Melodías de desastre

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El flash reflejado en aquellas gafas oscuras, pegando contra los rostros de cada uno de los hombres que parecían sonreír ante las miradas de todos. Entre risas caminaban por la extensión de la alfombra roja, dejando detrás los gritos que imploraban por su atención, sintiendo la tranquilidad que emanaba el interior de ese edificio donde pasarían las siguientes semanas.
Se aproximan dos conciertos de gran importancia para aquel grupo "Apocalíptico".

— Ah... Al fin una cama. — Exclamó aquel joven de ojos oliva, dejando caer su cuerpo por encima de las sábanas blancas de aquel hotel. Mientras que el resto de integrantes del grupo dejaban las cosas cerca de las otras tres camas.

— Ya extrañaba poder dormir en una cama, dormir en un asiento de avión es súper incómodo. — Mencionó aquel pelinegro de compostura delgada, sentándose a la orilla de la cama donde estaba el otro, quien gruñó al sentirlo cerca, pero no se alejó este.

— Debemos descansar para mañana, tenemos que ir a ver donde será el evento y conoceremos a otras bandas que estarán en el festival. — Habló otro pelinegro pero más robusto que el anterior, riendo levemente al ver a los más jóvenes.

— Así es Vegettita, mañana hay que darnos a conocer aún más. — El más grande de los cuatro hablo, sonriendo con nostalgia hacia la ventana, reconociendo aquel panorama que un día recorrió con alguien más.

Un grupo de música más había llegado a esa ciudad, dispuestos a deslumbrar en el escenario en aquel festival musical, queriendo conocer a más personas y mejorar como lo habían estado en esos cuatro últimos años. Deseando reemplazar recuerdos de esa misma tierra, ocultando todo aquello que marcó su vida. Esperando no encontrarse con nada que ver con su antigua vida antes de encontrarse entre ellos, pero como todos sabemos, el karma nunca parece estar a nuestro favor, ¿O si?

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