7

1.6K 168 37
                                    

Muy lejos del castillo de la Bestia, tres hombres viajaban. Brian intentaba explicarle a Víctor que el camino parecía haber cambiado, este perdía la paciencia con cada palabra que salía de la boca del anciano.

—¿enserio quieres ser parte de esta familia? —le pregunto Tony a Víctor al ver como el anciano divagaba de magia y árboles con rayos.

–¡ya no voy a seguir tu juego absurdo! —dijo Víctor cansado —¿donde esta Charles? —

—la Bestia lo tiene...

Víctor lo interrumpió, aburrido de las locuras —no existe la Bestia, o las tazas que hablan o la magia—dijo —¡pero si hay frío, lobos y el hambre atroz! —

—respira, Víctor, respira —le recordó Tony.

Víctor respiro —¿porque no regresamos a casa? Charles tal vez debe estar guiando una sabrosa cena—

—si crees que todo fue un invento mío ¿porque decidiste ayudarme? —le preguntó Brian.

—¡porque quiero desposar a tu hijo! —declaró molesto—ahora hay que volver—

Brian quiso ignorar aquel mal comentario —¡Charles no está en casa, está con...! —

—¡Si dices Bestia una vez más! —gritaba Víctor  cada vez más alto —¡JURO QUE TE LLEVO CON LOS LOBOS! —

Tony salto del medio de transporte y obligó a Víctor a verlo, lo beso lentamente, provocando que poco a poco se relajara. Víctor lo abrazo con fuerza y luego lo empujó lejos. Se giro hacia el anciano —Brian... Brian, esa no es forma de dirigirme a mi futuro suegro ¿o si? —

Brian de verdad ya no podía ignorar nada de lo que pasaba —yo no soy tu futuro suegro —aseguró —tu nunca vas a desposar a mi hijo —

Víctor lo golpeó, noqueandolo. Tony intentó detenerlo, pero Víctor lo obligó a volver al carruaje mientras el ataba con cuerdas al anciano —cuando los lobos acaben con el, Charles no tendrá quien lo cuide más que a mí —camino al carruaje, listo para marcharse.

—tal vez podamos considerar otra opción, algo menos desalmada—sugirió Tony.

Víctor le arrebato las correas de los caballos. Avanzando, dejando a Brian inconsciente en medio del oscuro y profundo bosque.

Al salir ellos del bosque, un rugido se escucho en lo profundo, venía de un castillo envuelto en la nieve.

Erik rugia adolorido —¡Eso duele! —le grito a Charles.

La bestia estaba recostada en la cama, mientras Charles colocaba paños de agua caliente en la herida de su brazo.

—¡si te quedaras quieto esto te dolería menos! —aseguró Charles, apretando el paño

—¡pues esto no hubiera pasado si no te hubieras escapado! —le grito Erik.

—¡si pues. Yo no habría escapado si no me hubieras asustado! —reclamo mirándolo desafiante.

Erik abrió la boca —pues tu... —pensó en algo y luego grito —¡no debiste ir al ala oeste! —

—¡tu debes aprender a controlar tu malgenio!

La bestia enojada se giro en la cama para no verlo. Charles observó las grandesarcas de garras en la espalda de Erik, estuvo por acercar el paño pero se detuvo —ahora descansa —dijo suavemente.

—gracias—dijo Natasha.

—siempre te lo agradeceremos —Ste se inclino.

Charles se alejo de la cama y miró a los sirvientes—¿porque se preocupan tanto por el? —

La Bella y la Bestia Where stories live. Discover now