Capítulo 36: sin escape.

1.1K 119 94
                                    

A D V E R T E N C I A: El siguiente contenido puede tener horrores de ortografía, favor de señalarlos. Además que puede causar unos cuantos derrames nasales, se recomienda discreción.

.

.

.

«Sigues siendo tú, me dejaste en el dolor, me hiciste llorar, me rompiste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Sigues siendo tú, me dejaste en el dolor, me hiciste llorar, me rompiste. Eras tú en aquel momento donde tu mano no podía alcanzar nada, donde no pudiste atraparme...»


Dos semanas después.

Despierto de golpe, siento como si alguien gritara en mi oído, sin embargo al buscar en la habitación no hay nadie, así que solo suspiro. Con cuidado y apoyo de mis manos, me voy sentando en el piso donde estoy tirada, donde ahora los Sakamaki me dejaban inconsciente luego beber mi sangre.

Gimo un poco por el dolor y jadeo por el esfuerzo y al sentir mi garganta seca, mis muñecas están llenas de mordiscos y de marcas de cadenas, ligeramente sobo mis muñecas y hago muecas. Mi cuerpo está hecho un asco, por las piernas y los brazos estoy llena de tierra y sangre, mis rodillas están muy dañadas y negras. No puedo verlo, pero sé que mi cuello está hecho mierda y tampoco me atreveré a verlo.

Miro a mi alrededor, no era un cuarto muy diferente de donde los Mukami me aprisionaron, no entiendo a qué fue Shu para rescatarme hace cinco días, si al final terminaron haciéndome lo mismo que los Mukami. Sin embargo, sí admito que este cuarto es peor, aquí hay ratas y cucarachas, es un cuarto sucio, sin cama, solo siendo alumbrado por dos ventanas sin vidrio y solo barrotes a tres metros del suelo, agradezco que sea verano, sino me congelaría en las noches por el frío que se cuela. Este cuarto está en el sótano, que parece calabozo. Mínimo tengo baño y me dan comida.

Esta fue la única alternativa que se les ocurrió para que nadie me encontrara.

No sé cómo fue que llegué a esta situación, no sé cuándo excedí mis límites. Perdón, pero ya no puedo con esto.

No hay ni un minuto en el cual no me exijan sangre cuando estoy despierta, solo si estoy dormida no lo hacen, he intentado hacerme la dormida muchas veces para que no me toquen. Y sin embrago no funciona, ellos huelen mi miedo al ser descubierta, escuchan mi corazón latir rápido y mi sangre calentarse.

—Perdóname, Satán, pero ya no puedo seguir así —digo, mi voz sale como la de una viejecita, tengo sed y mi garganta está mal de tanto que grito que me suelten o pido ayuda. Sí, en este tiempo que he estado con los Mukami y Sakamaki, he aprendido lo que es realmente el miedo y a pedir ayuda. No sé a qué o quién le pido ayuda, pero lo sigo haciendo con la esperanza de que alguien lo haga.

Los amo, pero tengo miedo. Tengo miedo a odiarlos.

Si esto sigue así, volveré a caer en coma para poder regenerar mi cuerpo. En verdad no quiero odiarlos, en este momento es obvio que estoy enojada con ellos, pero no los odio, no puedo tirar a la basura tantos sentimientos. Me siento una esclava más del síndrome de Estocolmo.

"Beast" ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora