Capítulo 26: Están bromeando, ¿no?

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Narrador 

Esa voz. No podía creer que estaba escuchando esa voz, esa voz llena de pesadez, fastidio y arrogancia. No, no, no, esa no podía ser la voz de Shu Sakamaki, ¿o sí? ¡Claro que no! Ellos nunca irían a verla a ese instituto.

Kou, Yuma y Azusa se separaron de Misaki, Ruki aún la dejó contra su pecho, no quería que por ningún motivo ellos la vieran o peor aún, ella los viera.

—Quédate así hasta que yo te diga, por favor —le susurró Ruki al oído a Misaki. Ella sólo asintió.

—Mooo~ pero si son otra vez ustedes —dijo Kou con su típica voz.

—Déjate de estupideces. Queremos a Misaki —dijo Subaru molesto. Ella se sobresaltó al escuchar la ronca y gruesa voz de Subaru, tenía tanto que no la escuchaba.

—¿La quieren? —habló Ruki enarcando una ceja.

—Misaki —su piel se erizó al escuchar la voz de Reiji llamándole —. Ven aquí —le dijo en un tono demandante, pero suave.

¿Que qué haría? Bueno, la verdad era que, ir con los Sakamaki no estaba en sus planes. En esos momentos le dolería verlos, aún no estaba preparada para verlos. Ellos la sacaron de la mansión como si fuera un juguete del que ya se habían aburrido, eso había sido una gran humillación para ella. Tiempo atrás, al verlos allí atrás de ella, correría a sus brazos y los perdonaría sin decir nada, pero lástima, esta vez no sería así, esta vez Misaki se daría a respetar por esos chicos. Ella sabía que pasase lo que pasase, ellos la seguirían queriendo, eso estaba seguro, pero ellos tenían que aprender una lección.

Intentó voltearse para encararlos, pero Ruki no la dejó. Ella lo miró desde abajo suplicante, pero él sólo negó.

—¿Puedes quitar tus asquerosas manos de mi puberta? —esta vez habló Ayato.

—Por favor, no están en condiciones de exigir nada.

Y así fue como la pelea entre Mukamis y Sakamakis empezó. No peleaban a golpes, lógicamente, pero verbalmente sí. Y Luna se estaba enojando.

—Basta —dijo con voz normal, pero ninguno paró —. Basta —volvió a decir, pero nadie la tomó en cuanta —. ¡Basta! —alzó la voz en la tercera vez, por lo que ahora sí que la escucharon.

Se separó de Ruki, aunque este se negara, le tomó unos segundos en tomar aire y sobre todo valor para dar la vuelta y encarar a esos chicos que con su presencia le ponen nerviosa.

Al verla, fue como si el mundo volviera a girar nuevamente, como si de blanco y negro al color se convirtiera todo, como si su alma regresara a sus cuerpos; así lo sintieron los Sakamaki al ver a Misaki nuevamente a los ojos. Para ellos, no había cambiado en nada, seguía idéntica a como la recordaban: esas pequeñas piernas, esa cintura, esas caderas, esos pequeños pechos, todo ese cuerpo que los volvía locos; sus pequeños labios que más de una vez besaron y mordieron, su pequeña nariz, sus grandes mejillas regordetas que en ese momento estaban sonrojadas, esos ojos tan profundos de ese color café que les encantaba; y ya por último, su cabello... Joder, ese cabello, estaba más largo ya, su cabello se había soltado del molote cuando Ruki la abrazó, por lo que ahora podían observar sus largos cabellos ondulados. Sin duda alguna, extrañaron a Misaki.

—¿Pueden dejar de comportarse como niños? —habló Misaki. Al escuchar su voz, fue un verdadero boleto de avión a otro mundo.

—Tienes razón. Mientras más rápido resolvamos el problema, mejor —dijo Reiji —. Ven, Misaki, vámonos.

Ella les miró con los ojos entrecerrados.

—¿Qué perdón? —dijo sorprendida.

—Eso, nos vamos, chichinashi —habló ahora Ayato.  

"Beast" ||Diabolik Lovers||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora