Niña Imantada

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Éste One Shot lo tengo publicado en un libro sólo para él. Sin embargo, he decidido concluir éste libro con él por si alguien que sigue Caramel Bombs no lo ha leído.
Agradezco un montón todo el apoyo que me han dado aquí.  Voy a seguir mi nuevo libro 'Todas mis vidas contigo' y claro en  algún momento escribiré mas One shots.
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Katsuki Bakugou no era precisamente una persona romántica.
No era una persona delicada.
No era una persona amable.
Ni mucho menos alguien paciente.

Pero algo dentro de él llevaba tiempo cambiando.
A veces se sentía tan enamorado que quería golpearse a sí mismo.
Últimamente solía ser tan delicado con alguien como si esa persona pudiera romperse.
Se encontraba a sí mismo haciendo uso de muchos buenos modales con cierta persona.
Y era infinitamente paciente con ella.

Algo en él llevaba tiempo sacudiéndose.
Amor.

Y él, que maldecía y repudiaba esa palabra, se encontraba actualmente bajo su efecto.

¿Gracias a quién?
Uraraka Ochako.

La chica gravedad.

Qué tontería. Que absurdo. Maldita sea joder.

Sonrió para sí mismo en la penumbra de su habitación. Llevaba puestos los audífonos con el reproductor de música de Kirishima. Lo había tomado "prestado" pues el suyo se había roto... de nuevo.

Mientras descansaba, empezó a sonar esa canción de nuevo, la que traía a su mente a esa chica que empezó a mover todo en su vida.

"Ya hace algunos siglos que empezado a sospechar, que he caído sin quererlo 

en tu gravedad..."

Uraraka Ochako ¿Quién lo diría? Esa tonta mujer se había robado su atención desde el festival deportivo. Él la reconoció como una rival y a partir de ahí todo fluyó como un remolino. Entrenaron juntos, estudiaron juntos, y de pronto estaba ya fantaseando con tocar sus mejillas siempre sonrosadas. Estaba perdido

La tarde voló sin que se diera cuenta y Kirishima tocó su puerta

-Hey Bakugou, más vale que te apures ya casi es hora.

Cierto.

El maldito baile de graduación.

Era extraño lo rápido que pasaron 3 años, tantas cosas, tantos cambios... se acarició distraídamente la cicatriz en su antebrazo, un recordatoria de aquella batalla que lo terminó de unir con la chica con la que iría al baile.

Perezosamente se levantó de su cama para ducharse y empezar a ponerse el elegante smoking que le habían regalado sus padres, se secó el cabello e hizo lo que pudo para peinarlo.

Cuando estuvo listo bajó a la sala común, donde ya estaban esperando Kaminari y Kirishima, ambos enfundados en elegantes trajes.

El elevador sonó, y al abrirse bajó primero Jirou, vistiendo un bello vestido negro hasta las rodillas y su cabello recogido. Pero detrás de ella venía la única chica que a él le podía impresionar.

Usaba un vestido largo con los hombros descubiertos color vino, ajustaba perfectamente su fuerte y seductora figura que tan ansioso ponía al rubio, su cabello, largo y castaño, iba suelto, peinado con unos pasadores y una discreta tiara. Su piel suave contrastaba deliciosamente con el fuerte color del vestido, y su escote era perfecto.

Caramel BombsWhere stories live. Discover now