ii. xiii

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In the end it's my brother and I.


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Los días pasaron y todos notaron como la pareja inseparable se rompió, para todos en Hogwarts fue una sorpresa ver como Nina se alejó del par de gemelos bromitas y en su lugar pasaba más tiempo junto a otras personas, pero nadie pregunto qué pasaba entre aquellos amigos, aun cuando la curiosidad de algunos fuera más grande prefirieron no interferir, al menos no luego de cómo el rostro de Fred terminó a causa del golpe de Ezra.

Para Nina fue extraño el no tener a los pelirrojos a su alrededor en cada momento, sobre todo a Fred, aún que no era la única que lo sentía pues él también se sentía igual, George fue de los pocos que notaba como la mirada de su hermano se posaba en ella cuando entraba a un lugar donde estaban, cuando escuchaba su risa, incluso cuando su voz se escuchaba como un murmullo por sobre el ruido, eran pequeñas acciones que lo hacían verse arrepentido y dolido de no tenerla a su lado.

Sin embargo, George se prometió a no interferir entre ellos, por más que extrañara a su cómplice, compañera y amiga esta vez solo fue neutro en la situación.

— ¿Sabes de qué va la siguiente prueba? —preguntó George y Nina negó con la cabeza.

— Estábamos hablando de ello cuando salió corriendo diciendo que necesitaba un baño. —comentó recordando la extraña actitud de Cedric.

— ¿Un baño?

— Sigo esperando a que me expliqué, pero estuve ocupada con el asunto de las flores.

— No entiendo cómo eres pésima en Herbología, pero te encargas de hacer contrabando se flores mágicas.

— Ahí está mi secreto, George. —rio— Las flores nacen de otras flores, es como una mejora y me da dinero.

— Como si lo necesitaras. —se burló el pelirrojo— ¿El ramo que llevaba aquella Hufflepuff fue tuyo?

— Regalo de mi hermano, sé que papá va a estar molesto si se llega a enterar que sale con una mestiza, pero no puedo evitar ayudarlo.

— No me sorprende la rebeldía de los Thompson.

— Al final somos mi hermano y yo contra mi padre, aún que no quiera eso. —sonrió— Debo irme tengo que hacer un ensayo para Herbología.

— Adiós Nina.

La Gryffindor sonrió y salió de la sala común, George la vio irse e hizo una mueca, sus largas conversaciones terminaron en esto, charlas cortas de vez cuando.

La chica Thompson cruzó el retrato de la Dama Gorda y bajó por las escaleras que se habían puesto en su sitio luego de moverse, descendió rápidamente por estas para así evitar tener algún inconveniente como otros, pero en lugar de llegar al piso inferior se quedó estática en su lugar sosteniendo su mano fuertemente al pasamanos.

Una imagen llegó a su cabeza como un flash, estuvo un momento y desapareció; unos ojos con la similitud de una serpiente, la piel casi grisácea y unos rasgos poco humanos se quedaron en su memoria. La incertidumbre acerca de aquella persona y el miedo que le provocó la llevaron a caminar hacia el despacho de la única persona que podía ayudarla o que al menos esperaba pudiera hacerlo.

— Srta. Thompson, ¿qué la trae por aquí? —preguntó el hombre de larga barba blanca con curiosidad ante la presencia de la vidente.

— Vi algo profesor. —mencionó— Era como un hombre, pero con facciones como de una serpiente.

— ¿Qué más viste?

— Solo lo vi a él, sus manos tocaban su rostro, pero no hubo nada más, las voces no dijeron nada solo fue como un flash.

— ¿Alguna señal? ¿Un lugar? —preguntó, pero ella negó— Si vez algo tienes que venir conmigo, no hables de esto con nadie más.

— Lo haré.



─ ✦ ─



— Jamás leí un libro como este. —murmuró Aurore sin poder despegar la mirada de uno de los libros muggles de ficción que fue regalo de Hermione en su cumpleaños para Nina.

— Es increíble, ¿No?

— Es fascinante. —exclamó con emoción— Son tan ingeniosos, ¿cómo los consigues?

— Son regalos de Hermione o Caitlin. —respondió Nina— Espero un día poder ir a una librería muggle y conseguir algunos por mi cuenta, aún que no sabría dónde esconderlos si lo hago.

— Conozco un hechizo indetectable para esconder cosas. —comentó con emoción— Dicen que es magia complicada pero solo requiere de concentración y practicar latín.

— ¿Sabes latín?

— Claro que no, pero ves a la chica de cabellos naranjas a un lado de aquel Ravenclaw. —mencionó señalado discretamente a la chica. Nina asintió— Ella sabe latín a la perfección y me ayudó con la pronunciación correcta de los hechizos, todavía tenemos tiempo para aprender y para suerte tuya podrás hacerlo en la comodidad de tu casa, es magia indetectable.

— ¿Eso es posible?

— Hay algunas excepciones a la regla de no magia fuera del colegio, además no creo que sea un problema, cumplirás diecisiete.

— Thompson, tiene que venir conmigo. —dijo Snape interrumpiendo la conversación de ambas chicas.

— No fui yo. —exclamó automáticamente para luego fruncir el ceño— Por supuesto que no fui yo, ni siquiera he estado con ellos, te veo luego Aurore. —la francesa se despidió— ¿Puedo saber a dónde vamos profesor?

— Su presencia es necesaria en el despacho del director.

Nina quiso preguntar otra vez, pero la mirada de Snape la hizo cerrar la boca y seguirlo en silencio hacia el despacho de Dumbledore, se preguntó en todo el camino si los gemelos hicieron algo y terminó siendo ella automáticamente la culpable, pues eso pasó un par de veces aun cuando ella no tenía una idea de lo que sucedía.

Al llegar al lugar intentó comenzar a defenderse de la broma que pudieron haber hecho los pelirrojos, pero al ver a más personas en el lugar volvió a cerrar la boca, caminó hacia la silla vacía y tomó asiento.

— Qué bueno que llegó Srta. Thompson. —exclamó el hombre, a su lado el ministro de magia observó a cada uno de los presentes antes de levantarse de su asiento.

— ¿Qué hacemos aquí profesor? —preguntó Hermione.

— Serán parte de la siguiente prueba, cada uno de ustedes son valiosos para los competidores. —comenzó a decir el ministro— Se los pondrá en un sueño por un cierto tiempo, ese es el reto de hoy, los campeones tendrán que ir en busca de su persona valiosa. Profesor —llamó hacia el hombre de cabellos negros y túnica—, es un tónico que los pondrá en trance.

— ¿Esto es seguro? —preguntó Nina al ver el líquido en el vaso— No me refiero a la poción, me refiero a la prueba.

— No tiene de qué preocuparse, Srta. Thompson.

— Como usted no estará en peligro. —susurró antes de seguir la instrucción del ministro sobre beber del vaso.

El cuerpo de Nina comenzó a sentirse cada vez más liviano y el sueño era cada vez más fuerte, sus párpados se cerraron lentamente hasta que todo se tornó oscuro.

Silhouette [1] ➳ Fred WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora