IX

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La luna se alzaba de lleno en el firmamento, cubriendo con la platinada luz cuanto hubiera a su paso. Una estela de nubes grisáceas se interponía de vez en cuando en la refulgencia nocturna

Shikamaru suspiró con desanimo al tiempo que retiraba el plato frente a él. Se sentía mal en todos los aspectos, y el vacio interno no se aminoraba. De haber sabido que Naruto demoraría tanto tiempo en pensarlo, muy probablemente habría evitado su partida aquella noche. Siete días exactos y él no podía estar peor

-Dale tiempo- le aconsejó Shikaku, llevándose otra cucharada de sopa a los labios. Shikamaru se limitó a asentir en silencio

¿Cuánto tiempo mas debía esperar por una respuesta?, estaba desesperado, preocupado. Había forzado las cosas y el resultado era lógico. Permitió que la euforia lo orillara a presionar a Naruto de esa forma, sin previo aviso ni conversación mutua. Simplemente se lo había propuesto por iniciativa no solo propia, sino también de sus padres

-Me ha estado evadiendo- dijo al fin, cruzando los brazos detrás de su cabeza. Callar ya no le ayudaba en nada, necesitaba expresar de alguna forma su sentir y solo las palabras le ofrecían un remedio certero

-Debe estar ocupado- fue el turno de Yoshino por opinar. Y Shikamaru no quedo conforme con la respuesta

-Ha pasado una semana y no he podido contactarlo- aspiró agobiado, deshaciendo su pose dubitativa. –Naruto no es así

Y ciertamente. Lo había estado buscando en la aldea sin éxito alguno. Kakashi lo había visto por la tardes, Iruka por la mañanas. No cabía la menor duda de que Naruto lo estaba esquivando. Incluso había tomado la resolución de esperarlo fuera de su apartamento

-Creo que…- suavizó el semblante al saberse observado. Estaba molesto consigo mismo. -Lo presioné demasiado

El incomodo silencio permaneció indemne. Ya era tarde y Shikamaru tenía la esperanza de que Kakashi le informara a Naruto su mensaje. Uno simple, efímero. Palabras que ocultaban lo desesperado que se sentía y a su vez, lo mucho que necesitaba verlo

-Lo intentaré de nuevo- se levantó de la silla y se encaminó hacia la puerta. Si algo había aprendido al convivir junto a Naruto era no darse por vencido. No dejaría que aquel rechazo se interpusiera entre ambos

-Shikamaru, espera a mañana…

Pero él no quería esperar. Suficiente tenía con las reprimendas de sus progenitores por haberse enredado con Naruto, y sin protección además. Aunque su justificación era infalible, no estaba al tanto de que Naruto pudiera concebir, y ese hecho lejos de disgustarle, lo llenó de dicha. Su proyecto de vida a futuro si iba a realizarse después de todo, sin importar que estuviera con Naruto, ambos formarían una familia, tal como lo había premeditado meses antes. Se encargaría de cuidarlos. Por vez primera lograba visualizarse a sí mismo de manera tan nítida y en compañía de sus seres queridos

-Solo vine a preguntar por Naruto- se dirigió a Shizune, quien, sorprendida, le obstruía la entrada

-Lady Tsunade no está de buen humor

Shikamaru entornó la mirada. La quinta nunca estaba de buen humor, salvo cuando compraba algún boleto de lotería y tenía la absurda esperanza de ganar algún premio, cosa que rara vez sucedía

-Estoy preocupado por él- prosiguió, ignorando la advertencia de que no entrara. –Hace una semana que no lo veo

-Supongo que si es por Naruto, no se molestara tanto- murmuró Shizune pensativa. Shikamaru aprovechó el descuido para entrar al despacho. Se alivió al no ver a Sakura en las cercanías, lo último que necesitaba era sumirse en otro conflicto superfluo con la compañera de Naruto, nunca la había detestado tanto desde el incidente, lo apropiado era mantener su distancia con ella

Troublemaker.Where stories live. Discover now