𝑺𝒖𝒄𝒌

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Johnny.

¡Oh mierda!

La escena anterior a esta era sumamente tierna y linda. Al despertar ella abrió sus ojitos mirándome confundida, al notar que estaba desnuda solo se escondió en sus manos contra mi pecho. Era un angel.

Por eso no entiendo como Megan pasó de estar sonrojada dándome pequeños besos en el rostro a estar besando mis abdominales mientras su cabeza bajaba cada vez más debajo de las sábanas.

Llegó al elástico de mi ropa interior, me dedicó una mirada con esos ojos gatunos y supe qué iba a hacer. Depósito un beso en mi bulto por encima de la tela, el jadeo que solté me desconcertó.

Bajó el boxer con suma lentitud, importandole una mierda el dolor que yo sentía, al liberar mi erección su mano la rodeo por completo, el sufrimiento de ver como acercaba sus labios lentamente me hacía querer embestir con fuerza su boca, pero no lo haría. No tan pronto.

Sentí sus labios en la punta de mi miembro, solté un gruñido queriendo más. La forma en que su boca envolvía mi erección y su lengua lamia en diferentes direcciones me estaba haciendo soltar todas las maldiciones posibles.

Sus manos masajeaban lo que quedaba fuera y también mis testículos, eran mágicas.

Agarré su cabeza llevando el ritmo de la felación, sentí el gemido ahogado de Megan al ser tomada por el cabello. Los gruñidos no paraban de salir de mi boca junto a gemidos y jadeos.

Empecé a embestir su maravillosa boca, sintiendo la saliva acumularse en sus mejillas, la alejé un momento para que pudiera respirar.

Volvió a su trabajo en mi entre pierna, dejó un rastro de saliva desde la base hasta el glande, mimó la punta con besos y lamidas en círculos. Me estaba sacando los gemidos más graves.

Llevó mi miembro hasta donde más pudo, el hecho de que pudiera hacer eso me hizo preguntarme cómo mierda había aprendido, pero me desconcertó cuando empezó a auto embestirse la boca.

Ver su rostro con los ojos cerrados y sus labios envolviendo mi miembro era muy excitante, ya estaba a punto de tener un orgasmo.

Reemplazó su boca por una de sus manos, llevaba un ritmo acelerado dejándome sin aire, terminé corriendome en su cuerpo, por suerte su cabello no fue afectado.

Me dio unos minutos para poder recuperar el aire, al parecer el juego seguía.

Subió encima mío besándome con total libertad, masajee su trasero como masa, Megan sonrió con travesura y se alejó corriendo al baño. Escuché la ducha encenderse.

Me levanté de la cómoda cama y abrí la puerta, la castaña ya se encontraba debajo de la lluvia artificial esperándome con una sonrisa. Me adentre sintiendo las gotas heladas caer por mi cabello.

...

Nos lavamos el cabello el uno al otro, ahora venía enjabonarse. A Megan se le cayó el jabón de las manos, a lo cual se agachó sensualmente a recogerlo.

Me puse detrás de ella agarrandola de las caderas, sintiendo la fricción de su trasero con mi centro, era piel contra piel, y ambas ardían por el fuego entre los dos. La castaña frotó aún más contra mi pelvis, logrando despertar a tal amigo abajo.

Entré en ella en una certera estocada, sus piernas temblaban mientras se escuchaba el chocar de pieles aún más fuerte por el agua. Sus manos estaban contra mampara de vidrio.

Al sentir que sus piernas no aguantaban más, salí de ella y le di vuelta, tomándola del trasero la levanté y volví a hundirme en ella, ambos soltamos un sonoro gemido. El contraste del agua y nuestras pieles era gratificante. Megan enrolló sus piernas en mi cintura tal y como anoche. Mis labios fueron directo a tu cuello, besando y chupeteando. Si bien ya tenía marcas de lo hecho en la madrugada, quería dejarle unas cuantas más al principio de sus pechos.

Sus dedos se enredaron en mi cabello mientras disfrutaba la forma en que la hacía sentir. Habíamos perdido mucho tiempo como para ir lento.

Al corrernos ambos, nos dimos una verdadera enjabonada y salímos del baño.

...

Hablo en serio cuando digo que esta chica me tiene de rodillas. Sus ojos, su risa, su cuerpo y ella, sobretodo ella, me tenían adictivo.

Se me hace difícil respirar cuando la miro, se me agita el corazón y a veces, se encendía otro Johnny.

Pensar que la conocí en Tinder para tener cyber sex se me hacía extraño, pareciera que la conozco de toda la vida y no entiendo porqué me hace sentir tan lleno y relajado.

Al principio solo quería llevarla a mi departamento a tener sexo, pero a medida que la fui conociendo ese tener sexo pasó a comer helado juntos, como si fuéramos pareja.

Negar que su cuerpo era mi nueva droga, además de sus labios, era erróneo. Nunca me cansaría de causarle placer, ver sus expresiones o su cuerpo pedir más, porque era sumamente hermoso.

Ohh mierda, tener sexo con ella nunca pensé que iría a ser mi perdición. En el momento en que, en la madrugada, ella cruzó esa puerta, yo perdí la poca cordura que me quedaba delante de ella. Megan consumía todo de mi.

Mis mayores sueños húmedos la veía a ella como culpable.

Quería que ella me confesara todas sus fantasías, que gritara mi nombre cada vez que le besaba suavemente, verla desnuda y seducirla hasta que caiga.

De verdad no entiendo esto que siento, solo era sexo telefónico. Me gustaría averiguarlo mientras la empotro contra la pared, pero mejor dejar eso para más tarde.

Quizás de vuelta a casa... Uh no, controlate.

Dios Megan, ven y tómame, dime cuánto me amas y destruyeme.

...

Canción:
Meddle about - Chase atlantic.

Cyber sex • Johnny SuhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora