C. 15.

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_____________ POV

Al llegar a México fuimos directamente al hotel para poder acomodar nuestras cosas y dejar todo en orden para poder estar bien los próximos días en México.

Mientras estábamos en el avión, Ross se disculpó conmigo respecto al haberme ignorado luego de lo que pasó. Acepté. Pero solamente lo hice porque sé que estaremos dos semanas en México durmiendo en la misma habitación, y sería súper incómodo si seguimos sin hablar.

Aunque debo de admitir que realmente me gustó todo lo que me dijo, me extrañó. Al igual que yo a él.
No se lo dije porque me dió vergüenza, pero me gustó escucharlo por parte de él.

Cuando comenzó a ignorarme, me hice amiga de Lauren luego de unos días, quien se hizo mi mejor amiga en cuestión de unas horas, le comenté todo lo que pasó entre Ross y yo sin vergüenza alguna y me aconsejó, diciéndome que esta mal y que debería de dejar sentir la atracción que sentía por él, y eso hice.
No solamente porque estaba mal, sino también por no hacerme daño a mí misma, ya que Ross se la pasó ignorándome por bastantes días. Y eso me dolió.

Y mucho.

En el avión también me dijo que en cualquier momento me explicaría la razón por la cuál dejó de hablarme. Lo cuál me intriga muchísimo, pero no lo obligaré a que me cuente ya que pensará que estoy interesada en él cuando ya no es así.

Cambiando de tema;
Hace casi 30 minutos habíamos llegado al hotel, y descubrimos por fin en que habitación pasaríamos nuestras dos próximas semanas.

Me alegra decir completamente que es bastante amplia, al igual que las camas. Y están muy separadas.
De hecho, la habitación es muy bonita, parece una habitación para dos casados, pero claro, sin el corazón hecho de pétalos de rosa sobre la cama y las botellas de champagne dentro de un bowl fino lleno de hielo.

Pero aún así, nos dieron la bienvenida al hotel trayéndonos a la habitación varios tipos de fruta bañada en chocolate, cupcakes y una botella de un vino fino que escondimos antes que lo vieran mamá y Mark y se lo llevarán.

Quedamos en abrirlo en la noche.
Para la cual no falta mucho.

Termino de ondular mi cabello y desenchufo el cable de la corriente. Dejo el ondulador en el lava manos, lo guardaría luego, cuando deje de estar tan caliente.

-¿Sabes que te ves mejor con el cabello lacio?

Me dice Ross, sonriente.
Aquella sonrisa no se le había desaparecido desde que le dije que aceptaba sus disculpas.
Y eso me alegra.

-¿Me estas diciendo que estoy fea?

-¡No!- ríe- ¡Loca! solo es un comentario, también te queda bien pero prefiero el lacio.

Me guiña el ojo, haciéndome reír.
Me siento sobre su cama, estando a unos largos centímetros de Ross.

-¿Saldremos?

Le pregunto.
Tomando una brocheta de frutas de la enorme y decorada bandeja.
Muerdo la fresa.

-¿A dónde quieres ir?

Me encojo de hombros.

-En realidad no lo sé, pero creo que sería bueno que salgamos, es nuestra primera noche en México.

Ross ríe.

-¿Vamos a algún centro comercial?

Asiento.
Pensando en el libro de México que me dió Mark antes de que el avión despegara, en aquel libro venían varios mapas para poder ubicarnos, y varias zonas turísticas de la ciudad en la que estamos.

Solo hermanos; Ross LynchWhere stories live. Discover now