Dios

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Entonces ese verano sigue ardiendo adentro mío. Me excuso de la fiebre y cierro los ojos tan fuerte como puedo, un antiguo olor electrifica los bellos en mis brazos y de repente estoy ahí de vuelta, en el patio delantero de casa, la tarde que nuestras madres decidieron sentarse a tomar té.

Mucho tiempo jugué a la tonta preguntándome que hacía yo en medio de esas dos mujeres cuyas voces agudas y rasposas acallaban el canto de los grillos. Mas qué ilusa. Es tan obvio. Estaba ahí esperando por vos. Ahora que lo sé, ahora que lo admito, casi puedo creer en dios y agradecerle.

"Porque no me decepcionaste, incluso cuando llegas cuando quieres"

Y así como si nada, me arrancó de esa charla. No tuve tiempo de procesar la situación, simplemente estabas llevándome de la mano hasta al parque de la vuelta, quejandote de tu mamá que "no sabe dejar de hablar", elogiando a la mía que parecía una mujer tan "seria y decente". ¿Qué es decente? ¿A dónde vamos? ¿Por qué?

<<Odio a la gente>>, me confesó y más tarde me sentiría más un fantasma que una persona. <<Odio a la gente>>, y sin embargo me condujo hasta el parque en una de las horas más concurridas. Ahora sé que fue porque aún no sabías como odiar, pero, mierda, estaba tan confundida ese día. Meciéndonos en los columpios mientras el cielo se oscurecía, yo podría haber muerto de felicidad justo ahí.

Los atardeceres de verano que no son naranjas, son rosas, como sus tops favoritos; las estrellas que van apareciendo una a una para terminar adornando el cielo por completo, como sus palabras en una conversación; todas esas cosas que me van a recordar por siempre a ella son tema aparte.

En ese instante quería preguntarle tantas cosas, tantas que terminaría pareciendo su madre, incapaz de cerrar la boca. ¿Por qué no había estado saliendo en bicicleta esos últimos días? ¿Por qué nuestras madres eran amigas de pronto? ¿Por qué en un parque lleno de gente que odia? ¿Por qué conmigo? ¿Por qué todavía no sabía su nombre?

-Billie... -¿por qué ella sí sabía el mío? -creo que estoy embarazada.

El pop está muertoOnde histórias criam vida. Descubra agora