C. 35.

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Nueva novela: "Frustrado; Ross Lynch"

-No me interesa verme bien abuela- le digo mientras ato mi cabello en una coleta alta.

La señora canosa de ojos azules me mira cansada, pero sabe perfectamente a que se debe. Observo a Ross, quien está viendo la sección de ternos de la tienda.

-Bueno pues debes de hacerlo- repite.

Toma mi muñeca y me conduce hasta la sección de vestidos formales. Hago una mueca.

-¿Realmente tú quieres que tu hija se case con Mark?- bufo- ¿Qué no extrañas a mi padre?

-No hablemos de tu padre, ______________.

Bajo la cabeza al darme cuenta de que ahora sí que comienza a estresarse. Suspiro, volviendo a mirar a Ross, esta vez su mirada se cruza con la mía.

-Es un buen chico- susurra mi abuela, aún con su mano en mi muñeca- Estoy segura de que se llevaran aún mejor de lo que ya lo hacen cuando sean hermanos.

Hace exactamente dos horas nos habíamos instalado en un hotel muy cercado a la iglesia donde Mark y mamá se casarían. El hotel es perfectamente lujoso, y junto a nosotros, varios de sus invitados se están hospedando allí, entre ellos, mi abuela.

Como se casarían casi a las afueras de Los Ángeles en una iglesia absurdamente bonita, decidieron que nos quedaríamos en un hotel. Solo que esta vez, ya no dormiría con Ross por la reputación que debemos de tener ante sus invitados.

A penas mi abuela se instaló en el hotel, quiso conocer a Ross, ya que de alguna forma ya conocía a Mark. Los dos se llevaron bien, de hecho, es imposible no llevarte bien con Ross. Hasta incluso le ofreció a mamá que ella podría cuidarnos mientras estuviese en su luna de miel. Cosa que luego me encargaría de hablar con mamá personalmente.

-¿Elegiste uno niño bonito?

Mi abuela se dirige a Ross, presionando sus dos mejillas con suavidad. Río ante la expresión de Ross.

-Sí- responde, con algo de nervios- ¿Y...

-Ayudala a elegir un vestido de una vez por todas- lo interrumpe- Estaré en los sillones leyendo el periódico.

Ross ríe.
Y se dirije hacia mí de inmediato.

-Estoy muy nervioso.

Frunzo el ceño.
Pero entiendo todo al mirarlo.
Se refiere a su mamá.

También está invitada a la boda, llegaría a Los Ángeles en aproximadamente unas cuatro horas. Ross no la ve desde hace mucho, y al parecer tuvieron problemas la última ves que lo hicieron. A ello se deben sus nervios.

-Todo saldrá bien- tomo su mano, teniendo en cuenta que mi abuela ya está sentada en el sillón rojo de la inmensa tienda de vestidos formales para compromiso, sin poder vernos- Espero caerle bien.

Sonríe.
Haciéndome sonreír a mi también.
Las sonrisas de Ross siempre me hacen perder el mal humor que tengo encima diariamente.

-Te aseguro que te adorará- besa mi mano rápidamente- ¿No te gusta ningún vestido?

Pregunta cambiando de tema.
Suspiro.
Otra vez a lo mismo.

-Ross, tú sabes que...

-Lo sé, sé que no quieres que se casen pero lamentablemente lo harán, y tendremos que aceptarlo- hago una mueca- Y debes de elegir un vestido ahora antes de que tu abuela elija uno por ti, antes de llegar a la tienda cuando estabas adelante de nosotros, me dijo de que sino elegías nada iba a buscar unos de su época.

Solo hermanos; Ross LynchWhere stories live. Discover now