⚡Capítulo 34: La Cena

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Ya todo estaba listo, la mesa estaba acomodada y solo faltaban pocos minutos para que mi padre llegara a la casa.

Ren y yo habíamos preparado lasaña, era la comida favorita de mi padre y la que siempre nos hacía cuándo estábamos pequeños...

Cuando mi padre y mi madre se separaron, hubo una pequeña discusión para ver quién se quedaba con mi hermano y conmigo. El juez vió los perfiles de mis padres:

Mi papá era un señor muy trabajador que trabajaba como gerente superior en una empresa, su entrada económica era estable para mantener a dos niños, tenía su propia casa que había heredado por su madre y no mostraba síntomas de una inestabilidad emocional.

En cambio mi madre, igualmente era una señora muy trabajadora, trabajaba como mesonera en un pequeño restaurante, pero su entrada económica no era la mejor, tendría que trabajar horas extras para poder mantener a dos niños y aún así no le sería  suficiente, no tenía casa propia, vivía en un apartamento en la ciudad donde tenía que pagar las mensualidades y mostraba síntomas de tristeza por la reciente ruptura con mi padre.

Mi mamá realmente amaba a mi padre, pero mi padre le fué infiel con varias mujeres, mi madre lo amaba pero más se amaba a si misma, no lo toleró y decidió separarse de mi padre apenas se enteró.

El juez tomó la decisión de que viviríamos con nuestro padre y visitaríamos a nuestra madre los fines de semanas.

Mi padre sabía poco de cocina, pues decía que cocinar era de mujeres, era muy poco aseado, pues decía que la limpieza era la labor de una mujer. Para su desgracia tuvo que aprender a hacer ambas cosas ya que sus hijos necesitaban de eso.

La desestabilidad emocional de mi padre se generó cuando se enteró que mi madre estaba saliendo con otro señor, su nombre era Javier, de pequeño veía cómo mi padre se enojaba por eso, sentía celos, no lo soportaba. ¿Pero si creyó que mi madre soportaría todo al enterarse que le fué infiel con otras mujeres?

Javier, era muy amigable, lo conocí cuando íbamos los fines de semanas a su casa, él se preocupaba por mi y por Ren, aunque a Ren nunca le agradó. Tristemente Javier terminó con mi madre porque había conseguido a otra mujer, pero no fué cruel con mi madre, desde el primer momento en que Javier sintió atracción por otra mujer se lo comunicó, a ella le dolió, pero a él también, al finalizar su relación Javier le dejó su auto a mi madre y también le entregó su casa para que no estuviera pagando aquél apartamento en la ciudad, así mi madre pudo ahorrar y mejorar la calidad de su vida.

— ¿Estás listo?— Me Preguntó Ren refierendose a la conversación que estábamos a punto de tener.

— Creo que si— Respondí algo nervioso.

De pronto escúchamos el auto de mi padre llegar, rápidamente llevamos los platos hasta la mesa y servimos la bandeja con lasaña.

Mi padre entró y se percató del olor.

— Huele muy bien— Comentó al entrar.

— Bienvenido papá, casi nunca cenamos juntos así que la ocasión tenía que ser especial— Dijo mi hermano mientras se quitaba su delantal de cocina.

— Lasaña— Dijo mi padre viendo la mesa.

— Tu comida favorita— Respondió Ren— La hemos preparado mi hermano y yo.

Mi padre alzó la vista para observarme, yo me límite a responderle con una sonrisa.

— Éste plato me trae muchos recuerdos, a cuándo las cosas eran normales en ésta casa.

Había entendido eso y Ren también, pero dije que no estaría a la defensiva.

— Bueno— Comentó mi hermano cortando el incómodo momento— Sentemonos a comer.

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