4: No quiero arreglar esto asi

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Había pasado un mes desde que Anne y Diana habían ido a mirar la casa que iban a comprar aquella pareja.

Hoy había un festejo, pues es que la mayor de los Barry cumplía 20 años.

Los padres de Diana decidieron hacer una gran fiesta para ella. Todo Avonlea estaba invitado.

– Anne, ¿Crees que me veo decente? Papá quiere que impacte pero a decir verdad no me siento muy bien.

– ¿Tu y Jerry volvieron a discutir?

Ella asintió apretando los labios.

– Ya sabes, es lo de siempre.

La pelirroja la volteo bruscamente hacia ella.

– ¿Cuando planeas decirle a tus padres? – La pelinegra agachó la mirada. – Si le dirás a tus padres, ¿O no?

Su amiga se soltó.

– Aún no lo sé Anne. Jerry es muy lindo y amable, pero le falta educación... Y no creo que aún sea tiempo de que el mantenga una familia. No creo que el pueda, sabes que su economía no...

– No es la mejor, si lo se. Pero no puedes seguir jugando de esa manera con el Diana. Llevan años así, primero se toman las manos, se dan un beso, un abrazo, discuten y "arreglan sus problemas" de una manera que no es correcta.

– Pero el y yo disfrutamos arreglando los problemas de "esa" manera. ¿Que hay de malo con ello?

– Que no tienen comunicación, solo tacto. Lo vas a perder si sigues de esa manera Diana.

Diana rodó los ojos y sonó el timbre de la casa.

– Jerry no tiene a nadie más, Anne. Estoy segura de que no habrá otra mujer que sea mejor para el que yo, y por eso me esperara. – Diana hablaba con mucho egocéntrismo. Pues si bien era lo que había aprendido de sus padres después de que la tía Jo le dejara casi toda la herencia.

– Pues yo veo a Alaia y a Jerry muy juntos últimamente.

– No quiero faltarle al respeto a tu hermana, Anne. Pero Jerry y ella solo son amigos, el me lo a dicho. Y si a Alaia le gusta, dile que se olvide de el. – se escuchó el timbre nuevamente y Diana sonrió. – ¡Llegaron los invitados!

La pelirroja suspiro pesadamente. Sabía que no debía meterse en esos asuntos.

Se terminó de arreglar la falda y bajo para presenciar la fiesta.

Adentro de la casa estaba cálido, pero sin embargo Anne prefería el frío.

Gilbert había quedado de llegar a las ocho, sin embargo había pasado ya media hora y no había señal de el.

Salió para comprobar si venía pero se llevo una sorpresa cuando miro que Alaia había hecho una fogata

La chica había alejado la nieve para juntar algunos troncos y de ahí venía el fuego.

– Vaya, si que eres ingeniosa. – Anne se sentó a un lado de ella, el frío se sentía, pero le agradaba la sensación.

– Las noches en algunos lugares eran frías, aunque no había nieve. – Miro a su hermana. – Tuvimos que hacer muchas cosas para sobrevivir, entre ellas, aprender.

– ¿Porque no estás adentro?

– Tanta gente me hace sentir sofocada, además, Jerry me a dicho que Diana le dirá hoy a sus padres. No quiero ver algo que me romperá el corazón.

– El te gusta mucho, ¿Cierto?

– Me temo que va más allá del gustó. – juntó sus piernas a su pecho y las abrazo para recargar su cabeza en sus rodillas. – Fue el único amigo que tuve desde que llegué aqui. Si había dialogado con hombres, pero eran hombres que nos hacían daño.

Las Hermanas ShirleyWhere stories live. Discover now