz con su dedo y le despidió, diciéndole que fuera a la zona de tiro para esperar por ella.

Luego se giro hacia Cato quien la miraba de una forma que le hizo temblar.

—Escucha, no sé que es lo que te has creído, pero no me interesa formar parte de tu... alianza o lo que sea

—Esa no es una opción

—Lo es. Mis mentores me hablaron de ella y me han dado la oportunidad de elegir. Y lo que yo quiero es estar por mi cuenta con Kai

—El niño no durará mucho allá afuera, lo sabes

—Ustedes tampoco si siguen metiéndose en lo que no les importa

—Vaya—Las manos de Cato envainaron la espada en su cintura bajo la atenta mirada de Meredith. Él le acarició la barbilla ganándose un manotazo. Cato sonrió—Ese es el espíritu

—Mira, no pretendo tener problemas con nadie. Sólo vete y...

—¿Quieres que me arrodille?

—¿Qué? No

—¿Segura? Porque puedo hacerlo

—Basta, no me interesa

—Eres muy terca, ¿te lo han dicho?

—Y tú eres un imbécil

—Lo escucho seguido—Meredith cerró los ojos, molesta por lo insistente que podía llegar a ser. Cato se acercó precariamente a ella obligándola a dar un par de pasos hacia atrás hasta que su espalda golpeó contra la pared. Él le sonrió una vez más, como si no se cansara de hacerlo durante todo el día—Vamos, todos tenemos un precio. Dime qué es lo que quieres y te lo daré

—¿Por qué te importa tanto? —preguntó, sonrojada por la cercanía—No creí ser un elemento importante dentro de los juegos

—Y no lo eres, pero siendo tan bonita estoy seguro de que nos darás bastantes patrocinadores

—Púdrete

—Esa boquita...—Él le golpeó la nariz con un dedo justo de la manera en que Meredith había hecho con Kai. Ella se apartó, cogiendo su daga y apuntándola a su pecho. Cato alzó las manos—Vale, vale, también reconozco tus habilidades con los cuchillos. Obtuviste una buena calificación en tu sesión privada con los vigilantes ayer, cariño, no cualquiera logra obtener un nueve de buenas a primeras. Nos conviene tenerte de nuestro lado

—Pudiste haber dicho eso desde un principio

—Me he gustado molestarte. Te ves más guapa enfurruñada

—¿Le dices eso a todas las chicas que conoces?

—Eres la única. No te pongas celosa

—Idiota—Meredith bajó la guardia, colocando la daga de nuevo en su cinturón. Entendía las palabras de Cato. Dentro de los juegos convenía hacer alianzas con los tributos mejor preparados y eso se veía luego de la sesión privada con los vigilantes donde se te otorgaba un numero de acuerdo a tus habilidades. Meredith nunca pensó poder sacar un nueve en su prueba individual hasta que ese mismo día miró el enorme numero pintado al lado de su fotografía. Kai no tuvo la misma suerte porque únicamente obtuvo un cuatro, dejándolo parcialmente vulnerable ante lo demás. Ese no era motivo para abandonarlo a su suerte, se dijo Meredith, si ella podía hacer algo para ayudarle entonces lo haría. Lo haría por ella y por su pequeño hermano Nill quien aun la esperaba en casa—Debo hablarlo primero con Kai

—Él no estará en el equipo—farfulló Cato sacudiendo la cabeza. Meredith arrugó las cejas—No es un buen elemento, tan sólo nos podrá en desventaja

—Entonces olvídalo. Somos los dos o ninguno

—No estás en posición de poner condiciones, linda

—Tanto lo estoy como que ya lo he hecho—mencionó, sonriéndole por primera vez—Y si de verdad les interesa tenerme de compañera pues ir aceptando la ayuda de Kai también. De otra manera pueden irse olvidando de esa estúpida alianza

—Es la peor decisión que pudiste haber tomado, ¿lo sabes? —gritó pues Meredith comenzó a alejarse hacia la zona de tiro. Ella se giró, levantándole el dedo de en medio. Cato sonrió—Está loca. Me gusta

The Hunger Games Stuff Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα