La enana de rosa llega a Hogwarts

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Se venía un fin de semana largo de cuatro días, así que Dumbledore, McGonagall, Sprout, Hagrid y Snape decidieron ir a acampar a las afueras de Cork en Irlanda durante esos días.

Prepararon lo necesario, tiendas, comida y ropa para pasar cuatro días en el medio de la nada. Llegaron al atardecer del último día hábil, era muy bonito, había muchos árboles, lugares donde hacer una fogata y una pequeña laguna para pescar.

-Me hace acordar a esas películas de terror donde aparece un asesino serial- dijo McGonagall abriendo una cerveza.

-En caso de que aparezca- dijo Hagrid sosteniendo su paraguas en alto.

Severus y Albus fueron a buscar ramas para la fogata.

-Está todo muy húmedo, debe haber llovido recientemente- dijo Snape caminando.

-Lo sé, qué tal van las cosas con la señortia Granger, Bobby?- preguntó el anciano.

Snape se detuvo y lo miró de tal forma que Dumbledore no dijo más nada y continuó su camino.

Encendieron el fogón y se sentaron alrededor. Hagrid tocaba la guitarra y cantaba una canción de Frank Sinatra.

-Me hacía falta un descanso de ese loquero- dijo McGonagall.

-A todos nos hacía falta, creí que perdería la razón- comento Dumbledore.

-Ya la perdiste- dijo Snape dando un sorbo a su Stella Artrois.

-A comer- dijo Pomona.

Los seis se sentaron en la mesa del comedor a cenar, Hagrid había hecho carne y estaba deliciosa, Severus comió mucho de más para lo poco que come, pero estaba hambriento y la carne estaba muy bien asada.

-Mañana vamos a pescar?- dijo Hagrid.

-Por supuesto, traje mi equipo, vienes Bobby?- preguntó.

-Sí claro- dijo terminando su cerveza.

Albus encendió el televisor y se sentó en el sillón a ver el espectáculo que hablaba de la separación de Andrés de York, el hijo de la reina de Inglaterra, y su esposa.

-Daríamos por formar parte de esa familia, pero debe tener tantos problemas como las familias comunes- dijo Minerva.

-O peores problemas- agregó Severus.

-Mandaste a hacer las condecoraciones Albus?- preguntó McGonagall.

-Sí- dice el director sin despegar la vista de la pantalla.

-Qué título recibiré este año?- preguntó Bobby.

-Caballero de Hogwarts- respondió Albus.

-Estás bromeando?- preguntó el pocionista emocionado, siempre había anhelado ese título.

-No Bobby, tus acciones en los últimos años han sido excelentes

-Y el año que viene?- inquirió curioso Snape.

-Si te comportas bien, profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras- contestó.

Snape no recordaba la última vez en la que había estado así de feliz, siempre había querido ser Caballero de Hogwarts y profesor de DCAO.

Pasaron un fin de semana excelente, volvieron al castillo bastante cansados y sin ganas de volver al trabajo. Al llegar a su casa fue directo a ducharse, un baño con agua caliente fue muy relajante, al terminar durmió un par de horas y se despertó casi a la hora de la cena, en la que habló con sus amigos de anécdotas del capamento.

Al día siguiente dio sus clases de siempre, se sentía más relajado y eso permitió que de clases tranquilo y no se enoje tanto.

Vio que Hermione y sus amigos iban a la cabaña de Hagrid, asíque mientras el semigigante les abría, él emprendió camino al bosque prohibido dándole el mensaje subliminal a Granger que la esperaba en el claro. Espero unos treinta minutos, estaba cayendo dormido cuando la leona tocó su pecho.

-Bobby- dijo besando su mejilla.

-Hola Hermione- dijo sentándose -cómo has estado?- preguntó.

-Aburrida sin ti, cómo te ha ido?- quiso saber la castaña.

-Genial, uno de los mejores fines de semana de mi vida. Quiero repetirlo lo más pronto posible- dijo emocionado.

-Sí que te has divertido Snape- dijo Hermione tocando su mejilla.

-Bastante, gracias a Dios- respondió y se sintió viejo por decir eso.

-Eres católico?- preguntó Hermione.

-Sí, por qué?- inquirió.

-Creí que eras judío- respondió la leona.

-Por qué iría a ser judío?- preguntó.

-Bueno, tienes cara de ser judío- dijo viéndolo.

-No, soy católico. Tú eres católica?- preguntó el jefe de Slytherin.

-Sí- respondió.

Snape rodeó a Hermione con sus brazos, la leona se sorprendió por el abrazo, no era muy cariñoso. Pero el fin de semana en Cork le hizo dar cuenta que tiene que valorar y demostrar afecto a las personas que lo quieren. Hermione le devolió el abrazo. Siguieron hablando muchas horas hasta que vino la lechuza de Snape que decía:

"Señor Severus Snape, me dirijo a Usted atentamente para solicitarle que se presente en mi oficina a la brevedad. Atentamente, Dolores Jane Umbridge".

-Maldición- musitó.

-Qué sucede?- preguntó Hermione.

-Debo ir a la oficina de Umbridge, seguramente hará preguntas acerca de a dónde fuimos o qué hicimos, en fin, debo irme- dijo parándose y ayudando a la leona a incorporarse.

Se despidió de la leona y fue al despacho de Umbridge, en el camino se topó con Minerva, quien también se dirigía allí, y en la puerta de la oficina estaba Albus esperándolos.

-Qué será esto?- preguntó Minerva.

-Me encantaría saberlo- dijo Dumbledore.

Filch tocó la puerta de la oficina de Umbridge y los presentó.

-Señores, señora- saludó a los tres e hizo la típica reverencia -siéntense por favor- los tres tomaron asiento -los he citado aquí porque se registró una actividad sospechosa en los últimos días que incumbe a ustedes, la enfermera, el Guardían de Llaves y la profesora de Herbología, es así?- dijo.

-Sí, tuvimos una actividad pero no entiendo porque lo califica como sospechosa- dijo Minerva.

-Por qué ustedes son sospechosos- respondió.

-Mire señora, no sé la utilidad de su propósito aquí, pero lo que nosotros hagamos en nuestra vida privada a usted no le concierne. No tenemos porque darle explicaciones acerca de lo que hacemos o dejamos de hacer a nadie, menos a usted- dijo Severus enojado -no juegue con nosotros, sabe que puede perder- alertó.

-Me está amenazando Señor?- dijo altanera.

-Tómelo como quiera

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