IV: No quería esto

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—Seba ¿Qué tienes? —le preguntó preocupada, al no poder despertarlo—. ¿Cariño? Seba —le dijo con temor.

Había llegado temprano aquella mañana al departamento de su novio, para poder desayunar juntos, y él nunca se había levantado para abrirle.

Es por eso que cuando entró, ya que él le había hecho una copia de la llave, lo encontró tendido en la cama, sin moverse o reaccionar.

Y juntó a él, había una jeringa, y esa cosa que sabía que había usado para fumar.

Buscó su pulso, y al sentirlo débil, no dudó ni por un segundo llamar a una ambulancia, él no estaba bien.

***

Gruñó bajo, frunciendo el ceño, antes de abrir los ojos, encontrándose en un lugar desconocido, con un terrible olor a alcohol y desinfectante.

Se cubrió la nariz con una de sus manos, y al girar su cabeza, vio que su novia estaba durmiendo sentada, apoyando su cabeza sobre la mano de él, que estaba abrazando.

¿Cómo diablos había terminado en un maldito hospital? Se preguntó con rabia. Se llevó la mano a la cabeza, comprobando que no tenía más su gorro.

Ella ya lo sabía.

Apretó sus puños, marcándose las venas en sus brazos, molesto.

—Charlize, despierta —gruñó.

Al escuchar su voz, despertó rápidamente, sonriendo al ver qué él ya había recuperado el conocimiento. Pero su sonrisa se borró al ver su rostro molesto.

—¿Tú me trajiste aquí?

—S-Sí, tú no-

—¡¿Y quién mierda te dijo que hicieras eso?! —le gritó quitándole su mano—. ¿Cómo se te ocurre hacer algo así? ¡¿Eres estúpida?!

Sus ojos se cubrieron de lágrimas, y se puso de pie.

—L-Lo siento —pronunció bajo.

Él rodó los ojos, y chasqueó la lengua al ver qué abría la puerta.

—Amor, lo siento, no quise...

Ella cerró la puerta, dejándolo sólo en la habitación. Encima que lo delataba llevándolo allí, ella se ofendía.

***

Una semana después

Sus padres estarían furiosos con ella, ¿Cómo les diría que estaba embarazada? Ellos ni siquiera conocían a Sebastien, pero sí sabían que estaba saliendo con alguien.

Hacía una semana no hablaba con él, y no porque Sebastien no lo intentara, era ella quien lo estaba ignorando. Pero ahora, luego de hacerse la prueba de embarazo, y ver el positivo, sabía que no tenía más opciones, que hablar con él.

—Te juro que no volverá a pasar lo mismo, mi amor —le dijo abrazándola fuerte, cuando ella llegó a la plaza donde habían quedado para verse—. Te lo prometo, lo siento.

—Q-Quería hablar contigo p-por otro motivo.

La separó de él y la miró preocupado, con temor. ¿Lo dejaría?

—Charie, por favor, te prometo que no volverá a pasar lo mismo.

—E-Estoy embarazada y... Y-Y no puedo quedarme en mi casa —le dijo con lágrimas en los ojos.

—¿Embarazada? Creí que tú te estabas cuidado.

—N-No, si te dije que no había podido conseguir l-la píldora.

Sebastien suspiró, la soltó y se sentó en la banca.

—Tú pudiste haber usado condones —murmuró, secándose las lágrimas.

—No intentes culparme ¿Ok? Ésta noche y mañana peleo, tal vez consiga dinero suficiente para que te lo quites —pronunció molesto.

Charlize negó con la cabeza, sollozando.

—No, quiero tenerlo.

—¿Hablas en serio?

—S-Sí.

Él desvió la mirada, y buscó sus cigarrillos. Sería padre, y ni siquiera sabía cómo era ser eso.

...

Sin míWhere stories live. Discover now