Luna tendrá que enfrentar varios sucesos al volver a ver nuevamente a los chicos, ahora ella tendrá que vivir en la mansión Sakamaki. Llegará como todas las novias de sacrificio: solas, indefensas, confundidas. Ellos no la reconocerán, por lo que la...
«Aquello que para la oruga se llama fin del mundo, para el resto del mundo se llama mariposa...»
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—Ya van a ser las 11, es hora de despertar a Luna, ya durmió demasiado y yo me muero de hambre —Asami habla, tomando la mano de Jun para los dos pararse de la silla e ir en busca de su hija.
El jardín queda en perfecta incomodidad.
Se había recogido el desorden de la fiesta de anoche muy temprano en la mañana, para ese momento una enorme mesa rectangular estaba en en el jardín, donde todos los allegados a la familia estaban sentados, es decir, los amigos de Luna. Todos estaban en la espera de Luna para empezar a desayunar, solo jugo y café era lo que bebían.
En un lado de la mesa estaban los 12 vampiros que traían loca a Luna y Usagi y Richter; frente a ellos estaban, Derek, los mates de Luna, sus hermanos, los príncipes blancos y los amigos de ella. Pero había alguien que dedicaba miradas amenazantes a todos los presentes, tal vez solo con las chicas y sus tíos tenía un poco de consideración, pero a todos los demás no paraba de perforarlos.
—¿Entonces todos ustedes quieren follar con mi hermana? —la pregunta desinteresada que sale de los labios del peli plata, hace que más de uno se atragante con su bebida.
—¿Disculpa? —Subaru brama con indignación.
—No se hagan los santos que aquí no los hay
Zero ríe con sarcasmo descarado, mostrando una sonrisa encantadora. Sí, ese chico era hermano de Luna, ese encanto nato que sale con cualquier acción que realicen lo dice todo
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—Quieren poseer a mi hermana, despierta libido en ustedes, ella los seduce cual zorra, ¿no es cierto? —vuelve a reír con sorna. Todos lo miran con sorpresa— Vamos, no me miren así. Mi hermana es una ofrecida dándoles su sangre y dejando que hagan con su cuerpo lo que les plazca, no hay que negarlo.
—¡Te prohibo que te expreses así de ella! —Jacob grita con voz demandante, una vena sobresale de su cuello, a su lado Kennedy trata de calmarlo.
