18. Ganas de golpearlo.

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¿Cómo podía decir que lo nuestro era sexo sin compromiso? para mí no lo era y casi estaba seguro que para él tampoco, ¿qué no se daba cuenta de lo que me hacía sentir?, estaba más que loco por él y no era únicamente algo físico, los celos que sent...

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¿Cómo podía decir que lo nuestro era sexo sin compromiso? para mí no lo era y casi estaba seguro que para él tampoco, ¿qué no se daba cuenta de lo que me hacía sentir?, estaba más que loco por él y no era únicamente algo físico, los celos que sentía me lo terminaban de corroborar, yo lo quería y por ningún motivo iba a permitir que saliera de mi vida, él me pertenecía le gustara o no.

Instantes después entraron Jihyo y ese infeliz que me entregó las llaves y las dejé en la mesa. El desayuno transcurrió casi en silencio, a excepción de pequeñas líneas que decía Jihyo y que MinJae le respondía.

Cuando terminamos, Tae subió y casi de inmediato MinJae fue detrás de él. Entonces Jihyo me propuso que jugáramos ping pong para que sacara el enojo que visiblemente se me notaba.

Estaba logrando tranquilizarme hasta que ellos bajaron y se unieron al juego, no pude controlarme y empecé a golpear la pelota con demasiada fuerza dirigiéndosela a él con toda la intensión de darle en la cara, Tae y Jihyo se dieron cuenta que prácticamente los estábamos ignorando y se quitaron de la mesa. MinJae era muy hábil y lograba regresarme la pelota, hubo un momento en el que ellos entraron a la casa, él y yo seguimos jugando, ya había analizado su forma de jugar, así que hice un movimiento que no se esperaba y logré golpearlo en el hombro, me disculpé fingidamente y entonces me dijo que mejor entráramos a la casa, que ya le había dado sed así que dejamos hasta ahí el juego, al menos no me había quedado con las ganas de pegarle.

Al entrar, vi a Jihyo mirando un partido de hockey y resultó que a él también le gustaba ese deporte, así que se sentó a su lado y cuando le comenté a ella que debíamos ir al supermercado me sugirió que esperáramos a que terminara, pero yo me negué y MinJae atinó a decir que a Tae tampoco le gustaba y entonces Jihyo sugirió que fuéramos nosotros por los víveres. Tae parecía no estar muy de acuerdo con la idea, pero accedió.

Íbamos en el coche en completo silencio, de pronto una canción empezó a sonar en la radio, la letra me llegó, apenas y nos conocíamos, él estaba con alguien más y lo nuestro era indebido y, tal como decía la canción, yo no podía respirar cuando pensaba en él, a decir verdad, en lo único que pensaba los últimos días era en él.

Entonces me disculpé, él me recriminó y con toda razón, le di mis motivos, aunque me callé lo referente a mis sentimientos, quizá era demasiado pronto para expresárselos, me asustaba su reacción y a lo único que aspiraba en estos momentos era su perdón por mi insensato comportamiento, pero, no sabía cómo manejar los celos, era la primera vez en mi vida que los sentía y me cegaban por completo la razón, sólo esperaba que él lo entendiera, que se diera cuenta que era mi todo.

Al llegar al supermercado noté que seguía serio conmigo, lo ayudé a bajar del coche y se siguió caminando, esperaba que pronto se le pasara el disgusto. Al menos me habló, eso era buena señal, así que hicimos todas las compras, en uno de los pasillos había una pareja de ancianos, mientras yo buscaba unas cosas, escuché su comentario y sentí una gran alegría al ver lo que proyectábamos Tae y yo, parecíamos recién casados, algo que no se me había ocurrido.

Cuando me acerqué a él lo noté como ausente mirando a la pareja, seguramente también había escuchado lo que dijeron, me moría de ganas de saber lo que pensaba al respecto y lo miré a los ojos tratando de encontrar la respuesta, le sonreí y después entrelacé mi mano con la de él, como si fuéramos novios y caminamos hacia las cajas para pagar.

Íbamos de regreso a la casa y una loca idea se me ocurrió, lo deseaba tanto y debía aprovechar el que nos encontráramos solos y lejos, entonces manejé en dirección a un pequeño bosque que normalmente estaba desierto, pero como no sabía si ya se le había pasado del todo la molestia hacia mí, fingí que el auto se había descompuesto y él se lo creyó.

Vi que se acomodó en su asiento y yo hice lo mismo, empecé a jugar con mis manos, ideando la forma de acercarme a él sin que sospechara que el auto sí funcionaba, me volteé para mirarlo y comencé a acariciar su rostro, como si tratara de grabármelo, puse un mechón detrás de su oreja en tanto él sostenía una de mis manos y me acerqué para besarlo, necesitaba mi dosis de su néctar, entonces él hizo algo que me enloquecía, tomar el control y puso mi mano sobre su pene que empecé a acariciar mientras él desabrochaba mi camisa, agradecí el haber metido un condón al bolsillo de mi pantalón.

Hice que se sentara sobre mí y nos besamos de nuevo mientras metía mis manos por debajo de su suéter para acariciar su delicada piel, después me besó el cuello, bajó a mi torso y depositó suaves besos, yo sentía como mi temperatura se elevaba y mi respiración se hacía pesada. Me desabrochó el pantalón y liberó mi miembro que ya estaba endurecido, se quitó su suéter y entonces besé la parte superior de sus pezones en tanto él deslizaba su mano por mi erección, desabroché su pantalón y lo acaricié por encima de su bóxer, él jadeó y sentí como se iba endureciendo. No pude evitar el recriminarle que trajera pantalón, si llevara un short o algo más holgado todo sería más fácil, claro que como él mismo me dijo, no había modo de que supiera que lo haríamos en el coche.

Empezó a quitarse las prendas que estorbaban mientras yo me colocaba el condón y me hizo un comentario bastante gracioso, jamás me imaginé que pensara que era el dueño de la empresa de condones, debía sorprenderle el que siempre estuviera preparado, fue un hábito que adquirí en la preparatoria y del que mi padre tenía cierta responsabilidad por su argumento sobre la prevención.

Se sentó nuevamente sobre mi regazo introduciéndose mi miembro que al instante ocupó toda su estrecha entrada, comenzó a moverse lentamente, llevando el ritmo de la acción, con sus manos apoyadas en el respaldo para tomar impulso, yo acariciaba sus muslos y subía hasta sus nalgas apretándoselas.

Nuestros rostros estaban unidos y nos mirábamos fijamente, percatándonos del enorme placer que sentíamos y gimiendo sin parar, yo sentía su tibio y embriagador aliento sobre mi nariz en tanto Tae seguía moviéndose, ahora con mayor rapidez, nos besamos frenéticamente, entrelazando nuestras ansiosas lenguas que se rozaban deliciosamente mientras él aceleraba un poco más sus movimientos. Se separó de mi boca para enterrar la suya en mi cuello, escuchaba sus gemidos que provocaban que mi placer aumentara. Instantes después emitió un gritito y sentí como su cuerpo se agitaba llegando al orgasmo junto conmigo que ahogué el grito en su hombro.

5/5

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Hasta aquí la maratón de hoy, más tarde publicaré la nueva adaptación que es una mini-historia, así que síganme para que Wattpad les avise cuando la publique, gracias por leer!♥️.

dulce tentación ✦ hopevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora