Capítulo 18

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Pasó una semana y Matheus estuvo ignorando mi existencia todo el tiempo.

Aunque fingiera que no me importaba no puedo evitar sentir un golpe en el pecho cada vez que nos topamos y él no hace más que ignorarme, como si no le importara, como si para él yo fuera menos que nada.

No puedo negar que Evan me estuvo tratando como una princesa, como una bebé. Pero aún así sentía que algo no estaba bien. Así no se supone que serían las cosas.















Era sábado e iba a salir con Evan a el parque. Me puse un vestido floreado y espere a que me buscara.

Escuche el motor de su auto y baje las escaleras para salir de ahi.

—¿A donde crees que vas?—Anthony me pregunto.

—¿Te importa?

—Te recuerdo que soy tu hermano mayor.

Últimamente he estado de mal humor con los chicos, no sé si se debe a lo de Matheus, pero en este momento me importa poco.

Me encongi de hombros, salí de la casa y me subí en el auto de Evan.

Lo saludé con un beso y se dispuso a conducir.

—¿Molesta?— Me pregunto con la vista fija en el camino.

—No lo sé, mi hermano me pone de mal humor—respondí con indiferencia.

Tomé su celular de su bolsillo y me miro con las cejas arrugadas.

—¿Que haces?—pregunto el.

—¿Te molesta?

—Para nada.

Normalmente no soy de revisar su celular, pero estaba aburrida así que que más da.

Baje en sus conversaciones y ví una que me llamó la atención.

Era con un chico que se llamaba Byron.

Byron: Recuerda, si duras 1 mes o mas con ella ganas

¿Que?

Evan: lo sé, tengo a Meghan en la Palma de mi mano:p

Byron: eso espero pq hay un chico que también quiere con ella así que cuando la botes el será su rescate jajajaja

¿¡PERO QUE MIERDA!?

—Evan...

—Mande amor.

Necesitaba salír de ahí ahora mismo.

—¿Puedes parar en el centro comercial? Quiero hacer pipí.

Llegamos y se estacionó.

—¿Te acompaño?—Me dio una mirada pícara.

—NO.

Fruncio el ceño y se encogio de hombros.

Entre en el centro comercial y salí por el lado contrario, con el paso acelerado.

No podía creer que este maldito tiempo fui solo un jueguito para Evan. ¿En serio? De verdad que cayó muy bajo. Creí que era el Evan de antes, el cariñoso, mi astronauta...

Las lágrimas no tardaron en salír. La decepción era todo lo que había sentido desde que llegue a este lugar. Primero Matheus y ahora Evan. ¿Porque me tenía que ir tan mal? ¿Es que a caso nadie me toma en serio?

Para rematar el momento empezó a llover, no quise parar de caminar, todo lo que quería era llegar rápido a mi casa. Mi maquillaje se empezó a correr y deducí que en este momento me veía como una bruja.

Mis lágrimas se confundían con la lluvia que caía al mismo tiempo.

Y después lo ví.

Matheus estaba en una cafetería con unos chicos, riendo y siendo felices. Sentí que mi corazón se detuvo.

Es que nunca signifique nada para él...

Acelere el paso queriendo huir de la escena.





Pasaron unos 10 minutos y mis pies empezaron a doler. No tuve más opción que sentarme en una banca que gracias al cielo cubría un techo.

Me perdí en mis pensamientos, tenía ganas de llorar pero no me quedaban fuerzas. Sentía que era el peor día de mi vida.

Evan solo fingió todo este tiempo. Y para Matheus quedó claro que yo no significaba nada.

Observé el collar que me dio Evan y me lo arranque para tirarlo a la carretera.

Un auto se estacionó frente a mí. La persona que estaba dentro se bajo y se sentó al lado de mi.

Era Matheus.

Quede petrificada.

—Mal día, ¿Cierto?—su voz me hizo estremecer. Y su perfume me embriago enseguida.

—Supongo.

—¿Que fue lo que te hizo ese imbécil—Parecía serio.

—Nada.

—Meghan, por favor.

—Todo fue una apuesta.

Matheus abrió los ojos en sorpresa y la vena en su cuello empezó a notarse.

Soltó un largo suspiro y volvió a mirarme.

—Vamos a casa.

Hizo un ademán para que subiera al auto pero me negué.

—Puedo ir sola.

—¿En serio?— Me miro con un gesto de burla.

—Sí—Lo mire mal.

—Esta lloviendo, pareces zombie y además te vas a enfermar.

—¿Y que?

Puso los ojos en blanco.

—No quería hacer esto, pero no me dejas opción.

Antes de darme cuenta me agarro de los muslos para cargarme y todo lo que podía ver era su espalda.

—¿¡Que te pasa!? ¡Sueltame!—Le empecé a golpear la espalda con mis puños.

—Noup.

Me sento en el asiento copiloto y después el subió.

Me miro con una hermosa sonrisa en su rostro y yo solo rode los ojos y me cruce de brazos.

—Eres una tonta—se atrevió el muy descarado a decir.

—Y tu un imbécil.

—Tonta.

—Imbécil.

—Tonta.

—Im-be-cil.

Soltó una carcajada y se dispuso a conducir.







Llegamos a la casa y antes de bajar del auto Matheus me tomó el rostro.

Oh no.

Acarició mi mejilla con su pulgar y llevo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Arruge las cejas ante eso, me miro fijamente con esos ojos verdes hipnotizantes, y me dio un beso en la frente.

—Espero que hayas aprendido una lección.

Puse los ojos en blanco y salí de ahí.

Subí rápidamente a mi habitación y me dí un largo baño.

Al salir revise mi celular y tenía un mensaje de Matheus.

Elimbecil:

Tienes piernas suaves;)

No caigas Meghan, ¡NO CAIGAS!

Xxxxxx

#TeamMatheus

#Evanputo

Besitos:3

Viviendo con los princesosWhere stories live. Discover now