Nos dirigimos en silencio hasta el coche de Adriana, hasta que Esther comienza a hablar:

- Bien chicas, es viernes así que hay que ir a algún sitio a distraernos por un rato, ¿Qué dicen?

- Yo sugiero ir a tomar una malteada, mi cuerpo necesita mucha azúcar - responde Adri

- Es una gran idea Adri- responde Esther algo entusiasmada ya que le encanta la malteada, en especial la de fresa - ¿Qué te parece Helen?, es una gran idea ¿no?- me pregunta mi amiga.

- Por mí no hay problema, además necesito una malteada de chocolate urgentemente- respondo haciendo cara de necesidad a lo que mis amigas estallaron a carcajadas, es bueno tenerlas, con ellas puedo ser yo misma sin miedo al rechazo.

Mientras nos dirigimos a la cafetería las tres comenzamos a hablar de cualquier tontería que se nos venía en mente, eso provocó algunas carcajadas y risas tontas de parte de las tres, una de las cosas que mas me gusta y disfruto es pasar tiempo con mis amigas, las tres nos complementábamos muy bien a pesar de que en ocasiones tenemos muestras diferencias.

Al llegar a nuestro destino, Adriana busca un sitio para aparcar su coche, según ella ese auto es lo mas importante después de nosotras sus amigas, aun que a veces presiento que es al revés. Cuando por fin encuentra un sitio, las tres bajamos y entramos a la cafetería, por suerte nuestra mesa favorita esta vacía así que pedimos nuestras deliciosas malteadas, como siempre Esther pide de fresa, mientras que Adriana y yo de chocolate.

De un momento a otro, Esther pone una cara muy seria, lo que hice que Adriana y yo nos preocupemos un poco, nuestra amiga no es de llevar las cosas con seriedad, de hecho la mayoría de las veces se toma las cosas a modo de juego.

-Amigas, tengo algo que contarles- dijo con demasiada seriedad, eso hizo que me preocupara más, jamás la había visto de ese modo, de hecho era algo nuevo.

-¿Qué sucede?- digo tratando de no parecer preocupada.

-Estoy enamorada- dice mi amiga Esther, instantáneamente pongo los ojos en blanco, no puedo creer que me preocupe por algo como eso, pero supongo que era de esperarse, se trata de Esther, mi amiga que se enamora de cada chico que ve por los pasillos de la escuela. Adriana no hace mas que mirarla hasta que no puede mas y comienza a reír como una foca desquiciada

-¿Quién es la victima?- pregunta Adriana tratando de contener la risa sin mucho éxito. Esther siempre dice enamorarse cuando en realidad no buscaba nada serio con nadie.

-Esta vez es enserio, me enamore de verdad- se lleva la mano al pecho para hacerse la dolida y dramatizar un poco.
-Amiga, no te ofendas, pero, te hemos oído decir eso tantas veces que ya no sabemos si creerte- Esther me envió una mirada asesina- pero bueno ¿Quién es el chico?-añadí.

-Posiblemente aun no lo conocen, es un chico nuevo en la escuela, hoy se incorporó al instituto, lo conocí por que coincidimos en la clase de ciencias, es un chico muy amable, además es guapísimo- su mirada se iluminaba mientras hablaba del chico misterioso - conversamos durante un rato y al final de la clase quedé con él este fin de semana para que se ponga al corriente- mi amiga se ruboriza al recordar su emotiva conversación- su nombre es Peter- añade dejando escapar un largo suspiro.

-Y bien, ¿en dónde se verán?-pregunto despreocupada observando mi malteada, tengo muchas ganas de bebérmela pero al mismo tiempo no puedo evitar imaginarme la cantidad de calorías que tiene.

-En mi casa- responde Esther y me olvido de mi malteada por unos minutos.

-¿Quéeee?- dijo Adriana casi gritando- Es un extraño no puedes solo invitarlo a tu casa, por dios.

-No tienes que ser tan confiada amiga, Adri tiene razón, tienes que tener mucho cuidado con él, aun no lo conoces, solo lo has visto una vez en clase y eso no es suficiente.

-Está bien, la próxima vez seré más cuidadosa, pero por ahora no puedo solo cancelarle eso sería de muy mala educación- las tres nos echamos a reír ante ese comentario tan absurdo.

-¿Desde cuándo tan educada Esther?- pregunto Adri aun riendo.

-¿Es que hay algún problema con querer ser educada de vez en cuando?- una risa coqueta se escapa de los labios de Esther al decir eso.

Mientras Adri y Esther siguen discutiendo, yo saco mi teléfono de mis pantalones, miro la hora y entro en pánico, era demasiado tarde, mamá va a matarme, no avisé siquiera que saldría con mis amigas, son más de las seis, entre risas y platica no sentí pasar el tiempo.

-Chicas- interrumpí su tan emotiva conversación y ambas voltearon a mirarme- tengo que irme ahora, es demasiado tarde, no he avisado que llegaría tarde y quizás mi madre se moleste, lo siento chicas.

-Oh, no te preocupes, nosotras también nos tenemos que ir ya - dice Esther, Adri voltea a ver mi malteada, a la que apenas tome unos sorbos. Se que se siente mal por eso pero no me dice nada.

-¿Seguras?, en verdad no quiero molestarlas, yo iré sola a casa.
Adriana me miro sin expresión alguna en su rostro.

-¡Claro que no iras sola a casa!, yo te llevaré y después llevaré a Esther, mis padres hoy llegan hasta muy tarde- nos aclara, de las tres Adri es la que siempre se preocupa por nosotras incluso cuando no hay de que preocuparse.

Pagamos la cuenta y salimos de la cafetería, subimos al coche de Adri, me coloco el cinturón de seguridad, y una vez mas en el día me sumerjo en mis pensamientos, perderme en mi mente suele ser muy fácil para mí, sin darme cuenta, una vez más estaba pensando si la historia que leí esta mañana era real, eso sonaba muy romántico. Siempre me ha encantado leer, en especial novelas románticas, me gustaría creer que estoy atada al amor de mi vida a través de un hilo mágico, que el destino algún día me llevara a encontrar a mi persona especial, pero, supongo que es algo imposible ¿no? Tendría que estar loca si me dejaba convencer por eso, pero, ¿y si es real?, esas preguntas retumbaban en mi mente, hasta que Adri estaciona su coche frente a mi casa informándome que habíamos llegado. Baje del coche sin ninguna prisa y me despedo de mis amigas, no sin antes agradecer. Ambas movieron sus manos a modo de despedida, me quede un tiempo en el patio hasta que el coche desapareció entre las calles.

Saque mis llaves de la mochila y abrí la puerta, me dirigí a la cocina ya que mi madre se encontraba ahí preparando la comida, me asomé y efectivamente mi madre se encontraba ahí.

-Hola mamá-digo y le doy un beso en la mejilla- espero que no te moleste que llegara tarde, eso solo que estaba con Adriana y Esther en la cafetería-informo a mí madre quien solo me dedica una gran sonrisa, me encanta verla sonreír, desde que tengo uso de razón, su sonrisa es la paz que necesito cuando todo esta mal en mi vida.

-No hay problema cariño, espero que te hayas divertido con tus amigas- dice mi madre mientras prepara la salsa para algunos de sus platillos que le quedan deliciosos .

-De eso puedes estar segura-digo saliendo de la cocina- ¡vuelvo en un momento!- grito desde la sala mientras subo escaleras arriba.

Llego a mí habitación y pongo la mochila sobre la cama, rebusco en el armario algo más cómodo que ponerme; opto por unos pantalones cortos y una blusa holgada y me cambio de atuendo.

Me siento realmente agotada tuve una semana agitada ya que nos han aplicado exámenes, por esa razón decido sentarme un momento sobre la cama, mientras reviso mis redes sociales me doy cuenta de que una nueva notificación de Facebook, así que le di click a la notificación, que en realidad resulta ser una solicitud de amistad de un chico, no estoy segura de aceptarla, pero por alguna razón, al final la acepto sin saber todo lo que pasaría con solo una solicitud de amistad.

**************
Hola mis queridos lectores....
Espero que está historia les guste tanto como a mí me está gustando escribirla.
Bye, preciosos.

La distancia nos separaWhere stories live. Discover now