Naruto rió nervioso al tener el cuerpo de Shikamaru sobre el suyo
-No quise decir eso- se retractó, sin estar seguro de ello. Shikamaru notó de inmediato la indecisión que reflejaban las pupilas de Naruto, la constelación entera resplandecía en aquellos expresivos irises azules
Sin pensarlo dos veces, se inclinó, comenzando a repartir besos en toda la extensión del cuello de Naruto, deleitándose con las reacciones del rubio
Ligeras sacudidas placenteras estimulaban su cuerpo a medida que descendía con lentitud por la expuesta piel canela que alborotaba todos y cada uno de sus sentidos
Shikamaru no vaciló un solo instante, e incentivado por los prolongados suspiros que dejaba escapar Naruto entre roce y roce, se animó a acariciar el abdomen oculto bajo la chamarra naranja
Naruto arqueó ligeramente la espalda al sentir la fría mano de Shikamaru recorriendo todo su torso sin pudor alguno, los besos en su cuello no habían cesado y él, aprisionado entre el mullido sofá y el cuerpo del Chunnin, solo atinó a ladear un poco la cabeza
Le encantaba, todas y cada una de las reacciones de Naruto se le antojaban inmensamente arrebatadoras en ese momento, así como en muchos otros, sin embargo, ya no tenía motivo alguno para reprimirse, nada más le impedía llevar a cabo su indecoroso deseo por poseer a Naruto, quería y necesitaba sentir cada tramo de la suave dermis trigueña que actualmente recorrían sus dedos
Incomodo, Naruto se removió, buscando una posición más agradable y placentera, mas no la encontró, y aunque las caricias de Shikamaru lo hacían vibrar de una manera extraña pero satisfactoria, tuvo que apartarlo
Sin más, apoyo ambas manos en el pecho de Shikamaru para alejarlo de su cuerpo
Un suspiro de entera frustración se mezcló con el aire cuando Shikamaru se vio forzado a detenerse, su temperatura corporal alcanzaba límites insospechados y pese a todo, acató la sutil indirecta, incorporándose despacio del sofá
Lo último que necesitaba era que Naruto se sintiera forzado a estar con él de esa manera, lo deseaba, y eso era tan certero como lo mucho que disfrutaba contemplar el alba a diario
-Me lastima la madera- murmuró Naruto, apenado. Una sonrisa tranquila se apreció en los labios de Shikamaru momentos antes de que decidiera seguir a Naruto
En silencio y con su ritmo cardiaco a tope, se dirigió a la pequeña y modesta sección que correspondía a la recamara del Genin. Shikamaru se sorprendió al no encontrar nada fuera de lugar como en la sala, todo en perfecto orden, la cama tendida, las sabanas minuciosamente dobladas
Incluso se permitió armar la suspicaz conjetura de que todo había sido previsto con anterioridad, quizás Naruto también esperaba dar el siguiente paso ese mismo día, eso explicaría la provocativa insinuación en la sala de estar, cuando su corazón dio un vuelco al escuchar tal incitación
Los seductivos ojos azules siguieron cada uno de sus movimientos al acercarse
Shikamaru se aproximó sagaz y pausado, dándole tiempo a Naruto para que razonara la situación, en caso de que decidiera retractarse, lo entendería, por supuesto que lo haría, si había esperado todo este tiempo para pedirle formalizar una relación, ¿Qué diferencia habría en perseverar un poco más para tomarlo?
Nada, el tiempo era totalmente efímero y subyacente si con ello lograba permanecer junto a él, solo eso, no necesitaba más que la compañía y los diálogos triviales que sostenía de vez en cuando con Naruto. Perderse en la inmensidad de banalidades que Naruto le ofrecía, disfrutar de sus comentarios pueriles, los sofisticados y espontáneos gestos, y ni que decir de la radiante sonrisa que dejaba al astro solar en segundo término en cuanto a belleza se refiere
