Parte 4

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-Anda- chisto Giorno, después de bajar de su caballo y lo dejaba partir, por delante de él. Se ocultó entre arbustos, saco un arco, que traía oculto bajo su cubierta tras la espalda, junto el par de flechas, que había puesto en la silla de montar, junto con las provisiones que había guardado para él y para el caballo, mientras mantuvo la espada cerca, en su cintura. Eso hasta que bajo del caballo.

 Estaba a punto de llegar a Tel Aviv, quizás antes de que el sol se ocultara o sino acamparía la noche afuera de la ciudad.

Lentamente camino por la nieve, miro entre los árboles y como el caballo continuo caminando lejos y muy por delante de él, a su paso lento, marcado, relincho y siguió caminando. Basto solo un instante para que se oyera el ruido de otros caballos más, Giorno saco la flecha, alzo su arco y vio dos caballos pasar justo frente a donde él se ocultaba y alcanzaban su caballo. Le aventaron las sogas, lo apresaron y festejaron.

Se tomó un instante para observar, espero en silencio para suponer sus movimientos antes de actuar, pero antes de poder disparar una flecha, escucho un ruido más. Rodearon a la pareja que estaba junto a la presa y antes de que lo notara empezaron a atacar, cuatro personas contra dos o eso pareció hasta que de la nada, vio más gente brotar de la naturaleza, poniendo en desventaja a los recién llegados que fueron rodeados, no fue difícil adivinar que lo habían seguido.

-¿Abbacchio?- hablo en un susurro, reconociendo a cada uno de los rostros, tras descubrirse por el movimiento que hacían mientras atacaban y se defendía cada uno. Giorno se tomó un instante, y antes de que un ataque acertara a Bruno tras su espalda, lanzo una flecha incrustándose en el cuello del enemigo, ayudando al pelinegro.

-¿Qué fue eso?- reacciono Mista, evitando un ataque con su espada, lo contrarresto, pateo a su rival tumbándolo al suelo, y en un instante clavo el arma contra él. Estaban tomando ventaja, o al menos eso pasaba con todos hasta que Fugo fue empujado contra un árbol, tropezó, perdió el balance y el asaltante alzo su espada contra él.

-¡Fugo!- grito Bruno, tratando de dar media vuelta, deshacerse del enemigo y acudir en su ayuda pero estaba lejos de él.

Giorno tomo otra flecha más, y rápidamente ataco contra el rival de Abbacchio y cuando Fugo golpeo con su clásico bastón, uno que siempre tenía colgando de su mano, a su atacante para evitar recibir daño alguno. Giorno apunto y disparo, rasguñando el dorso de la mano de Fugo que sujetaba el bastón, el cual detenía el ataque, para terminar clavándose contra su agresor y Mista, a la vez que se deshizo de su enemigo, Bruno aniquilo con un golpe al cuello al último mercenario, fueron en su ayuda.

-¿Quién hizo eso?- pregunto Abbacchio, mirando a su alrededor y tras no haber otra amenaza, Giorno finalmente salió de su escondite, acercándose con cautela a ellos.

-¡Giorno!- hablo Mista, guardando su arma para acercarse a él, y los demás chicos hurtaban los cuerpos inertes sobre la nieve. Giorno guardo su arma, y Mista solo sonrió, a la vez que trato de ocultar la felicidad de encontrar al muchacho a salvo, a las afueras de la ciudad.

-¿Están bien?- pregunto Giorno, mientras Fugo se vendaba la mano, cruzando la mirada con él y asintió–Lo siento...-

-No te preocupes- contesto Fugo –Si no hubieras disparado, me habría aniquilado aquí mismo- intento sonreír el joven, mientras Giorno evitaba el contacto con Mista.

-Giorno escúchame, te estoy hablando-

-Y te estoy escuchando- respondió Giorno -¿Por qué me siguieron, no debieron venir?- contesto el joven, pero todos quedaron callados.

-¿Que hacen aquí?- reaccionó Giorno tras un silencio inútil. Y mientras la mayoría decidió permanecer callado, fue Mista, quien predecible mente lo rompió

-¿Que hacemos aquí?- respondió sarcásticamente, mirándolo fijamente. Abbacchio y Bruno apartaron la mirada, mientras Fugo miro a la pareja -¿Que hacemos aquí?- repitió, soltándole después un empujón que acertó a su pecho -¡Tú qué crees que estás haciendo!- le reclamo, acercándose hacia Giorno, tras cada paso que el retrocedía, lo empujaba.

-¿Quién te crees que eres, como para huir y dejarnos así?- continuo hablando, estallando en furia por todo lo que había guardado durante el viaje -¿Acaso no pensaste en el peligro que nos estas metiendo a todos nosotros?- le grito, soltando un golpe al rostro del muchacho, quien reacciono abalanzándose hacia el para tumbarlo al suelo. Bruno reacciono a la violencia de la pareja, quiso detenerlos, pero Abbacchio alzo el brazo haciendo que se quedara quieto.

Fugo camino a paso lento, el dúo se seguía debatiéndose en el suelo, Giorno intentaba golpear a Mista, poniéndose sobre de él, pero este le sujetaba las manos, mientras intentaba derribar lo al suelo para inmovilizarlo. La pareja forcejeo entre si, mientras los demás solo se dedicaban a ver.

Un instante basto para tumbar a Giorno al suelo, con un golpe a la mejilla, por parte del bastón de Fugo, haciéndole una cortada que ardió al instante tras su contacto con la nieve.

-¿Que carajos estás haciendo?- reclamo Mista sentándose al suelo, mientras Giorno seguía tumbado sobre la nieve. Fugo le ignoro, y volvió a atacar al rubio.

-¿Que parte de "no podemos volver a Tel Aviv", no entendiste?- cuestiono Fugo, golpeando a Giorno por la espalda, tras cada palabra, no paro.

-¡Fugo, detente!- gritó Mista, pero el no hizo caso, soltó un golpe más y antes de repetirlo Bruno le tomo por la espalda, quitándole su bastón de entre las manos

-¡Fugo ¿que te sucede?!- reclamo Bruno, mientras Mista intento socorrer a Giorno, quien no se movió de la nieve y Abbacchio intento acercarse a ambos. La confusión invadió a todos, y fue Fugo quien los asusto al quedarse perplejo, paralizado, sin decir una palabra.

-Yo...-

-¿Estás loco?- hablo Mista, mirando al muchacho asustado -¡Casi lo matas!- reclamo, pero antes de poder decir otra palabra, un ruido entre los árboles y arbustos, acaparo la atención.

-¿Giorno? ¿Estás bien?- murmuro Bruno al muchacho que intento asentir, y Mista desenvaino su espada ante el ruido, junto con Abbacchio. Un muchacho esbelto como Giorno, y un poco más alto que él -que compartía la misma altura que Fugo, a diferencia de Mista, era el más alto entre ellos cuatro - apareció.

-¡Giorno!- murmuro el joven delgado de cabello oscuro y piel aperlada, a diferencia del rubio, se asomó entre la maleza y sonrió repentinamente al verlos a todos -¡Giorno!- exclamo y corrió a abrazar al joven malherido que intento sonreír. Nadie reacciono negativamente al intruso que ahora les hacía compañía, al contrario Giorno, intento abrazarlo una vez que estaban cerca ambos muchachos.

-Narancia- murmuro sonriente, y vio al joven a los ojos.

-Pensé que soñaba al oír tu nombre- respondió Narancia -Pero no es así, enserio estas aquí- le confeso, volviendo a abrazarlo de nuevo. 

-Cuanto tiempo ha pasado- murmuro Giorno, y aparto al joven -¿Pero qué haces afuera? ¿Saben que estas aquí?- reacciono, así como los muchachos miraron a su alrededor. Estaba totalmente solo.

-Aprendí de la mejor persona, para cuidarme solo- contesto -Madre se alegrara de verte, has llegado justo para el día de su nombre- sonrió Narancia y abrazo de nuevo a Giorno, ellos dentro del castillo, eran como mejores amigos, honestamente eran hermanos, pero no de sangre. Narancia, era adoptado.

Aun así no se me olvida que es casi de noche, y sigues afuera de la ciudad- respondió Giorno, sabiendo que le intentaba cambiar la conversación

-Ya iba de regreso, ¿por qué no vienes conmigo?- pregunto

-Ir a Tel Aviv, ¿todos?- reacciono Abbacchio, interrumpiendo la conversación de la pareja -No gracias, prefiero mantenernos vivos-

-Es cierto- dijo Bruno -No podemos volver caminando por la entrada principal-

-¿Y acaso piensan acampar aquí? ¿Afuera de la ciudad?- pregunto Narancia -¿O no les gustaría ir a la posada de Lady Trish? Una cama abrigadora, comida recién hecha y un baño de agua caliente ¿se niegan a eso?- los persuadió Narancia 

-Ustedes saben, cuanto los quiere Lady Trish- insistió

-No me puedo negar a nuestra lady- respondió Bruno rápidamente, cayendo ante la tentación, de pensar en la dama.

-No suena mala idea, pasaremos la noche abrigados- asintió Giorno

-No, dijimos que no volveríamos- negó Mista, rápidamente -Chicos no debemos arriesgarnos-

-Pero quedarnos aquí afuera también nos pone en peligro- hablo Abbacchio y Mista le miro

-Si acaso, tenemos la ventaja de que estarán ocupados preparando todo para mañana, más que en ver quiénes somos- hablo Bruno, viendo al grupo -Además, estar aquí en el exterior nos hace blanco fácil para los mercenarios que nos buscan-

-Está decidido entonces- sonrió Narancia, pero Giorno miro a Mista y Fugo. Hubo un silencio incomodo, una mirada que quizás dijo muchas cosas y Mista suspiro. Sabia que no había opción.

-Bien- hablo de nuevo Bruno ante el silencio -Solo esta noche, mañana nos marcharemos antes del atardecer- accedió, y los hermanos recién unidos festejaron, así como Giorno se encogió de nuevo tras recordar el dolor en la espalda y la cortada al rostro

>>-Sirve que también tratamos las heridas de Giorno- continúo diciendo, en señal de ultima palabra, y todos empezaron su camino al reino, cabalgaron lo más cerca y discreto posible, dejaron los caballos en una cabaña afuera de la ciudad, al cuidado de un viejo aldeano por orden de Narancia, el resto de los jóvenes se mantuvieron de fugitivos, cubriendo la mayor parte de su rostro y las armas bajo el abrigo, solo podía verse sus ojos, parte de sus rostros tras las mantas que cubrían sus ropas. 

Poco a poco, entre la multitud, el grupo se fueron entrando a la ciudad, ocultos entre los cuidados justo hacia su destino, cuidando no ser descubiertos por los guardias.

Solo un día, pensaba Giorno. Solo quería estar un día de vuelta en casa, son su familia.

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¡A quienes leen, gracias por darme la oportunidad!
Espero no ser muy predictivo y si lo soy, que sea entretenido.

Cuídense mucho ♥ Y si pueden, quédense en casa, no como yo.

Renaissance (GiornoxMista)Where stories live. Discover now