Capítulo 18

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"Letargo"

La ultima parte del viaje les tomo dos días.

Sebastian estaba comenzando a perder la paciencia, parecía que Gabriel vivía al final del mundo. No se equivocaba, sin embargo, al momento que el vampiro Consejero se detuvo, Sebastian y Alis se quedaron mirando sin entender, estaban al medio de la nada en plena tormenta, rodeados de nieve y más nieve.

—¿Qué hacemos aquí? —preguntó Sebastian, mirando hacia sus lados, tratando de encontrar algo que indicara que habia vida en ese lugar, pero no tuvo éxito.

Gabriel se apoyó sobre una rodilla, bajo la mirada curiosa de Alis. El vampiro se puso de pie en un segundo y con la mano les indico que avanzaran. Sebastian y Alis hicieron lo que les pedia.

Era como si hubiesen traspasado un muro invisible, dejando atrás la tormenta y el frio. Habia una casa a varios metros de distancia, era bastante grande pero no ostentosa, estaba cubierta de enredaderas y brillaba bajo la luz de la luna.

Sebastian no pudo evitar quedar con la boca bierta, sorprendido. Dio unos pasos hacia atrás, volviendo a la tormenta de nieve para luego avanzar e ingresar al hogar de Gabriel. Lo hizo tres veces.

—¿Listo? —le pregunto Alis, sonriendo. Le agradaba ver a Sebastian sorprendido —aquí jamas me encontraran, muy buena idea Gabriel.

—Gracias, su Majestad —dijo el vampiro, avanzando —es pequeño en comparación a tu castillo, pero es seguro y tendrás todas las comodidades.

—Gracias —dijo Alis, agradecida.

La vampiro tomo del brazo a Sebastian que estaba comenzando a retroceder para volver a la tormenta y ver la ilusión nuevamente.

Los tres ingresaron a la casa y Gabriel fue por su esposa mientras Alis y Sebastian se quedaban en la sala de estar.

La casa era acogedora y tenia tres pisos por lo que pudo ver Sebastian. Era completamente de madera y las enredaderas se colaban incluso adentro, paredes cubiertas de verde y de flores, junto a muchas luces pequeñas como si fueran luciérnagas. El vampiro comenzaba a creer que realmente eran luciérnagas, estaba por tratar de tocar una cuando Alis lo tomo del brazo y lo obligo a sentarse en el sofa.

—Luce como la cena de los...

—Si.

Antes que Alis le informara lo que estaba pasando, Gabriel ingreso a la sala junto a su esposa.

Era una mujer muy joven, no aparentaba tener mas de veinte años, tenia el cabello rojo como la sangre y una piel blanca como la nieve, sus ojos de un verde intenso le recordaron a los de Morgana. Llevaba un vestido verde, con un gran escote que llegaba hasta su abdomen, dejaba sus piernas descubiertas ya que la tela caia por el centro. Su cabello estaba suelto pero adornado por joyas doradas, al igual que sus manos y tobillos.

—¿Gabriel? —dijo ella, mirando a su esposo, sin entender.

Antes que el vampiro respondiera, Alis se adelanto y dio unos pasos, arrastrando con ella a Sebastian.

—Buenos días, princesa Lena —dijo Alis sonriendo amablemente —me alegro de verla, a su esposo se le ha ordenado por parte de la Corte Vampirica que me proporcione hospedaje por un tiempo, incluso mientras él se presenta en el borde fronterizo a luchar en mi nombre. Nos encontramos en una situacion un tanto compleja dentro del reino y es por eso que prácticamente tuve que venir al final del mundo a esconderme por un tiempo... espero que sea un periodo corto.

—¿Qué ha sucedido? —pregunto Lena, mirando a Gabriel nuevamente —¿han tratado de herirla?

—Si —respondio nuevamente Alis —sin éxito, claramente. Traje solo un acompañante que por razones mayores, no pude dejarlo en mi hogar.

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