Capítulo 11

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"Planes"

Ezequiel observaba como Alis y Sebastián leían los últimos informes sobre las perdidas vampíricas. El neófito estaba más concentrado incluso que en sus entrenamientos para manejar el hielo. No sabía lo que había pasado, pero la actitud del vampiro había cambiado y Ezequiel sospechaba que Alis era la responsable.

Sin duda había sido la historia de Alis, esa misma historia hasta había cambiado su propia forma de ver su desgracia, de ver que ser convertido en un vampiro no era nada del otro mundo, no cuando él aún podía ver a su familia sana y segura dentro de los Elfos.

Alis no podría tener esa opción jamás en su vida, tampoco la quería.

Ezequiel era de los pocos en saber por qué la Reina de los vampiros no tenía consorte, simplemente no quería unirse a nadie, para no perderlo en un futuro. Se lo había dicho muy claro, una vez.

—No puedo tener a nadie —dijo ella, recostada en su cama, estaba recién despertando y la luna ya comenzaba a colarse en la ventana —aunque lo pidan de rodillas, no podría arriesgarme a tener a alguien, seria blanco de ataques.

Nadie comprendía a Alis, ni sus súbditos o Consejeros, simplemente creían que no quería compartir el poder. Sin embargo, ahí estaba, exponiendo estrategias y los balances a un perfecto desconocido.

Ezequiel sonrió, muy pocas veces su reina se había equivocado en tomar las decisiones que tomaba y dudaba que esta fuera una de ellas.

—¿Qué estas mirando? Deberías estar sugiriendo ideas —dijo Alis, mirando a Ezequiel con el ceño fruncido.

—Lo siento, su Alteza, mi mente estaba en otro lugar —respondió con una amable sonrisa.

—Gala, te debes estar acordando de ella.

Toda sonrisa de Ezequiel se fue, era como echarle un balde de agua fría a su buen humor.

—Creo que tengo una idea —dijo Sebastián, que no los estaba tomando en cuenta —tienes un traidor.

—Oh claro que lo tiene —dijo Ezequiel, mirando con las cejas levantadas a Alis —si su alteza me lo permite...

—No, no lo permito —segundo después suspiro —adelante.

—Hace más de un siglo nuestra amada Reina de los Vampiros convirtió a un joven, que resultó ser un traicionero bastardo, que se unió a los licántropos.

—No solo eso, mezclo su sangre con ellos, volviéndose en una mezcla extraña.

Sebastián quedo mirando a Alis, confundido.

—Aún era joven, no sabía diferenciar el sexo del amor, ya he aprendido.

—Por Dios... —dijo Sebastián, negando. Aun no se acostumbraba a lo deslenguada que podía ser Alis —no, me refiero a otro tipo de traición.

—¿Qué? —dijeron Ezequiel y Alis a la vez.

—Creo que tus balances de ingresos de los cimientos de plata no calzarán. Tu propia gente está armando a los licántropos.

—¿Qué? —dijo Alis, negando —imposible, sería lo más estúpido que podrían hacer.

—Es la única lógica que encuentro, no tiene mucho sentido que una especie con menos dinero y menos soldados, te esté ganando, solo que tu propia gente te este traicionado y los cimientos de plata, son una forma de hacerlo.

—Ezequiel —susurró Alis, mirándolo con el ceño fruncido.

—De inmediato, Su Alteza —se puso de pie, inclino su cabeza y desapareció de su vista.

InmortalesWhere stories live. Discover now