CAPÍTULO XII

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EL SUEÑO

 Armando llegó a su departamento, su perro salió a recibirlo. Se dio cuenta que tanto el cómo su amigo canino estaban hambrientos. Le echó las croquetas en el recipiente a "galán", su mascota fiel, y luego se preparó un sándwich. Después se fue a su habitación, se despatarró, prendió la televisión e hizo una seña al animal para que se echara en la cama, éste obedeció y bajó las orejas cuando le pasó la mano por su cabeza.

-¿Sabes, galán? - el perro comenzó a olfatearle la ropa, la cara,- Me sientes el olor de ella ¿verdad? Ella nunca ha venido a este departamento pero ya viene siendo hora que la conozcas- el ladeó la cabeza atento a lo que su amo le decía.

-Ella es un ángel –continuó Armando- ya verás cuando la conozcas. He tenido el suficiente tiempo para darme cuenta qué es lo que me encanta de Beatriz, y es su gentileza, su corazón. Estoy con ella y me siento en calma. Sé que me ama, pero en el fondo ella quiere ponerme a prueba, comprobar si la amo tanto para esperar por ella, y no se equivoca, yo ya esperé toda la vida para sentirme así con una mujer, esta vez es en serio, amigo. Ella va ser mía para siempre.

Galán se quedó dormido de tanto que Armando le acariciaba la cabeza, y don Armando apagó la luz, se soltó la corbata y se sumió en el más profundo sueño en segundos.

Estaba descalzo, pero los pies no tocaban la tierra. Tenía frío, pero un frío agradable, fresco, como una corriente de aire que refresca después de un caluroso día. Beatriz caminaba a mi lado en silencio, de pronto salió corriendo y se escondió detrás de un árbol gigante, alcé la mirada para ver la copa del árbol y el brillo de la luz me dejó ciego. Ella me llamó con el dedo índice, y yo corrí hacia ella. No me había dado cuenta que estaba desnudo, también Beatriz estaba desnuda, pero su desnudez me provocaba ternura. Su desnudez era para contemplar con adoración, como se contempla un lienzo de pintura. Todo en ella era blancura exquisita, podía ver sus senos detrás de su cabellera, pero no quería tocarla porque me parecía tan perfecta que llegué a creer que la dañaría si la tocaba.

Armando se despertó abruptamente de su sueño, palpó la cama con las manos y notó que Galán no estaba en la cama. Vio la hora en el reloj de su muñeca, tenía media hora para pasar recogiendo a Beatriz en su casa. Saltó de la cama y se metió a la ducha. Se acicaló a la velocidad de la luz, se despidió de Galán y se fue.

Durante el camino hacia Ecomoda, Armando no pudo quitarse de la mente el sueño, quería contárselo a Betty, pero tenía miedo de lo que podría pensar ¿era aquel un sueño erótico? "Sí, es un sueño que evidencia que la deseo"

Entonces pensó en lo mucho que hacía falta un amigo, alguien con quien hablar o a quien pedirle consejos. Claro es que nunca un amigo como Mario Calderón, que de contarle ese sueño, se burlaría y pediría detalles morbosos.

Beatriz interrumpió sus cavilaciones cuando iban de camino a Ecomoda.

-Te veo con la cabeza en otro lado, mi amor. ¿Te pasa algo?

-Ah, sí, disculpa. Es que tuve un sueño muy extraño.

- Yo también tuve un sueño, pero no fue extraño, yo diría que fue lindo. –Dijo Beatriz.

-¿Me quieres contar? Tal vez tenemos conexión astral con los sueños.

-No, no quiero contarte porque quiero que mi sueño se cumpla- dijo Beatriz.

Al final, Armando prefirió callar sobre el tema.

-Betty, he estado pensando que este fin de semana vinieras a mi departamento...puedes invitar a don Hermes y doña Julia.-propuso Armando.

YSBLF_El Noviazgo (Ira Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora