Empire II ( Defiance ) [ Finalizada ]

Episodio 93

— Oh Dios. — Ella deslizó sus manos por la espalda de Lauren y empujó sus pantalones — Quítate esto.

Cuando Lauren se levantó para quitarse el resto de la ropa, Camila rápidamente se deshizo de sus propios pantalones junto con sus bragas y todo lo demás. Su piel era abrasadora, y todo lo que quería era la fría presión del cuerpo de Lauren. Empujando a Lauren de nuevo encima de ella, ella envolvió sus pantorrillas alrededor de los muslos de Lauren y fundieron sus centros. Estaba hinchada, caliente, dura y palpitante.

— ¿Puedes sentirme? — Camila jadeó. — ¿Qué tan lista estoy para ti? ¿Cuánto te quiero?

Los ojos de Lauren parpadeaban entre medianoche y llamas, sus labios ligeramente separados, sus incisivos parpadeaban como puñales de marfil en la tenue luz de la lámpara.

— Juegas con fuego, Camila. — Advirtió Lauren.

— Aparentemente, lo hago. — Camila acarició los apretados pezones de los pechos de Lauren. — Y no pienso detenerme.

Lauren gimió y rodó su pelvis, trabajando su centro sobre el de Camila. Trazó su lengua sobre el pulso en la garganta de Camila. Camila gimió. Su clítoris se sentía como si fuera a explotar. Ella no estaba lista para correrse, pero no estaba segura de poder detenerlo. Pensar. Pensar siempre la ayudó a mantener su control.

— ¿Puedes correrte sin alimentarte?

— A veces. — murmuró Lauren, su boca contra el cuello de Camila ahora.

— Si estoy llena, la sangre me hace potente por un tiempo.

— Quiero que te corras conmigo antes de que te alimentes de otra persona. — Camila apretó sus piernas, empujando sus caderas, obligando a Lauren a seguir su ejemplo.

— Voy a correrme... — Ella jadeó y se esforzó por concentrarse. Sólo necesitaba aguantar un poco más. Hasta que Lauren no pudiera escapar.

— Voy a correrme, y quiero que te corras conmigo. Quiero que me bebas. Quiero que seas una sola conmigo.

Empujó su lengua en la boca de Lauren, y justo como ella planeó, el incisivo de Lauren abrió una delgada línea a lo largo del lado de su lengua. Su sangre fluyó hacia la boca de Lauren, y Lauren reflexivamente tragó. Las hormonas de Lauren fluyeron en su boca y Camila bebió. Lauren se sacudió en sus brazos, y luego más sangre fluyó, atándolas. Lauren se echó hacia atrás y apartó la cabeza.

— Camila, no.

— Sé lo que estoy haciendo. — Camila jadeó, agarrando los hombros de Lauren. — Sé lo que quiero. Dame tu sangre.

— Perdóname.

Lauren gimió y clavo sus incisivos en su muñeca. Los riachuelos carmesí chorreaban de su antebrazo de mármol en los labios de Camila. Camila abrió la boca, con la mirada fija en Lauren, y tragó. Su cuerpo se encendió, una explosión de placer tan intenso que ella gritó. Lauren estaba en todas partes: en su mente, en su cuerpo, en todos los rincones de su ser. Ella se corrió y se corrió, gotas de la sangre de Lauren quemando su lengua.