Capítulo X

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/º/º/º/º/º/º/º/º/º/º/ La Tormenta \º\º\º\º\º\º\º\º\º\º\


La bruja y el mago aparecieron dentro de un gran salón en ruinas, rodeados de escombros con un techo destrozado que dejaba ver el cielo nublado. Para sorpresa de la bruja, los vitrales en ambos lados laterales del salón permanecían intactos, retrataban una antigua guerra. Vio que no estaban solos, a pocos pasos estaban Tharton y Circe junto con un grupo de cinco brujos y hechiceros detrás de ellos. En el suelo estaban dibujados los dos mundos, era uno de los nueves portales restantes; el cual estaba bajo el resguardo de los licántropos en el castillo de Moondust, aliados de los magos del Alba.

_ Buen día _ dijo Tharton en voz alta mirando a la bruja. Su voz resonó por todo el lugar. Leah se limitó a responder realizando un ligero movimiento con la cabeza. Al desviar la mirada se dió cuenta que el grupo detrás de Circe la observaba _ ¿Cómo reaccionaron?_ preguntó el mago a Fermín.

 _ Les costó asimilarlo al inicio, pero decidieron seguir _ Fermín apartó su mirada de Tharton para dirigirse al grupo de guerreros _ Niños, ella no es una diosa como para que la estén mirando de esa manera. Solo es una joven asustada al igual que ustedes _ 

Tharton volteó a ver al grupo, ellos inmediatamente clavaron la mirada al suelo. Ambos magos soltaron carcajadas, mientras Circe permaneció seria. Los cinco, la bruja, los dos brujos y un hechicero provenían del Templo del Sol, uno de los templos de la Cofradía que se encontraba a dos días de Arelia, reino de los Elfos. Sentían curiosidad por la bruja, no tenían en mente que tuviese una apariencia tan joven.

En ese momento un ruido interrumpió las carcajadas. Las altas puertas del salón se abrieron de par en par, y pasó por esta un hombre de cabello rizado y barba sin cortar. Llevaba una larga capa de piel que rozaba el piso, en el petó de su armadura iba grabado la silueta de un lobo, al caminar el sonido que resaltaba era el choque de su espada contra el quijote de su armadura. Era el alfa. Lo acompañaban su hermano y una anciana. Todos hicieron una reverencia, Leah al verlos hizo lo mismo.

_ Disculpen la interrupción magos _ pronunció el alfa mientras se acercaba a ellos, dejando atrás a su hermano y a la anciana que caminaban lentamente. Tenía una pequeña cicatriz en la mejilla que lo hacía parecer un hombre rudo.

_ No interrumpe nada majestad _ dijo Fermín.

 Una vez que lo tuvo al frente ambos dibujaron sonrisas para luego darse un fuerte abrazo. Habían pasado veinte años desde la última vez que se vieron. El mago vio con orgullo en el hombre que se había convertido aquel pequeño que educó en el templo. Ahora abrazaba a alguien más alto y ancho que él, cambió mucho, pero el sentimiento seguía siendo el mismo.

El alfa lo tomó de los hombros y señaló detrás de él _ Él es Samuel _ 

_ Querido Samuel _ dijo el mago mientras se dirigía a abrazar al hermano del alfa, quién lo recibió con una sonrisa. Sus dos pequeños se habían convertido en grandes hombres.

El alfa no podía permanecer por mucho tiempo con ellos. Tenía que resolver sus asuntos, y sabía que los demás también los suyos _ En realidad vine por dos motivos, el primero es para darles una noticia. Elao ha sido visto en Zefirus, tomando posada en la casa de un herrero, lo que es extraño _

_ ¿Saben cuál es el nombre del herrero? _ dijo Tharton mientras acariciaba su larga barba blanca.

_ Su nombre es Elías, un ex miembro de Los Cincuenta que fue excomulgado _

Los Cincuenta eran un grupo de sabios eruditos que destacaban en distintas ramas, que iban desde el conocimiento de posiciones hasta el estudio de la historia. Se les conocía principalmente por pasar mayor parte de su tiempo en bibliotecas o por peregrinar solos durante un largo tiempo en busca de mayor conocimiento. 

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