Still Remember (Do You Remember Me?) ~Terminado~

Capítulo 45

HOLANGAAAAAS! Por Dios, dos semanas sin concexion y actualizan esta madre xd ya no sabía como actualizar la historia xd bueno lamento no haberme conectado es que estaba ocupada ganando matematica -que por cierto lo logré xd *aplausos*-  hoy les actualizaré este, por que apenas estoy escribiendo el 46 askjfhadkjvdfjhbcd hay una sorpresilla adfklñj :33333 amenme:3 buuuuuue, ya saben,  Vínculo externo Outfit de rayis -si es que tiene por que no recuerdo xd- yyyyyyy en Youtube una canción que ambientará *inserte cara pervertida* PD: ando happy por si no se nota hjgbsadjbgadsdbfcjhsvcdbdihbbdkjhbcdws:333

-¿Qué pasa? -cuestionó al ver mi cara de estúpida.

-¿Qué haces? -espeté, sin si quiera pensarlo. Pensó por un momento, se miró a sí mismo y luego me miró cómo si estuviera cuestionandolo sobre su poca ropa, y así era.

-Oh, olvidé que lo olvidaste. -rió. -Yo duermo así. ¿Te incomoda? -entrecerró un poco sus ojos. -Por que hace un par de años te encantaba. -sonrió coqueto.

-¡Justin! -mencioné avergonzada. -No me incomoda, es sólo que no estoy acostumbrada. -De mi armario saqué uno de los pijamas que ya no usaba y que planeaba dejar en New York para ir a cambiarme al baño. Una vez en este, me dí cuenta que no podía alcanzar el cierre del vestido, ubicado en la espalda.

Justin 

-¿Just? -la escuché susurrar en el baño.

-¿Me llamas? -pregunté, ella asintió. -¿Qué necesitas?

Ella salió del baño aún con el vestido puesto y una cola de caballo en su cabello. Se puso frente a mí al tiempo en el que me senté a la orilla de la cama.

-No alcanzo el cierre. -mencionó en un susurro, totalmente avergonzada. Era tan malditamente tierna.

-¿Entonces quieres que te ayude? -ella asintió. -Date la vuelta.

Debo admitir que tal vez no me dí cuenta de lo que ayudarle implicaría para mí. Desde el momento en el que tomé el cierre del vestido mi mano comenzó a temblar e hice un esfuerzo sobre humano para no besar cada parte de su espalda que iba quedando al descubierto. Parecía que tardaba tanto en hacerlo, como si fuera en cámara lenta, como si el tiempo se detuviera. Para mí era tan difícil contenerme las ganas tan inmensas de hacerle el amor ahí mismo. Hasta que llegué a aquella cicatríz en su espalda baja, aquella y cada una de sus cicatrices simbolizaban esos dos años sin poder amarnos. Sentí mis ojos cristalizarse, y no sabía si era por el hecho de que ella había tenido que pasar por todo eso sola, o por la rabia que me daba haber caído en los juegos de Loraine. 

Sin darme cuenta estaba delineando la cicatríz con mi dedo índice lentamente, la sentí estremecerse. Aquella piel de gallina que me volvía loco estaba ahí, y aún no era mía de nuevo. Mis impulsos me habían ganado, sin pensarlo dos beses posé mis labios sobre aquella marca en su piel y deposité un tierno beso sobre ella. No me importaba si se enojaba o me abofeteaba, y francamente sí lo esperaba. Lo que me sorprendió fue que no se movió, su piel se erizó un poco más al tiempo que posé mis manos alrededor de su cintura por dentro del vestido, las moví suavemente acariciando su estómago hasta toparme con otra cicatríz a la entrada de sus costillas. Deposité un beso en su nuca y un pequeño gemido ahogado salió de su garganta, indicándome que no le incomodaban mis acciones. Seguí repitiendolo todo hasta que el vestido se encontró en el piso, de un pronto a otro. Lentamente se volvió a mí, y pude admirar cada una de sus cicatrices a lo largo de su cuerpo, que eran bastantes. Al mirarla encontré un poco de miedo y pena en sus ojos, supongo que esperaba desaprobación de mi parte ante sus marcas, pero estas sólo hacían que la amara más.  La besé lentamente para hacerla sentir segura. Desvié mis besos lentamente hacia su cuello mientras ella se estremecía cada vez más con el contacto entre mis labios y su piel. Sin darnos cuenta estaba sobre ella en la cama, besando cada parte de su cuerpo, haciéndola sentir perfecta, era tan increíble lo perfecto que encajaban nuestros cuerpos, apesar de la diferencia de estaturas. Lo que tanto había extrañado de ella, lo que tanto había anhelado en estos dos años estaba sucediendo. Íbamos a hacer el amor, como lo hacíamos antes, ella sería mía una vez más, sólo mía. "-Te amo, Justin." -susurró en el momento en el que sucedió. Y eso me había bastado, ella era lo que yo quería, lo que necesitaba. Con unas simples palabras me hizo el ser más felíz del mundo, me hizo sentir que todas las lágrimas que derramé alguna vez por ella valieron la pena, que incluso la segunda vez que aprendes a amar es mejor que la primera. Ella me amaba y no necesitaba nada más en el mundo. Sólo su amor, sólo la necesitaba a ella y nada más para ser felíz.