~PRÓLOGO~

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La señorita Stacey había empezado su clase de una manera sumamente inusual para cualquiera.
—Niñas, ya les dije que no se embarazarán solo por sentarse con compañeros masculinos, ¡ es que así no funciona!
—Entonces, ¿cómo?- pregunta Ruby, casi gritando, totalmente aterrada ante la situación.
—Sí, díganos, señorita Stacey, me parece un momento oportuno para que nos hable sobre las abejas y todo eso... habla, esta vez Jane, acompañada de la mirada de toda la clase, con la misma ansiedad , la misma curiosidad.
—nadie va a hablar sobre abejas, esto no tiene que ver con abejas y yo no sé nada sobre abejas!— la señorita Stacey estaba a punto de perder la paciencia con tantas quejas de parte de sus niños; entonces, Gilbert entró en la mitad de la conversación.
—Yo sé bastante sobre abejas, ¿ qué dudas tien...
— ¡Gilbert!, no esa clase de abejas, sabes qué, nadie hablará de abejas de ningún tipo. Ahora intentarán lo que les dije, sin quejas ni reclamos, por favor.
— Pero no nos podemos sentar mezclados!, maestra, no voy a sentarme con un hombre sin temer quedar embarazada, eso arruinaría mi reputación- dice Josie Pye, mientras logra angustar a todas sus amigas, si era posible, aún más.
—Nadie va a embarazarse por sentarse al lado de un hombre, a menos que.... no, nadie va a embarazarse, no me distraigan más, a sentarse con sus parejas—dice la profesora mientras los alienta con sus manos a levantarse.
Todos empezaban a elegir un asiento al lado del sexo opuesto; Diana se sentaría con Moody, Jane con Henry, el cual era uno de los pretendientes de Tillie, bastante simpático; Josie con Charlie, lo cual la tenía de un pésimo humor, Tillie con su otro pretendiente, Paul; Anne( quien no estaba presente) con Roy, y Gilbert con Ruby.
— Esperen, esperen, quién eligió con quién nos sentaremos?- pregunta Gilbert, llamando la atención del grupo entero.
— Ustedes lo hacen, la única regla es que tiene que ser tu sexo opuesto- le responde la señorita Stacey con calma desde su escritorio.
—Lo siento Ruby, si puedo elegir mi compañera, creo que lo mejor será que eliga a Anne, sabes, por asuntos académicos— le informa con mucho miedo a sonar grosero y romper los sentimientos de la chica, esto hace que Diana se bufe sonoramente sin hacer comentario alguno.
—Ohhh, supongo que está bien—
Y entonces, solo porque Gilbert deseaba sentarse con Anne, la clase entera se movió. Ruby se sentaría con Moody, Diana con Charlie, Josie con Roy, Tillie con Henry y Jane con Paul.
Claramente sus razones no eran académicas en lo absoluto, tenía un gran asunto pendiente luego de lo ocurrido esa mañana, ambos se habían encontrado más vulnerables que nunca , habían revelado secretos profundos que los hacía débiles ante los ojos del otro, lo que había ocurrido, era un gran secreto, y un gran problema. Aunque nada que el señor Blythe no pudiera resolver, con un plan ingenioso y extraño, porque básicamente, se sentó con Anne, para ignorarla...
Anne regresó unos cinco minutos después de eso, para acercarse al escritorio de Muriel con un ramo de flores.
—Aquí están, elegí las más hermosas, pero también las más marchitas , no quería arrancar aquellas flores cuya breve vida apenas comenzaba—le explica con mucha emoción.
—Son hermosas estas, espero que te haya servido para relajar la mente, te sientes lista para volver?, podría darte permiso para ir a casa si lo necesitas...

—Claro que no, estoy totalmente bien, no fue nada, simplemente....—Anne no terminó de hablar porque al observar el orden la clase se confundió totalmente, lo que la hizo girar sobre sí misma y con un gesto graciosísimo preguntar:
—¿Qué pasó... a..aquí?
—Eres lista, puedes deducir lo que pasa, tu compañero de asiento es Gilbert—
—Señorita, mejor sí me voy a mi casa, creo que estoy indispuesta—
— ¡Anne!—escucha a Gilbert llamarla desde su asiento, el cual, estaba relativamente cerca de ella. Anne se limita a girarse hacia él en señal de que le ponía atención.
—Me estás tapando la pizarra— dice Blythe con el tono más indiferente que encontró, lo cual estremeció algo dentro de ella, la molestó y la intrigó al mismo tiempo. Claro, ella no podía irse luego de eso, tomó su asiento al lado de Gilbert como si esto no le causara mil emociones instantáneas, como si no hubiera pasado nada en la mañana y como si no tuvieran una charla pendiente.

La clase se iba torturosamente lenta para ambos, la tensión era casi una persona más, Anne comenzaba a ponerse ansiosa y su pierna la delataba, quería decirle algo, porque sabía que lo que hizo estuvo mal, quería mejorar sus términos con Gilbert, le gustara o no, él era la única persona que la entendía. Solo que ella era demasiado orgullosa, no quería decirlo, no quería darle a entender que quería su amistad.
Gilbert soltó un último suspiro al ver que en toda la clase, Anne ni siquiera se dignaba a hablarle, por lo que se venció, y al haber terminado sus ejercicios de geometría, comenzó a recoger sus cosas para irse; fue esto una señal de alarma que logró disparar el corazón de Anne, no iba a dejar que se fuera, no podía ser tan cobarde.
Abrió el libro ya cerrado de Gilbert, mientras se ganaba su mirada de atención, lo tomó como si le perteneciera y esto a él no le molestó en lo más mínimo; buscó cualquier página y posó sus dedos en ella, trazando letras, una por una, letras invisibles.
Gilbert las comenzó a deletrear
—L- O- S-I-E-N-T-O, lo siento?
— Está bien, te perdono— se apresuró a decir Anne silenciosamente, provocando una gran carcajada en él.
—Anne Shirley- Cuthbert, tú no cambias.
—perdóname— le pide ella, de manera muy sincera, fijando sus ojos en él y poniéndose roja.
—Te perdono, señorita, si... aceptas hacer una competencia de deletreo invisible en este mismo momento.
—Ohh, ya veo, quieres hacer una competencia de mi disculpa, pues acepto, porque no hay forma de que usted, señor Blythe, descifre el mismo arte que yo he inventado.—responde ella con la frente en alto.
—Cuando veas mis letras invisibles desearás nunca haberme retado, te lo aseguro —le responde en medio de risas, solo para contagiarla más de su alegría y pasar la tarde ilusionados por algo tan trivial como lo es adivinar la palabra que trazara los dedos del otro en un viejo libro de geometría.

~Las Flores Del Invierno~  ShirbertTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang