C. 14.

3.4K 187 12
                                    


Estoy seguro de que a mi padre esto debe de haberle costado una fortuna. Y eso quiere decir que se viene algo especial. La pedida de mano.

O eso es lo que creo.
No he tenido tiempo de hablar con papá con respecto a eso debido a que ha estado muy ocupado trabajando bastante, pero cuando por fin aterricemos en México se lo preguntaría.

Me recuesto más en el asiento, y me saco los audífonos. Mi atención se concentra en _____________ que esta a mi lado, viendo una película con el ceño fruncido.

Río por lo bajo.
Se ve tan linda.
He estado mirándola mucho antes de entrar al avión, pero no obtuve ni una sola mirada de su parte, lo cuál ya comienza a desesperarme.

No se exactamente la forma de captar su atención, ni tampoco sé cómo disculparme ante haberla ignorado tanto.

Cierro los ojos. Intentando concentrarme en dormir, los abro cuando siento una pequeña voz irritante.

-¿Se le ofrece algo joven?

Es la aeromosa, es una rubia de ojos claros.
Me sonríe de oreja a oreja. Le devuelvo a sonrisa, intentando ser cortés.

-Un vaso de agua estaría bien.

-¿La señorita quiere algo?

Pregunta, refiriéndose a la castaña.
Es un buen momento para hablarle.
Toco su hombro, haciendo que me mire de inmediato.

-Esta preguntando si quieres algo.

Ella niega con la cabeza, quitándose los audífonos y dejando caer todo su cuerpo sobre el espaldar.

-Bueno- vuelvo a mirar a la rubia- Ya sabes la respuesta. 

-Tienes unos ojos hermosos, ¿sabes?

Me habla la rubia con total confianza.
Le sonrío, sintiéndome algo incómodo.
Me es extraño que me digan esas cosas estando tan cerca de una persona, en especial si es ____________.

-Gracias- la miro- Me gusta tu cabello.

La azafata ríe, comenzando a tocarse el cabello.

-¿Y si me das tu número de teléfono?

Susurra en voz alta, tratando de ser discreta pero no lo ha conseguido ni en lo más absoluto.

-Quiero un jugo de piña- interrumpe la castaña, con una sonrisa finjida- Ve rápido, muero de sed, sino tendré que hablar con tu supervisor.

La rubia que la queda mirando sin entender, también con algo de cólera.

-¿ya? ¿para cuándo? muévete, deja de acosar al pobre- me defiende, fastidiada.

-Podrías ser más sutil, ¿no?

Responde la rubia, con una mirada amenazante.
"Uuuhhh"
Miro a _____________, quien parece que va a explotar.

-¿Quieres que te enseñe a ser más sutil?

Se levanta del asiento pero la tomo del antebrazo de inmediato, aguantandome la risa por dentro.
La rubia corre rápidamente con sus tacones muy delgados por el pasillo del avión.

-Sueltáme.
Gruñe ____________ volviéndose a sentar.
Fastidiada.

-¿Qué fue eso?
Dejo escapar una pequeña risita sin poder contenerlo más.

Ella me mira sin darme importancia alguna y luego rueda los ojos, por último, se abriga con la manta que tiene encima y cierra los ojos. Ignorándome completamente.

¿Cómo demonios lograría hablar con ella si es que ella no pone de su parte?
Suspiro.

Bueno, tampoco debe de poner de su parte, yo fuí él que dejó de hablarle.

Solo hermanos; Ross LynchKde žijí příběhy. Začni objevovat