Coroné.

ㅡ¿Quién dijo miedo pue'?, deja me pongo alguito y nos vamos.

Me levanté y fui directo a la sala a buscar entre la pila de ropa limpia que ponerme. Agarré un short y una camisa y me lo pusé ahí mismo.

ㅡ¡Coño, Jisung!ㅡgritó la guacharaca que tengo por prima mientras se tapaba la cara con el antebrazoㅡ tienes tantos lugares para cambiarte y te vas a cambiar en el medio de la sala, ¡tú sí eres arrecho!.

ㅡ¡Eso te pasa a ti por andar de salia'!, ¡¿quién te manda a ti a asomarte por aquí?!ㅡ terminé de ponerme el short para luego agarrar la camisa de coñazo, simulando estar arrecho.

ㅡAy sí, ay sí. Ya vamonos que si no llego en media hora con el pan me van a jode'.

Después de darle mi aprobación, salimos de la casa. Una de las cosas útiles de vivir en un barrio es que si necesitas algo tienes dónde comprarlo, por ejemplo, si tienes pingue' hambre te llegas al camión y te compras un kilo e' cambur pa' hacer estómago.

Y si le tienes hambre a alguien, siempre tienes a un pana que le pueda dar coquero por ti.

En mi experiencia, ojo.

Caminé cómo si tuviera toda una vida por delante para llegar a la panadería, porque, muy en el fondo, quería ver cómo mi tía le echaba una pela a Alexandra por andar de pajúa llegando tarde.

ㅡJisung, no seas mamagüevo. Sabes que lo estas haciendo a propósito, gafo. ¡Muévete, o no te compro un coño!ㅡ regañó entre dientes, para luego agarrarme del brazo, obligandome a caminar más rápido.

ㅡHubieras dicho eso antesㅡ comenté antes de correr detrás de ella, acercandonos más a la cera justo cuando empezó a ser menos seguro caminar en el medio de la calle.

Una calle más abajo, se encontraba una especie de panadería que encontraba en realidad era una casa con una vitrina en vez de entrada.

ㅡTú vas y compras todo y yo me quedo aquíㅡ concluí caminando a la entrada de la panadería, quedándome en uno de los lados de esta. Mirando a los lados como el propio pendejo.

Al rato, sentí como un puño golpeó mi hombro, suspiré y me volteé hacía el otro lado con todas las intenciones de mandar a lavarse el culo así fuera la mismísima Maite Delgado.

Cuando volteé la sonrisa Beomgyu llegó a mis ojos, haciendo que las ganas de patearlo en un ojo disminuyeran por lo cuchi que podía llegar a verse sonriendo. Sentí alivio al ver que era él y no el viejo de la esquina que cada vez que me veía empezaba a gritarme cosas, viejo pa' loco.

ㅡ¡Hey!, ¿todo bien?ㅡ saludó, sonriendo aún más ㅡHace tiempo que no te veía, 'tabas como perdio'.

ㅡAquí, en la lucha. Andaba de parranda.

Entrecerró los ojos frunciendo un poco el ceño, demostrandome la manera más pura de demostrar de mi explicación le sonaba a poliedro.

ㅡ¿Sí?, pareciera que te hubieras ido del país, gafo. Ya estaba que iba y te tocaba la puerta para ver si andabas vivo.

ㅡNo vale, lo que pasa es que la mayoría de la vacaciones me la pasé en casa de panas y eso, para hacer la diferencia. Incluso fui a Tucacas con la familia de uno. Cuando estaba aquí lo que hacía dormir y planear pa' donde me iba aquí ir luegoㅡ respondí, cruzado de brazos, esperando a mi pan de guayaba.

ㅡ¡Qué pavito!, por lo menos fuiste a la playa, yo tuve que quedarme aquí como la esclava Isaura ayudandole en el camión a mi tío a cambio de un pedazo de patilla cada vez que me diera la ganaㅡ hizo una pausa, mientras hacía un pequeño puchero ㅡNo te vayas perder otra vez vale, hiciste faltaㅡmencionó mientras trataba de ver la hora en el reloj que tenía mal puesto en su muñecaㅡ, dale púes, Sunggie, hablamos luego que me andan esperando en el metro, si no llego la rumba de coñazos que me va a dar mi mamá no va ser de este mundo.

Después de despedirse se alejó haciendo gestos, yo solo lo despedí con la mano. Caminé hacia Alexandra dentro de la casa, la cual ya se encontraba pasando la tarjeta en el punto. Me quedé viendo la tarjeta, sin pensar nada en concreto. Sin embargo Beomgyu vino a mi mente, su nombre hizo eco en mi mente junto con otras cosas que alguna vez pasamos, sus más recientes palabras seguían presentes cómo si las acabara de decir, sobre todo cuando dijo que tenía tiempo sin verme y que le hice falta. De cierta manera me pareció un poco irónico, antes parecía que era solamente yo el que solía recriminarse si nos veíamos seguido o no era así, si solo uno parecía preocupado en los sentimientos del otro o cualquier otra cosa que pudiera pasar por mi mente, sonreí leve, volviendo mi mirada hacia Ale, la cual sonreía victoriosa gracias a que la tarjeta del tesoro que traía pasó, para luego salir de la panadería y empezar a echarle pierna de nuevo.

ㅡDame acá mi vainaㅡ dije en una especie de orden, quitandole la bolsa en la que estaba el pan, metiendola en el bolsillo del short que cargaba puesto.

Seguimos caminando, intenté ir más adelante antes de que se pusiera modo mentepolla: on y me dejara pasando pena en la calle como ya acostumbraba a hacerlo cada vez que salíamos.

ㅡEntoces, ¿son novios de nuevo o nada más se dan besitos en la boca cuando nadie los ve? ㅡ preguntó, jartandose el culito de una de las canillas, intentando seguirme el paso.

Guardé silencio, esperando que entendiera que no quería hablar sobre tema. Fijé mi vista en mis zapatos tratando de recordar la melodía alguna canción con tal de seguir de buen humor.

ㅡNo creo que esté de más contarme qué te dijoㅡ sugerió con una sonrisa ladina, chocando su cadera con la mía ㅡes normal que te busque después de cagarla, en realidad, no me sorprende, no es la primera vez que aparece por ahí.

La "cagó" hace dos años, Alexandra.

ㅡMe saludó, me dijo que tenía tiempo sin verme y se fue porque tenía algo que hacer y lo estaban esperando en la estación, ¿burde fino, no?ㅡ respondí cortantante fingiendo una sonrisa.

ㅡAh bueno, ¿qué te pasa pue'?, conmigo no vengas a pagar tu arrechera, cabeza e' machete, yo nada mas te estoy preguntando.

ㅡDeja la habladera de paja y camina, Alexandra. Hay que ver que cuando se te va la cabra al monte se te va, mardicienta.

Seguimos caminando, hasta el punto en el que ya todo empezó a verse más oscuro y las nubes empezaban a teñirse de un color morado, ya la mayoría de las casas tenían prendidas hasta las luces del baño, indicando que ya eran o iban a ser las siete de la noche.

Reí, pensando en las mil maneras en las que mi tía va a joder a Alexandra. ㅡ¿Con la mano o con el cable de la plancha que dañaste?ㅡ indagué, con intenciones de reírme de la pajúa esa un buen rato.

ㅡAh vaina, ¿te metiste un liñazo de adobo antes de salir o qué, mamagüevo?ㅡ preguntó viendome a los ojos con senda care' de confusión.

ㅡ¿Qué?, ¿ahora te pegan con el palo de la escoba?.

ㅡ¡Si eres gafo, Jisung!ㅡ gritó empujadome a un lado de la acera ㅡ¡Ojalá!, ojalá y se te caigan las bolas por mardito.

ㅡEn vez de andar gritando como una estúpida deberías meterle chola porque ya son las siete, y no creo que mi tía te deje pasar que le cagaste la novela porque no llegaste con el panㅡ Tan pronto como escuchó la hora que era salió corriendo con todo y cholas puestas.

ㅡ¡Eres sendo e' maldito, Han Jisung!.

c a r r e t e r a   c a r a c a s  -  l a  g u a i r a ⊙  h a n   j i s u n gWhere stories live. Discover now