Parte única

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Al final del día todo se reducía a él. Lo había descubierto hace algún tiempo. 

Me había acostumbrado a su carácter temperamental y a que supiera qué calles de Londres había recorrido con tan solo mirar mis zapatos.

Era maníaco, sí, algunas veces. Mantenía restos de cuerpos en la nevera, sí, desagradable pero para mí ya una costumbre. Era un drogadicto que se paseaba en el borde de la perdida del control en ciertas ocasiones, sí, aún no descubría mi nuevo escondite para sus cigarrillos. Podía estar frente a mí y ausentarse en su palacio mental por horas, un día entero inclusive, sí, y yo le daba ese espacio. 

Siempre le daba lo que quería y aunque pudiera enfadarme, terminaba aceptando, concediendo, sin reclamar reconocimiento o trato similar. Había elegido esa rutina y estaba conforme con eso. Pero había días, como este, en los que había imaginado que podría ponerme como prioridad sin tener yo que estar en riesgo de muerte inminente.

-¡John! - Su voz reclamando mi atención me sacó del trance y en el proceso salpiqué el sillón con el café de la taza que tenía en la mano. 

Sherlock regresaba de su dormitorio a la estancia con los ojos brillándole, extasiado. No era difícil imaginar que se trataba de un caso interesante.

-¡Diablos Sherlock! Esto está caliente - reclamé mientras lo observaba. 

-Pequeñeces Jonh, ahora necesitas arreglarte, nos vamos - dijo envolviéndose la bufanda al cuello y enfundándose su abrigo negro.


Después de todo sí lo había olvidado.


No podía decir que me dolía, solo que lo esperaba.


-Sea lo que sea vete, puedes resolverlo solo - espeté mientras abría el periódico. 

-Es cierto - concedió - pero eres mi blogger - sonrió - este caso parece prometedor, en mi opinión podría ser una nueva tendencia si lo publicaras - dijo en un intento por convencerme.


Lo hubiera seguido hasta el fin del mundo sin protestas, sin explicaciones, pero los sentimientos egoístas y orgullosos en mi pecho se estaban revelando aquella mañana. Lo hubiera seguido, pero no, él había decidido estropearlo, y yo podía ser alguien paciente, todo el mundo me lo echaba en cara "no sé cómo lo haces John, cómo lo soportas", hoy sinceramente me preguntaba lo mismo.


-Estoy cansado, es todo - respondí mientras intentaba concentrarme en mi falsa lectura matinal.

 -¿De qué hablas?, despertaste hace unas horas y sé que dormiste de maravilla porque a juzgar por... 

-Sí , sí, tienes razón.

Lo corté, no estaba de humor para sus agudas observaciones sobre la piel de mi cara, el estado de mi ropa. Solo había esperado un "felicidades John" nada más y todo se estaría reproduciendo de la misma manera que cada mañana, él me habría contado sobre un caso y estaríamos ya de camino a donde fuera que eso nos llevara.

-Te pasa algo. 

-Es la mejor deducción que has hecho esta mañana. 

-John, mírame - sus fuertes manos sobre mis hombros.

Me maldije a mi mismo por obedecer como un cachorro. Sus ojos azules me observaban con seriedad.

<<No, John, no puedes hacérselo así de fácil. El debió recordar esto. Un cumpleaños es un dato más, como cualquiera de los miles en su cabeza, después de todo eres su amigo, él debió recordarlo>> Repetí en mi cabeza como si de un mantra se tratase.

Feliz Cumpleaños JohnWhere stories live. Discover now