Capítulo 50: zibá.

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«Yo tuve que morir un par de veces para aprender a valorar la vida, y cuando hablo de morir no hablo de dejar de existir. Hay situaciones que matan tu espíritu y mueres aunque estés respirando... »


Narrador:

1 mes después.

El trinar de los pajaritos empieza a escuchar de repente y muchos aromas llegan a sus fosas nasales. ¿Acababa de despertar? Desde hacía tiempo le era difícil sentir cuando sus ojos estaban abiertos. No distinguía entre oscuridad. Solo los aromas a mañana fresca eran los que la hacían diferenciar.

Seguro se estaba quedando loca. Esos aromas que aspiraba eran los de sus chicos, pero eso era imposible, ellos no podían estar con ella. Además, ¿qué era esa comodidad en su cuerpo? Los dedos de sus manos acarician la seda bajo ellas, ¿estaba en una cama?

Cuando movía sus manos, sintió algo pegado a ellas, por un instante pensó en las cadenas, pero se sorprendió cuando sintió los delgados tubos y la aguja encajada a su muñeca. ¿Acaso le estaban suministrando medicamentos?

Carajo. Esto era un sueño. Era idéntico al sueño que una vez tuvo, donde ya estaba en el hospital mejorada y con sus padres junto a ella, dándole amor. La única diferencia era que en ese sueño sí podía ver, tal vez porque aún recordaba cómo eran ciertas cosas, sin embargo lo único que puede recordar es obscuridad.

Esperen, ¿hace un momento dijo que estaba cómoda? Con rapidez tanteó su pecho, creyendo que se toparía con esos huecos llenos de sangre y piel pudriéndose. En cambio cuando se toca, no siente dolor, no el que esperaba, y en su piel solo quedan cicatrices. Sus heridas habían sido sanadas.

Sin duda este sueño estaba siendo bastante realista.

Solo suspira y espera el momento en que Samigina llegue a despertarla. Mientras tanto disfrutaría de la obscuridad y esos aromas que la relajaban y le hacían dejar de temer. Genial. Ahora estaba llorando. Tenía mucho miedo, miedo y dolor eran las únicas cosas que había podido sentir en los últimos meses.

Se asusta cuando siente un gentil toque en su rostro, limpiándole las lágrimas. Ella conocía ese toque.

—No llores más, Luna mía, ya nada volverá a hacerte daño —las lágrimas salen aún más fluidas de su rostro. No sólo él está ahí, todos ellos lo están.

—¿Chicos? —solloza.

—Aquí estamos, amor nuestro, y ya no nos iremos

—¿Esto es un sueño? —sabía que lo era, pero deseaba tanto que no lo fuera.

—Estás a salvo, estás sanando, estamos contigo. Es real, Luna

Entonces siente 12 diferentes toques en todo su cuerpo, solo es su mano, pero puede sentir todo el amor y la protección que tienen para darle. Ese toque único que cada uno tenía, no podía ser creado por su cabeza. En verdad sus grandes amores estaban ahí para ella.

—Tengo mucho miedo —se sincera.

—Ya nada podrá hacerte daño jamás, daremos nuestra vida si es necesario por ti

De inmediato los siente más cerca, era como si a través de su toque ellos la estuvieran abrazando. Tal vez aún estaba muy débil y por eso no querían tocarla mucho. Solo se sumerge en las lágrimas por un buen rato, solo se escuchan sus gemidos y sollozos, mientras ellos la acarician con amor, dándole apoyo.

Después de unos minutos, ella se calma.

—¿Y dónde está mi familia? —pregunta por fin. No podía esperar por sentir a sus padres. Estaba segura que su padre y sus tíos habían ido a rescatarla. Tal como ella lo esperó por tanto tiempo.

"Beast" ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora