Capitulo 13

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Deje a a Matheus en su habitación y regresé a la mía sintiendome un poco extraña.

No tardé mucho en quedarme dormida, no quería torturarme más mentalmente.




Me desperté gracias a mi estúpida, ridícula, inepta, imberbe e innecesaria alarma.

Me bañe y arregle rápido, al bajar las escaleras ya estaban todos esperandome, incluyendo a Matheus, cruzamos miradas por un momento que pareció una eternidad y subí al auto de mi hermano junto a Liam.

—¿Que mierda fue lo que te paso anoche? —pregunte a mi hermano recordando lo borracho que llegó anoche.

—Solo la pasábamos bien—Me dio una sonrisa—, al salir de la escuela fuimos a la casa de un amigo y empezamos a beber, Matheus me dijo unas cuantas cosas sobre ti, lo golpee, casual.

¿Escuche bien? ¿Acaso pelearon?
¿Y que verga le dijo Matheus?
Por el altisimo, voy a terminar por morir.

—¡¿QUE?!

Mi grito hizo sobresaltar a Liam quien nos estaba escuchando atentamente desde atrás.

—Como lo oyes, hermana—se limitó a decir.

—¿Que fue lo que te dijo Matheus?

—Nada—dijo en un tono serio que me preocupaba.

Intente sacar información por medio de su cara pero... Nada, tenía una expresión vacía.

¿Estoy en problemas?

—Dime—insistí.

—El que nada debe nada teme— soltó mirándome por el rabillo del ojo.

Yo si temo.

Me rendí esperando que no fuera nada grave. Pero Matheus cuando llegó en la noche estaba siendo muy cariñoso frente a todos y hablaba de más.

Espero al menos que las cosas marchen bien el día de hoy.

Llegamos a la escuela y me fui hacia donde estaban Daniela y Jenniffer.

—Hooola—Saludo una alegre Daniela

—¿Como estas, bebé? —pregunto Jenniffer.

—No muy bien, tengo una crisis emocional—Dije mirando hacia un lado.

—Cuenta—dijeron a la vez.

Les relate toda la historia sobre Matheus, desde el día que pise esta ciudad por primera vez hasta la noche de ayer.

—Oh-my-gosh—dijo Jenniffer con cara de :0.

—Mi consejo para ti amix, es quedate con la persona que se quede contigo porque si no se queda contigo pos no te puedes quedar con esa persona—Soltó Daniela.

La sabiduría es poder.

Jenniffer y yo nos miramos y estallamos de la risa a la cual se unió Daniela.

—No me digas—respondí a Daniela entre risas.

—Bueno hora de un consejo—Dijo Jenniffer mirando a Daniela por el rabillo del ojo—, real—hizo énfasis en la última palabra.

—Te oigo.

—Okay, se ve que el chico tiene cierto interés por ti, pero si esto fuese real te lo demostraría frente a quien sea, ¿no crees?. Esta bien que quizás eso no le guste a tu hermano pero aún así si "te ama" tanto como el dice dejaría las cosas claras de una buena vez por todas, ¿verdad?

Debería reconsiderar mi idea de que esta chica es una bruja. ¿De donde saca la sabiduría? Nunca lo sabremos.

—Ash, tienes razon, ni siquiera lo había pensado de esa manera— Mire al piso pensando en lo ingenua que soy.

Sonó el timbre obligandonos a entrar al retén.


Después de una clase estresante nos dirigimos a la cafetería.

—Por cierto, ¿quienes iran a la fiesta de hoy?—pregunté.

—Casi toda la escuela, incluyendo a los princesos, aunque no confirmaron que vendrian salvo a los gemelos—respondió Jenniffer.

—Que raro (nótese el sarcasmo).

Las chicas soltaron una risita.

—Ppssss—Daniela llamó mi atención.

—¿Que pasa?

—Mira a las 9—Dijo llevando a mirada hacia la entrada de la cafetería.

Y allí estaban. Los simios que vivían conmigo haciendose llamar aquí como "princesos".

Pfff, si tan solo los vieran cuando se ponen a comer cochinadas y hacen guerras de eructos mientras uno de ellos hace de juez.

Mi mirada se cruzó con la de Matheus y no pude evitar soltar un suspiro mental.

—¿Meghan?—Jenniffer llamó mi atención chasqueando sus dedos en frente de mi.

—¡Ah, si! Creo que me buguie—dije volviendo a la realidad.

—Te trae loca, ¿verdad?—pregunto Daniela.

Jenniffer respondió antes que yo—¿A quien no? Solo mira sus ojos, su cuerpo, su cabello, esta para chuparse los dedos, nena.

La mate con la mirada ante el hecho de bucearse a mi ksjsisjansna (lo llamaré así hasta que descubra lo que en realidad somos)

—Wow, tranquila, es broma— levantó sus dos manos en muestra de inocencia acompañada de una sonrisa burlona.

—Si... —la mire con los ojos entrecerrados— todos ellos estan disponibles menos él y mi hermano, ¿queda claro?

—Si, señor—llevo su mano a su frente como militar.

Las tres nos reímos.








La noche llegó y empece a arreglarme para la fiesta de Daniela.

Me duche y me puse un Crop top negro con detalles plateados, abajo una falda negra igual que cubría la mitad de mis muslos. Lo acompañe con unos aretes plateados que hacían juego con mi atuendo y unos tacones no muy altos.

Deje mi cabello suelto y me mire al espejo.

Nada mal. ¯\_(ツ)_/¯

Baje a la sala y los simios estaban listos, menos Matheus que ni siquiera estaba ahí.

—¿Y Matheus? —trate de sonar lo más normal posible.

—No va a ir. Dijo que tenía cosas más importantes que hacer— Me respondió Isaac.

¿Ah si?

Y yo gastandome mi pinta.

Lo que sea.

—Ah.

—¿Nos vamos?—preguntó mi hermano.

—Claro.







Al llegar a la casa de Daniela me fijé enseguida en lo grande que es, en el patio delantero había algunos chicos hablando con chicas, normal.

Lo caótico era dentro de la casa. Estaba a oscuras, las luces cambiaban frecuentemente de color rojo, azul, verde, amarillo y otra vez rojo.

Baje del auto y nos dirigimos a la entrada, al pasar intente buscar las chicas con la mirada, pero era imposible gracias a la cantidad de gente que había y las luces que mareaban.

Cuando mire hacia atrás ya no estaba ninguno de los simios. Lo que faltaba.

Empece a merodear en busca de Daniela cuando unas manos en mi cadera me hicieron sobresaltar.

—Te vez muy bien—Una voz masculina dijo en mi oído, calentandolo.

Giro sobre mis pies y veo y un chico que a penas logró reconocer.

—¿Evan?

¿Que mierda hace él aquí?

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#RidículaIneptaImberbeEinnecesariaAlarma

Viviendo con los princesosWhere stories live. Discover now