CHAPTER THREE

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WRONG NUMBER

CHAPTER THREE

No parecía importarle si eran las siete de la tarde o las dos de la madrugada, Timothée estaba de nuevo en su balcón con una barra de chocolate en las manos. Llevaba horas pensando en Charlotte. ¿Cómo pudo haberlo pasado por alto? Por fin había sucedido lo que tanto esperaba, ¿y olvidó pedirle su número?

—Imbécil —se dijo a sí mismo.

Tuvo el repentino deseo de escuchar música, de modo que comenzó a buscar sus audífonos en su habitación. Lo que menos quería era sus vecinos quejándose de él al mediodía. Sacó su celular del bolsillo trasero y la pantalla iluminó su rostro en medio de la oscuridad. Sintió su corazón latir tan rápido que podría decir que golpeaba su caja torácica.

Charlotte Lawrence comenzó a seguirte.

Abrió la boca, ningún sonido de ella. Se congeló por un momento. Debía leerlo de nuevo, tal vez había imaginado cosas. No, aquella notificación seguía sin cambiar. Una vez más. Una tercera vez. Seguía señalando lo mismo. Era como ver a un niño leer de nuevo un cuento, un niño que no daba crédito a lo que pasaba. Al fin pudo pronunciar un sonido, una pequeña exclamación de alegría, demasiado baja para que alguien fuera del departamento lo escuchara. No había manera de evitar lo que estaba a punto de hacer, por más que lo intentara. Se sentía como un acosador.

Revisó el perfil de la rubia. Su publicación más reciente era de hace un mes, varias fotos de ella en Francia junto a lo que él pensaba serían amigos que hizo en el intercambio. La última de las fotos eran un montón de universitarios con un atardecer de fondo, aunque eso no haya sido lo que llamó la atención de Timothée. Sus ojos verdes se centraron en el muchacho a lado de Charlotte. Alto, de cabello oscuro y su brazo alrededor de Lottie. La publicación anterior a esa era una foto exclusivamente con él. A lo que él sabía o de lo que tenía conocimiento, uno no publica fotos con alguien a menos que sea importante. Lo que le causaba conflicto era no saber quién era ese chico. Sentado en la orilla de su cama, hizo lo que cualquier persona haría: visitó el perfil del chico. Parecía fácil, sin necesidad de hacer búsquedas extremas gracias a que Charlotte lo había etiquetado en las fotos. ¿Qué podía ir mal?

Esta cuenta es privada.

—Con un carajo —susurró.

Los obstáculos se presentaban una y otra vez. Qué más podía hacer ahora. Bueno, podría preguntarle directamente a Charlotte. Podía hacerlo, sin problema alguno. Sería un simple mensaje. Un mensaje a casi las tres de la madrugada. Estaba volviéndose loco. Ella lo volvía loco. Vivía en su cabeza el día entero, se la pasaba dando vueltas. Apagó el celular y pasó su mano fría por su rostro. Sus párpados comenzaban a sentirse cansados, cerrándose lentamente. Si descansaba, su mente se aclararía y podría pensar con claridad en la mañana.

No funcionó muy bien. Estaba más relajado, aunque seguía sin tomar una decisión. ¿Debía hablarlo con alguien? De ninguna manera llamaría a David, él lo obligaría a mandarle un mensaje y preguntarle por el chico, lo obligaría en el primer momento en el que Timothée dijera algo. En cambio, hablar con Jack parecía una mejor opción. Analizarían la situación juntos y le daría posibles consecuencias, tanto negativas como positivas. Era la mejor idea que se le ocurría.

Alrededor de diez minutos luego de haberlo llamado, el pelinegro se mostró en la puerta de Timothée.

—¿Dónde estabas? Llegaste antes de lo que esperaba —dijo el ojiverde cerrando la puerta de su apartamento.
—Estaba comprando algo en la tienda de Jason cuando llamaste.
—De ninguna manera condujiste a esta hora sólo para comprar algo. Son como veinte minutos de las residencias —cruzó los brazos y abrió la boca como si hubiera hecho un gran descubrimiento—. ¡Fuiste a ver a Wendy!
—Esto no es sobre Wendy —habló sin poder evitar sonreír— ¿Por qué sigues en pijama a la una de la tarde?
—Esto no es sobre mi pijama —lo imitó sentándose en el sillón café de su sala.

Timothée le contó todo, desde que la vio en la tienda hasta esa mañana. Le mostró las fotos de su perfil, dijo sus pensamientos y pidió su opinión en el asunto.

—Por primera vez, no sé qué decirte —admitió—. ¿Por qué es tan importante?
—¿Disculpa?
—Es una pregunta. Apenas la conoces, ¿por qué es tan importante? —Timothée lo miraba sin poder creer lo que decía.
—¿Nunca has sentido nada con sólo ver a alguien? —Jack negó con la cabeza—. Olvídalo, no lo entiendes.
—Claramente no, no te entiendo.

El castaño ahora estaba de pie, de espaldas a su amigo y con molestia llenándolo.

—Ey, sé que piensas que no encontrarás a alguien por un tiempo, pero no sirve de nada intentar algo con la primera persona que se te cruce —dijo Jack después de guardar silencio por un par de minutos.
—¿De qué demonios hablas ahora? —cuestionó el ojiverde.
—Vamos, Tim, sabes de lo que hablo. En algún momento llegará alguien, no tendrás que preguntarle nada, no habrá necesidad de aclarar nada. Llegará cuando deba llegar—Jack se levantó del sofá ante la atenta mirada de Timothée y abrió la puerta—. Piénsalo bien, piénsalo antes de hacer algo más.

¿Y si tenía razón? ¿Y si simplemente quería a alguien para hacerle compañía? Siempre le habían dicho que si quería algo debía conseguirlo y no esperar a que llegara por sí mismo. ¿Sus padres también hablaban del amor cuando le decían eso? ¿Llegaría aquella persona en su debido momento? ¿O debía buscarla él mismo?

En su intento de buscarla, ella llegó por cuenta propia. Llegó de una manera tan inesperada, a pesar de haber sido tan deseada.

WRONG NUMBER; T.C.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang