Italia

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-Deberíamos ir a pasar el fin de semana largo a algún lugar- dijo la castaña mientras miraba una revista de moda.
-Puede ser, a Aberfan tal vez, la otra vez dijimos que íbamos a ir y no pudimos- dijo el pocionista mientras él leía el Daily Mail.
-Sí, me encantaría- dijo sin despegar la vista de la hoja.
-Veré algunas cabañas, siempre son mejores y sus ubicaciones son excelentes- respondió Severus.
-Debo irme Bobby, te quiero- dijo la castaña dejando la revista arriba de la mesa y besando a su profesor quien le devolvió el beso.
Severus leyó un poco más el periódico del mundo muggle, el del mundo mágico lo aburría, siempre hablaba de lo mismo, Hogwarts, Voldemort, el Ministerio, los mortífagos y él mismo encabezando, como hacia 10 años, la lista de los solteros más codiciados del mundo mágico, pero había algo que Rita Skeeter no sabía, él ya no era soltero.
Miro la hora y se abrigó y salió rumbo al comedor.
-A Italia- dijo Albus Dumbledore mirando a las mesas repletas de estudiantes.
-Qué?- dijo Severus, había escuchado que el director habló, pero por el barullo no escuchó qué fue lo que dijo, ni tampoco a quién le hablaba, porque no lo estaba mirando a él.
-Vayan a Italia- ahora sí el director lo miró a él. Severus lo miró desconcertado -no hay nadie que viva o sea de Italia en el mundo mágico. Hay un lago, el Lago di Braies, ahí fui yo con Minerva cuando recién empezábamos a salir. Es un lindo lugar, lejos de todo, además no necesitaran preocuparse por el transporte, y un detalle, el italiano es más fácil de entender que el galés- terminó.
-Okey- dijo el pocionista y volvió a su plato de carne y papas fritas.

Al día siguiente fue a la biblioteca, donde buscó una guía telefónica de Italia, y contactó a la única agencia que hacia hospedajes en el Lago di Braies, reservó la cabaña del Lago para dentro de dos semanas y después fue al bosque a ver a Hagrid, pero se desvió al ver a la leona sentada sola.
-Encontré a un bomboncito en el bosque-dijo cuando se acercó.
-Hola Bobby- dijo besando a su profesor. Severus se sentó a su lado.
-Linda, no vamos a ir a Gales. Te gusta Italia?- le preguntó.
-Nunca fui, pero me encantaría ir. Por qué no vamos a ir a Gales?- preguntó.
-Porque viven personas del mundo mágico. Espero que te gusten los paisajes de montaña y los lagos- dijo.
-Los amo- respondió Hermione maravillada.
Eso alegró a Severus y se sintió aliviado.
-Nos vamos en dos semanas- dijo el pocionista.
Estuvieron un largo rato acostados, dandose besos de vez en cuando y hablando acerca de más cosas que podrían hacer después de Italia.

El día llegó. Severus estaba un tanto nervioso porque era la primera vez que hacia eso, irse con una persona que le gustaba, solo, de viaje. Se acomodó su valija de forma prolija con su patrón estandar de lo que siempre llevaba a todos los viajes, 4 remeras manga corta, 3 buzos, 4 shorts, 2 jeans, 6 bóxers, 4 pares de medias, 3 pares de zapatillas, algunas toallas, shampoo, acondicionador, jabón, una mochila para sus caminatas y su smoking de siempre, llevaría a cenar a Hermione a un restaurante importante. Esos números eran indispensables, si alguno se alteraba se sentía mal, tenía esos TOCs desde hacia años con todas las cosas. También se puso sus aros en las orejas.
Minimizó sus valijas y se fue al bosque, donde la castaña ya estaba allí sentada en el claro. Puso un hechizo invisibilizador y silenciador, se tomaron de la mano y aparecieron en un sendero en el medio del bosque.
-Te pusiste tus aros, me encantan- Severus sonrió -Y ahora?- dijo Hermione.
-Hay que guiarse por los carteles- dijo.
Caminaron unos 20 minutos y dieron en la cabaña. Era realmente hermoso. Había muchas canoas, un lago hermosamente limpio y montanas inmensas, cubiertas de nieve en sus puntas, hacia frío, pero él no le dio importancia en ese momento por admirar el imponente paisaje ante sus ojos.
-Te sacaré una foto- diji Hermione sacando su cámara fotográfica muggle. Tomó una foto de él, Severus le tomó una foto a ella y luego se tomaron una foto juntos. Entraron a la cabaña, a la izquierda había un comedor fusionado con una sala de estar con sillones, una biblioteca y una chimenea; a la derecha estaba la cocina muy espaciosa. Y luego había un pasillo, la primera puerta a la derecha estaba el baño, la primera puerta a la izquierda era una habitación con una cama de dos plazas y al fondo había otra habitación con tres camas dobles. Dejaron las cosas en su habitación, Severus colgó su smoking para que no se arrugue y Hermione hizo lo mismo con su ropa.
-Ahora qué quieres hacer?-dijo Severus.
-Ir a Venecia- dijo Hermione.
-Por supuesto- refutó el pocionista, besó a su alumna y se aparecieron en un callejón desierto de Venecia. Caminaron por esas calles, anduvieron en góndola, compraron varias cosas como imanes, Severus compró chocolates para sus amigos y para ellos dos, almorzaron mirando al río y después hicieron una teletransportación al Palacio Colonna, era realmente hermoso, tanto las paredes como el techo estaban cubiertas de pinturas con diferentes significados, cuadros que databan desde hacia muchos siglos y sillones y muebles de oro al estilo Luis XV y más lujosos aún.
-Parece la Capilla Sixtina- dijo Severus viendo impresionado todo el lugar.
-Podemos ir al Vaticano?- preguntó Hermione.
-No la vía como alguien católica Granger- dijo abrazándola por sus hombros mientras caminaban junto al grupo de personas que participaban en la visita guiada con ellos.
-No lo soy tanto, es decir, cuando estoy con mis padres no vamos todos los domingos a misa, ni rezamos antes de dormir ni nada de eso. Solo quiero ir a conocer el Vaticano es todo- dijo la castaña.
-Lo haremos, mañana, hoy no están disponibles las visitas guiadas- dijo Severus.
-Perfecto- respondió la castaña.
Terminaron la visita guiada en el Palacio Colonna, recorrieron más lugares, tomaron muchas fotos y luego regresaron al Lago, donde se dieron una ducha y cenaron. El cansancio era muy fuerte así que se durmieron enseguida.

Se despertó, miró la hora en el reloj de mesa y faltaban poco más de diez minutos para las 7 de la mañana. Se levantó, hizo sus necesidades, lavó su cara y sus dientes y se puso a preparar el desayuno. Pensó que esa mañana podrían ir al Vaticano y luego a Roma, toda la vida había querido ir a conocer el Coliseo.
Preparó su café, era demasiado temprano como para despertar a Hermione y sabía que no le gustaba que la despierten. Salió afuera a tomar su café, mientras miraba las montañas. Mientras leía el periódico italiano, el cual no era muy difícil de comprender, escuchó a Hermione entrar a la cocina.
-Buenos días- dijo la castaña preparando su desayuno.
-Buenos días hermosa- dijo sin despegar la vista del periódico.
La castaña se sentó y besó los labios del jefe de Slytherin.
-Qué haremos hoy?- preguntó.
-Ir al Vaticano y después, podríamos ir a Roma- propuso el pocionista.
-Adoro ese plan- dijo la Gryffindor terminando su café. Preparó su mochila y fueron por teletransportación a la Plaza de San Pedro.
Era todo realmente bello, las esculturas de todos los santos en la Plaza de San Pedro. Decidieron hacer la visita guiada por el Vaticano, donde había muchas pinturas, estatuas y objetos personales de gente de rango importante en la Iglesia. La Capilla Sixtina era hermosísima. Hermione estaba maravillada con todo lo que veía mientras Severus estaba muy feliz por estar ahí, con Hermione y sin ninguna preocupación.
Luego de la visita guiada se dirigieron por aparición a Roma, vieron el Coliseo, imponente, maravilloso. Se tomaron varias fotos allí y almorzaron en un McDonald's. Severus consideró que podrían ir a visitar la Torre de Pisa al día siguiente.
-Te gustaría ir a ver la Torre de Pisa después de aquí?- preguntó el pocionista.
-Claro-dijo Hermione después de tragar un trozo de su hamburguesa.
Fueron a un lugar desierto y se aparecieron en un lugar alejado de la Torre de Pisa. También se sacaron varias fotos y compraron unos recuerdos. Estuvieron allí hasta la noche cuando regresaron al lago.
Se ducharon, cenaron y se acostaron a dormir.
Hicieron el amor dos veces, ambos estaban realmente exaustos y el sexo los dejó más cansados.
Se durmió profundamente y soñó con su madre, pero había sido un sueño bueno, sin interrupciones de Tobías, ni gritos, ni llantos, nada triste.
Se despertó cerca de las 8 de la mañana, miró a Hermione, estaba realmente hermosa, acostada y desnuda a su lado. Beso su pelo y se levantó. Solo se puso su ropa interior y un short de entrecasa. Preparó un café y se sentó atrás de la ventana a ver el increíble paisaje, ese era el tercer día que llevaba allí y seguía maravillado con lo que veía. Hermione se levantó y lo saludó.
A media mañana tomaron una canoa y recorrieron todo el lago, hacía frío pero eso no importaba en absoluto.
Ese día y al día siguiente no fueron a ningún lado, se dedicaron a hablar, reír, mirar películas y tener sexo.

El último día llevó a la castaña a cenar a un lujoso restaurant. Después de comer y conversar pidieron champagne para tomar.

-Quítate tu ropa interior- dijo el pocionista.

-Qué?- preguntó Hermione boquiabierta.

-Que te quites tu ropa interior- repitió.

-Aquí?- inquirió la Gryffindor.

-Sí, justo aquí- contestó el jefe de Slytherin.

Hermione se quitó su braga y se la dio a Severus.

Al llegar tuvieron el mejor sexo que jamás habían tenido y se durmieron abrazados.


Volvieron a Hogwarts, Severus colocó sobre su mueble de su casa en el castillo todas las fotos que había tomado Hermione y los recuerdos que compró. Les dio los regalos a sus amigos quienes estaban contentos por el viaje que había hecho, y como siempre, le recalcaron la importancia de que se cuiden en esta relación. Todo estaba más que bien en Hogwarts, sinceramente no había extrañado nada trabajar ni la escuela. Enseñar no era su pasión, Albus se lo había pedido cuando murió Lily, y cuidar a Potter era su manera de disculparse con su amor juvenil por no cuidarla bien. Aún amaba a Lily, pero ahora tenía a Hermione, que también la amaba. Eran amores diferentes, pero amor al fin, ahora solo quería enfocarse en su relación con Hermione.
Encendió un cigarro, había estado cuatro días sin fumar, no se dio cuenta de eso, pero había extrañado ese vicio de todos los días. Lo bueno era que no es un adicto al cigarrillo, fuma uno, o dos cigarros por día, solo lo hace por simple vicio, sabía que estaba mal, pero se exponía ante el mago más tenebroso de la historia, tenía mas probabilidades de morir por Voldemort que por un cigarrillo.

Giros InesperadosWhere stories live. Discover now